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Mujeres loínas se certificaron en costura y repostería

beneficio. Además fueron asesoradas por especialistas con el objetivo de que inicien pronto sus propios negocios.
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Treinta mujeres loínas pertenecientes al Centro de Apoyo Integral a la Mujer, de la Congregación Adoratrices de Calama fueron certificadas con cursos de costura y repostería en nuestra ciudad. Todo esto gracias a los Fondos Concursables Calama Participa, los cuales son auspiciados por Codelco Chuquicamata.

Asesoría

Diplomas

La ceremonia de certificación de estas treinta mujeres contó con la presencia de autoridades y el director de Relaciones Comunitarias de Codelco Chuquicamata, Alejandro Pizarro, quien expresó que: "Queremos seguir trabajando con ellas, vamos a proyectar este tipo de iniciativas, para que no quede solo en un curso. Nosotros generamos mucha capacitación y mejoras en la malla curricular de las personas en Calama y ahora queremos apoyar con oportunidades laborales concretas". El programa que impulsó el Centro de Apoyo Integral a la Mujer ofreció ayuda psicológica y estableció una guardería infantil mientras se desarrollaban los cursos.

Santuario de Coska revivió la fe, los sacrificios y las tradiciones

ceremonia. Como cada año, familias completas regresan al sitio para celebrar el nacimiento del Niño Jesús y ofrecer tributo a la Virgen Rosario de Andacollo de Coska.
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A 40 kilómetros al norponiente de Ollagüe, en la comuna del mismo nombre de la provincia El Loa, está ubicado el santuario de Coska, en el cual se venera la imagen de la virgen del Rosario de Andacollo de Coska. Durante la Navidad del 2014, mil quinientas personas asistieron a participar de esta festividad pagana y religiosa, que ya suma más de cien años de existencia.

Para acudir a este santuario, se debe necesariamente llegar a Ollagüe y luego continuar recorrido por un camino de tierra en buenas condiciones que se abre paso entre cerros y quebradas que cuentan con una leve vegetación. Luego de 30 minutos, se divisa el santuario de Coska, con un centenar de viviendas cuyas construcciones en su mayoría son hechas de adobes y piedras con techos cubiertos de paja. En el punto más alto del paisaje se visualiza la imagen de Jesucristo, quien entrega la bienvenida a las familias cristianas.

Al ingresar al santuario, la iglesia mayor se impone con un blanco reluciente. De acuerdo a las tradiciones y por respeto a la virgen, cada vehículo debe dar tres vueltas alrededor de la iglesia, tanto al ingresar como al retirarse del santuario.

COSTUMBRES

Todo comienza el 24 de diciembre a las 11 de la mañana, donde las familias a las que les corresponde organizar la festividad llegan hasta un sector protegido por rocas para dar comienzo a las costumbres. Faustino Ramos, un ciudadano proveniente de la localidad boliviana de San Pedro de Quemes, tiene a cargo las fiestas hace ya 20 años y recibe el apoyo de Javier Vicentelo. El lugar se ubica a 10 kilómetros al poniente de Ollagüe, en pleno desierto, donde la temperatura puede alcanzar los 28 grados. Aquí, la historia señala que un hombre sufrió el desperfecto de su vehículo, por lo que tuvo que detenerse, luego de lo cual y sobre una roca, divisó la imagen de la virgen.

La aparición dio paso a la realización de la primera costumbre en este lugar. La historia también habla de un hombre que encontró la imagen de la virgen en el camino, para luego llevarla al poblado de Coska, el cual posteriormente se convertiría en santuario.

Con mucha fe las familias inician la ceremonia para la cual hacen uso de aguayos puestos sobre el suelo, que reciben los demás elementos para el pago a la tierra. Jarrones de greda, sahumerios, licores y la infaltable hoja de coca, son esenciales para este ritual que es dirigido por el Yatiri. El Mayordomo, Alférez, Otava y Llamero, tienen la responsabilidad de ofrecer alimentos a todo aquel que llegue a la fiesta. Luego del pago a la Pachamama y el agradecimiento a la virgen, ritual que debe ser realizado por aquellos que tuvieron la responsabilidad de organizar la festividad del año anterior, los actuales y los del año próximo, depositando vino y alcohol en cada uno de los tres vasos disponibles, una hoguera recibe el sahumerio con las vasijas repletas del licor que se ofrenda para que los buenos deseos y anhelos de los participantes sean cumplidos.

