Francia anunció ayer que se dio la orden de movilizar a 10.000 soldados para proteger zonas en posible peligro y reforzar la seguridad interna ante el peligro de nuevos atentados terroristas.
El ministro de Defensa, Jean-Yves Le Drian, dijo que serán desplegados "en lugares sensibles" de todo el país.
El Presidente, Francois Hollande, el máximo jefe de las fuerzas armadas francesas, pidió a los militares su intervención en vista de la dimensión de la amenaza, dijo Le Drian tras un encuentro del gabinete de seguridad interior del mandatario.
El primer ministro, Manuel Valls, dijo que los terroristas tuvieron cómplices en los ataques de París que causaron 17 muertos, por lo que "la persecución continúa".
El Marais, uno de los barrios judíos más antiguos del país, estaba repleto de policías y soldados. Unos 4.700 efectivos de seguridad estaban asignados a proteger las 717 escuelas judías del país, dijo el ministro del Interior, Bernard Cazeneuve.
Alerta en Roma
La policía de Roma declaró la "alerta máxima" en el Vaticano ante los posibles ataques que podría sufrir el Estado. Sin embargo, el jefe de la unidad de Policía de operaciones especiales de Roma (Digos), Diego Parente, aclaró ayer que "no ha habido ninguna novedad sobre amenazas".
Tras los ataques terroristas sufridos en París, el jefe de operaciones especiales de la capital italiana subrayó que Roma "ha revisado y potenciado todas las medidas de seguridad", aunque explicó que las precauciones ya "habían aumentado" antes de que se produjeran los atentados.
En concreto, explicó que la capital ha reforzado el dispositivo de seguridad en el Ghetto y la escuela judía, al igual que en "embajadas, monumentos, lugares de culto y redacciones de periódicos y televisión" en la capital italiana.
El ministro del Interior italiano, Angelino Alfano, dijo al respecto que a su departamento "no le consta" ninguna información sobre un posible ataque al Vaticano, algo que dijo que ha contrastado con las autoridades de otros países.
El ministro dijo que lo que sí es real es que "desgraciadamente" el Vaticano "ha sido más veces citado y evocado en los mensajes del autoproclamado 'califato' (yihadista), y la bandera negra sobre la cúpula de San Pedro no es un signo difícil de interpretar" que, dijo, él no ve "como algo simbólico".
En la misma línea, el portavoz vaticano, Federico Lombardi, desmintió que el Estado haya recibido "señales de riesgo específico de los servicios de seguridad de otros países".
"Contrariamente a lo que han difundido algunas fuentes de información, no es verdad que la Santa Sede haya recibido señales de riesgo específico de los servicios de seguridad de otros países", dijo Lombardi en la sala de prensa vaticana.
El Papa Francisco pidió ayer que se condene cualquier "interpretación fundamentalista y extremista de la religión", un día después de la gran marcha de solidaridad con las víctimas de los atentados de Francia.
"El fundamentalismo religioso, incluso antes de que elimine a seres humanos perpetrando asesinatos horrendos, refuta al propio dios, convirtiéndolo en un mero pretexto ideológico", afirmó.
Según informó ayer el ministro de Exteriores turco, la pareja de Amedy Coulibany, el terrorista que atentó contra el supermercado judío, no estaba en Francia al momento de los atentados, porque había volado el 2 de enero de Madrid a Estambul. Tras llegar a Turquía, Hayat Boumeddiene pasó a Siria el jueves, un día después de la masacre de Charlie Hebdo. El primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, visitó ayer la tienda de comida kosher para rendir tributo a las víctimas del ataque.