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Carabineros detuvo a cuatro hombres loínos dedicados a la sustracción de cables de cobre

audacia. Los delincuentes eludieron un control policial, pero posteriormente fue interceptada la camioneta donde transportaban 600 kilos del metal rojo.
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Cuatro delincuentes fueron detenidos por Carabineros, luego que éstos eludieran un control policial en la ruta Ch-23, que une a Calama con el poblado de San Pedro de Atacama, debido a que en el vehículo que se trasladaban llevaban 600 kilos de cables de cobre robados.

Según los antecedentes entregados por Carabineros, cerca de las 2:15 de la madrugada del día de ayer, un grupo de uniformados se encontraba en el kilómetro 22 de la carretera Ch-23, instantes en que divisaron a una camioneta marca Nissan modelo Terrano de color rojo con cinco ocupantes en su interior, la cual no se detuvo a pesar de las indicaciones de los efectivos policiales, iniciándose una persecución.

Este seguimiento se extendió hasta Calama, específicamente hasta la avenida Jorge Alessandri, ubicada en el sector del Peuco, donde los antisociales descendieron del motorizado iniciándose una persecución a pie, logrando Carabineros retener a cuatro de los cinco delincuentes.

Al revisar el pick up de la camioneta, el cual estaba cubierto con una malla, los efectivos policiales encontraron 600 kilos de cables de cobre, de los cuales no se pudo acreditar su procedencia, por lo que los hombres fueron detenidos por receptación.

Colectivero quedó grave tras repeler robo con intimidación

violencia. Las antisociales le solicitaron un servicio especial, pero sus intenciones eran quitarle las especies de valor. Le propinaron un profundo corte en la cara.
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Nuevamente un trabajador de la locomoción colectiva resultó con lesiones de gravedad al frustrar el robo de sus especies de valor, mientras realizaba un servicio especial en el sector poniente de Calama.

En esta oportunidad las agresoras eran dos jóvenes mujeres, quienes le provocaron un profundo corte en la cara con un arma blanca al hombre de 49 años, para luego arrojarle una piedra, la cual atravesó el parabrisas y le dio justo en uno de sus ojos, dejándolo muy malherido.

El fin de semana pasado ya se había conocido el caso de un colectivero de 79 años, quien al tratar de evitar que le robaran su fuente de trabajo, recibió un corte en uno de sus brazos por parte del antisocial que no logró concretar el delito, dándose a la fuga del lugar.

Antecedentes

Según los antecedentes policiales del caso, este nuevo ataque a un trabajador del transporte público de la ciudad ocurrió cerca de las 23:15 horas del día martes pasado. El afectado le comentó a Carabineros que en la intersección de las calles Arauco y Maipú dos personas de sexo femenino hicieron parar al colectivo de marca Nissan modelo V16 de color negro y le solicitaron una carrera especial, a la cual el conductor accedió.

Cuando habían avanzado varias cuadras por el sector poniente de Calama, las mujeres sacaron cuchillos con la clara intención de llevarse la recaudación del día y las especies de valor que portaba el hombre en ese momento, iniciándose un forcejeo, el cual concluyó cuando una de las antisociales le propinó un corte en el rostro a la víctima.

Luego descendieron del vehículo y comenzaron a insultarlo y arrojarle piedras, siendo tan mala su suerte, que una de éstas quebró el parabrisas y le dio justo en uno de sus ojos, dándose a la fuga las delincuentes y dejando al colectivero herido en el lugar.

lesiones

Todavía en estado de shock, el colectivero -como pudo- condujo el auto hasta la urgencia del Hospital Carlos Cisternas de Calama, donde fue atendido rápidamente por el médico de turno, quien le diagnosticó lesiones de carácter grave, quedando internado.

Además, el funcionario policial que se encontraba cumpliendo sus funciones en el recinto de salud pública, se entrevistó con la víctima y acogió la denuncia del hecho.

Posteriormente, efectivos policiales realizaron un patrullaje preventivo por el sector, sin poder dar con el paradero de las avezadas delincuentes, quienes no dudaron en utilizar las armas blancas que portaban para conseguir el botín, pero esta vez se fueron con las manos vacías, gracias a la valentía del colectivero loíno, quien se recupera satisfactoriamente.