El humo se elevará lanzando estos anhelos al cielo. El ceremonial que se prolonga por casi tres horas, da paso al retiro de la caravana de vehículos que se dirige a un sector distante unos 20 kilómetros llamado "chupalla". Aquí los encargados de la fiesta, ofrecen almuerzo a los asistentes. Una hora después se retoma la segunda costumbre, muy similar a la anterior, pero aquí se agregan cigarros, que se ofrecen encendidos en las perforaciones que tienen los cerros que rodean este lugar ritual con el objeto de ahuyentar a los malos espíritus. Las oraciones que aquí se elevan van dirigidas al recuerdo de los difuntos que alguna vez participaron de esta fiesta.

Con bajas temperaturas y el viento que se encarga de levantar la tierra que envuelve el santo lugar, nada es obstáculo para que los participantes cumplan sus promesas. La tarde ya acaba y la caravana inicia el regreso al poblado a pie, llevando consigo las réplicas de la virgen -cuatro, una para cada sala- y al llegar a la iglesia se procede a dar tres vueltas a la iglesia, en cuyo interior se ubica la sagrada imagen de la virgen. Por la noche, alrededor de 10 bandas bolivianas provenientes principalmente de Oruro y Uyuni, animan la fiesta en las respectivas salas. La medianoche encuentra a los devotos en una misa que da paso luego a los fuegos de artificios para saludar a la virgen.

MISA

Alrededor de las 4 de la madrugada del día 25, llega el momento del sacrificio del llamo, que es otro agradecimiento que se hace a la Pachamama. A las 6 de la madrugada comienzan a escucharse los sones de las bandas. Más tarde, la quebrada se llena de colores, con la presencia de los bailes religiosos, cuyos integrantes lucen hermosos trajes variopintos. Este año participaron los bailes gitanos de Ollagüe y Ascotán, Moreno de Buenaventura, Llamero, Tobas de Amincha, Morenada y Sambo Caporal.

A las 11.00 horas, en el frontis de la iglesia y bajo una elevada temperatura, el padre Patricio Cortés da inicio a la santa misa, con el apoyo coral del grupo María Fe de Calama. 4 bautizos engalanan el acto.

Por la tarde se realiza la procesión y la jornada de fe y tradición se extiende hasta el domingo 28, con diversas actividades, luego de lo cual el santuario de Coska quedará sumido en la soledad hasta el siguiente año.

TESTIMONIO

Francisca Medio Urrelo, es una mujer de 80 años de edad, que permaneció sentada en una banca en las afueras de la sala de Alférez. Mientras bebía café a la espera de la misa, señaló "vengo a esta fiesta desde hace 58 años. Yo vengo de Pajancha (localidad boliviana) y esta fiesta es muy linda, además que el Santuario está muy hermoso con tantos arreglos que ha hecho la municipalidad. Hoy hay muchas casas, antes no existían. Cuando llovía mucho, nosotros nos escondíamos en una cueva allá arriba", indicando con su mano.

Es casada con Andrés Cayo, también de 80 años y en su juventud trabajó en las "yareteras" existentes en el lugar. Hoy, ambos se dedican a la agricultura, plantando principalmente quínoa.

Tanto ella como su esposo se entregan con muchísima fe a cada uno de los rituales que durante décadas se han llevado a cabo para adorar a la Virgen del Rosario de Andacollo de la localidad de Coska, y celebrar también el nacimiento del niño Jesús, durante el mes de diciembre.

"Yo tengo 80 años y vengo a esta fiesta desde hace 58 años. Yo vengo de Pajancha y esta fiesta es muy linda. El Santuario está muy hermoso, con tantos arreglos que ha hecho la municipalidad".

Devota de la Virgen de Coska