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Estados Unidos ya está en Chile para amistoso

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Ya está todo listo para el amistoso internacional de esta semana. Ayer arribó a Chile la selección de fútbol de Estados Unidos de cara al amistoso que jugará con la "Roja" en el estadio El Teniente de Rancagua, instancia que servirá al técnico Jorge Sampaoli probar a jugadores de la liga local pensando en Copa América.

El combinado adiestrado por el alemán Jürgen Klinsmann ya se encuentra en su lugar de concentración e inició sus trabajos con miras al choque ayer por la tarde.

Antes del arribo a Chile, Klinsmann elogió a la "Roja" señalando al diario El Mercurio que "será un rival difícil, pero estas son oportunidades que necesitamos para seguir creciendo como equipo".

Por el lado del equipo de Sampaoli, en tanto, este domingo tiene jornada libre de prácticas y ya se vislumbra un potencial once titular en la mente del casildense, destacando el retorno de los atacantes de Universidad Católica Roberto Gutiérrez y Mark González a una selección chilena después de varios años y procesos técnicos.

Los probables 11 hombres del DT trasandino serían los siguientes: Johnny Herrera en la puerta; Gonzalo Fierro, Osvaldo González, Cristián Suárez y José Roja en la zona defensivas; Erick Pulgar, Jaime Valdés y Gonzalo Espinoza en la zona de mediocampo para dejar arriba al tridente confirmado por Juan Delgado, Roberto Gutiérrez y Mark González.

El esperado partido amistoso ante los norteamericanos se desarrollará este miércoles a partir de las ocho de la noche en el Estadio El Teniente de Rancagua.

Marcos Reineke anuncia que 2016 sería su último Dakar

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Era la etapa entre Uyuni (Bolivia) e Iquique, cuando una mala decisión de la organización provocó que la caravana pasara por el salar boliviano, afectando a los vehículos con el agua salada.

"Fue una masacre, podías ver a otros competidores parados igual que yo en todo el Salar de Uyuni", relata el piloto.

Es que su sueño de completar su cuarto Dakar consecutivo terminó abruptamente, cuando mejor se sentía sobre la moto.

Ya en la ciudad, el piloto relató con notoria nostalgia lo sucedido en territorio boliviano.

"Los primeros días fueron muy difíciles porque se había hecho un trabajo tan bueno durante el año, con una gran preparación y quedar botado por una mala decisión de los organizadores me dio mucha rabia. Pero ahora, que ya estoy en casa con la familia, pienso que si Dios quiso que llegara hasta ahí, por algo será", dijo.

Y aclara que "la estrategia era atacar ahí. Pero en la noche previa se largó una lluvia torrencial y nos dijeron que sólo íbamos a cruzar si el salar estaba seco. Nos fuimos a acostar tranquilo y al día siguiente estaba inundado. Empezó a correr el rumor que la etapa se suspendía o se cambiaba la ruta. Nos tranquilizamos y nos fuimos a la largada. Al llegar ahí me encuentro con que la organización decide largar la carrera de igual forma por el Salar de Uyuni, debido a un compromiso que tenían con el Gobierno de Bolivia".

Había riesgos y el antofagastino lo sabía. "Era complejo que el agua salada que se acumula con litio y sal mata la moto, mata el sistema eléctrico. Tapé lo más que pude la moto, para que no sufriera daños, y largamos".

Pero los hubo y el inclemente clima lo dejó fuera de competencia. Hoy, con el paso de los días recuerda el momento en que su año de búsqueda de auspicios e incontables entrenamientos terminaba a mitad de carrera. "Pasó una camioneta de la organización y me di cuenta que todo se había acabado. Me desconectaron el GPS y me llevaron de vuelta a Uyuni. Sólo lloraba. La tristeza era mucha".

Sin embargo, pese a los inconvenientes no descarta volver a la aventura Dakar. "Lo evaluaré. Hay que hablar con los auspiciadores si me apoyarán una vez más. Además debo hablarlo con mi familia".

Pero por ganas no se queda. "Quiero una revancha y de correr el 2016, sería mi último Dakar y después me gustaría dedicarme a preparar a nuevos competidores que puedan representar a la ciudad".

Y apuesta por relevos locales. "Hay unos cuatro o cinco corredores que podrían estar en condiciones a largo plazo, pero se tienen que preparar", concluyó.

Uruguay sale al paso de la moción de jugar en Calama

clasificatorias. La federación de ese país en conjunto con Argentina pidieron a la Conmebol que se respete la opción de inscribir sólo una sede para ser local.
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El pasado viernes la Conmebol, a través de una votación unánime, decidió que el calendario de las próximas Clasificatorias al Mundial de Rusia 2018 se realice a través de sorteo.

Este nuevo formato fue solicitado expresamente por el técnico de la selección chilena, Jorge Sampaoli, al presidente de la ANFP, Sergio Jadue, por lo que finalmente el DT cumplió uno de sus objetivos para encarar de la mejor forma los primeros partidos del certamen eliminatorio.

Pero existe otro punto que el estratego espera que la Conmebol le de la razón: la discusión por el número de ciudades donde cada selección puede disputar sus encuentros de local.

Según consignó ayer El Mercurio, algunos países afiliados al ente rector quieren que las 10 selecciones que compitan solo puedan elegir una localidad como sede, con el fin de evitar que algunos saquen provecho a factores como, por ejemplo, la altura o la humedad. Argentina y Uruguay lideran la propuesta, pues siempre mantienen la sede, pero de visitantes se complican cuando disputan partidos con mucha altitud.

La idea tampoco favorece a la "Roja", ya que Sampaoli solicitó a la ANFP que se inscribiera a Calama como sede para recibir a los transandinos, dado el rendimiento histórico que presentan ambos en la altura.

La determinación definitiva sobre las localías será tomada en abril, en una reunión del Comité Ejecutivo de la Confederación Sudamericana, pues hasta el momento el tema ha sido planteado de manera informal.