Un equipo de científicos chinos logró que unos monos macacos reconocieran por primera vez su reflejo al ponerlos frente a un espejo, ingresando al selecto grupo de especies -consideradas las más inteligentes del reino animal- que adquieren esta capacidad.
Para lograrlo, el equipo de Neng Gong, científico de la Academia China de Ciencias, entrenó a los monos utilizando un láser irritante que se proyectaba en su cara mientras estaban frente a un espejo. De esa forma, según consignó El País de España, se les estuvo entrenando en la tarea de reconocer sus movimientos y su reflejo.
A medida que pasaban los días, los animales lograron entender que la marca roja que se veía en el espejo era esa picazón que sentían en su cara.
Después de varias semanas de educación, los macacos fueron capaces de tocar el punto de su cara marcado por el láser aunque éste ya no les provocara ninguna sensación directa.
La siguiente etapa del experimento, realizada al cabo de tres semanas de entrenamiento, consistió en ponerle manchas a los monos de distintos colores en la cara. Frente a esa situación, los investigadores observaron que los macacos trataban de limpiarse las manchas o se las tocaban.
A partir de ese momento, los monos comenzaron a usar el espejo para interactuar con su aspecto y realizar acciones como arreglarse, sacarse pelos, tocarse los dientes y mostrar sus genitales.
Para los científicos, este tipo de entrenamiento hace replantearse la importancia del test del espejo para medir el nivel de autoconciencia de una especie y recuerda la medición diseñada por el matemático británico Alan Turing -que lleva su nombre-, a través del cual se podía saber si un computador había alcanzado el nivel de inteligencia humana.
Aunque no sean tan inteligentes como los humanos, los computadores ya han logrado superar el test de Turing a través de adiestramiento.
En esa línea, los científicos ahora se preguntan si estos macacos entrenados son ahora autoconscientes (con una noción del "yo") o simplemente superaron el test del espejo. "Estos monos son muy inteligentes y pueden realizar numerosas tareas complejas, como toma de decisiones, razonamiento analógico, uso de herramientas, actividades sociales complejas y expresiones faciales", sostuvo Gong. Sin embargo, agrega, hasta ahora no habían logrado reconocerse espontáneamente frente al espejo y se les tuvo que enseñar a hacerlo.
Si bien el científico chino reconoció que este tipo de estudios son controvertidos, asegura que el autorreconocimiento visual "se considera generalmente un indicio de autoconciencia".
Gong admite, sin embargo, que "por supuesto, hay muchos otros aspectos de la conciencia de sí mismo, como el uso de los pronombres personales, la empatía y la vergüenza. Todavía se debe aclarar cómo se relaciona el autorreconocimiento en el espejo con estos otros aspectos de la conciencia de sí mismo".
Entre las especies que poseen la capacidad de autorreconocerse se encuentran los grandes simios, los delfines, las urracas y los elefantes.
En el caso de estos últimos, por mucho tiempo se pensó que no eran capaces de reconocerse frente al espejo. Esto, hasta que, en 2006, el zoológico del Bronx, en Nueva York, se atrevió a instalar en un recinto abierto un espejo cuadrado de 2,5 metros. Con él, la elefanta asiática Happy pudo interactuar durante un tiempo y tocarse 47 veces con la trompa una marca que le habían hecho en la ceja.
La reacción de Happy sorprendió a los zoólogos no por lo insólitas, sino que por lo calcadas que parecían de las que se habían observado antes en chimpancés y elefantes. En efecto, estas acciones también comparten similitudes con las que exhiben los bebés a medida que crecen, cuando comienzan a mirarse en el espejo con especial interés en ellos mismos.
A juicio de Gong, la importancia del estudio realizado por su equipo radica en que muestra ciertas similitudes del cerebro de los macacos con el cerebro humano. "El estudio de las funciones cerebrales superiores como el autorreconocimiento en monos será muy útil para que entendamos el origen y la base neuronal de estas funciones en los seres humanos", dijo. Para él, los resultados en monos pueden ser esperanzadores para personas que no pueden reconocerse en el espejo debido a trastornos cerebrales.
3
semanas tardaron, en promedio, los macacos a superar el test del espejo y comenzar a interactuar con su reflejo.
2006
la elefanta
Happy, del zoológico del Bronx, en Nueva York, logró autorreconocerse frente a un espejo.