Chuquicamatinos dichosos con denominación de Zona Típica
jornada histórica. Luego de la decisión del Consejo de Monumentos Nacionales, los ex habitantes del campamento minero celebran y recuerdan sus vivencias en el lugar.
Durante la jornada de este miércoles 28 de enero el Consejo de Monumentos Nacionales, luego de una extensa presentación de antecedentes, tomó la determinación de declarar el campamento de Chuquicamata como Zona Típica de Chile, luego de lo cual el trabajo conjunto desarrollado por todas las entidades involucradas iniciará el estudio de cada uno de los edificios existentes en el casco histórico de Chuquicamata, para evaluar su estado y determinar los montos que se requieren para dar inicio a su restauración.
colaboración
El director del área patrimonial de la Corporación de Cultura y Turismo de Calama, René Huerta, señaló, luego de ser partícipe de la presentación ante el Consejo de Monumentos Nacionales, que este logro fue posible gracias al trabajo conjunto entre los amigos de Chuquicamata, las autoridades locales y la empresa estatal, logrando aunar puntos de vista para conseguir el tan anhelado nombramiento. Es un reconocimiento del Estado de Chile al valor de Chuquicamata para los chilenos y chilenas y no sólo para los chuquicamatinos", dijo el profesional.
Luego de la declaración de Zona Típica, el trabajo se enfocará en realizar todos los estudios patológicos de los edificios inmuebles para determinar en qué estado se encuentran y con ello generar propuestas de restauración y conservación para poder determinar el financiamiento que se requiere para llevar a cabo el programa de instalación.
Al mismo tiempo, las organizaciones involucradas deberán diseñar el modelo de gestión para determinar qué entidad será la que en definitiva tome la administración de la Zona Típica. Al respecto, René Huerta señaló que dentro de las propuestas está la posibilidad de conformar una fundación o corporación que se haga cargo de los trabajos de restauración y preservación del campamento de Chuquicamata. "Es una de las aprehensiones que tiene Codelco, que espera conocer la capacidad de gestión de quien ejecute el modelo, para que no exista una dependencia financiera con la empresa", agregando que "es bueno plantearlo desde esa perspectiva, porque hay muchos fondos que podrían levantarse, no sólo en Codelco. Me imagino que además de la participación de Codelco, debieran integrarse las empresas de servicios que están en Chuquicamata, que no son pocas, o quizás por medio de donaciones culturales", puntualizó.
codelco
Al respecto, el gerente corporativo de Comunidad y Medioambiente de Codelco, Jorge Lagos, explicó que "nuestra voluntad permanente ha estado orientada a colaborar y participar de esta iniciativa que valoramos mucho. Que hoy el ex campamento de Chuquicamata haya sido declarado como Zona Típica es un paso muy importante. Ahora, lo que debemos hacer es solicitar -en las instancias que correspondan- la revisión del área a preservar, puesto que debemos cautelar que la conservación sea armónica con el desarrollo industrial y futuro de la división Chuquicamata".
La empresa reiteró su disposición a continuar trabajando colaborativamente para impulsar esta importante iniciativa, generando diálogos donde confluyan los intereses de la comunidad, autoridades y la empresa.
Pero más allá de las propuestas, programas y financiamientos necesarios para llevar a cabo la restauración y administración de Chuquicamata como Zona Típica, son sus ex habitantes, quienes nacieron, crecieron, se formaron y tuvieron un sinnúmero de vivencias en el campamento del mineral de cobre a rajo abierto más grande del mundo, los que celebran esta decisión, la que ven como una oportunidad real de conservar parte de su propia historia, para preservarla y contarla a las nuevas generaciones in situ.
No sólo mineros vivieron en este campamento que hoy recibe con buenos ojos su nombramiento, y se prepara para el proceso de restauración de sus principales e históricos edificios.
Con 35 años al servicio de Codelco Chuquicamata, José conoció a su mujer Gumercinda, quien luego de nacer vivió en el campamento con su padre, trabajador de la minera por 34 años. Precisamente en este mes de enero cumplieron 53 años de casados. Ambos señalan que lo más difícil de su vida en el campamento fue el traslado hacia Calama. "Mi señora no se acostumbra a Calama, a ella le gusta Antofagasta, pero a mí no me gusta". Con relación al nombramiento de Chuquicamata como Zona Típica, José declaró que le parece excelente. Por su parte, Gumercinda, además de recordar vivencias principalmente de su niñez, dijo que es una oportunidad para que sus habitantes puedan visitarlo más seguido. "Podremos recordar, contarle a los nietos y recorrer con ellos parte de nuestra historia".
A los dos meses de nacido llegó junto a su familia al campamento y desde los 9 años fue suplementero, distribuyendo las novedades del diario por todo el campamento, actividad que complementaba con sus estudios en la escuela América. Fue cobrador en los stations (micros), lustrabotas, acarreaba viandas para las ficheras, enceraba casas. "Chuquicamata, yo lo llevo en mi corazón", dice este suplementero que ya cumple 53 años vendiendo el diario, cuyo primer kiosco fue La Pantera Rosa. "Estoy contento, porque ya por lo menos no se va a tomar nada de Chuquicamata, por algo empezamos, hasta que logremos ser finalmente Patrimonio de la Humanidad, porque Chuqui quiere ver a todos sus hijos y que no lo entierren", dijo finalmente Luis Zavala.
"Yo crié a mis hijos y les di educación gracias al trabajo de mi esposo en Chuquicamata durante 36 años", señala esta comerciante que fue parte de quienes tenían puestos en la feria modelo del campamento. Lo que Dany más extraña del campamento, es la seguridad que sentía al vivir ahí. "Podíamos dejar las bicicletas afuera y nadie las sacaba, nada se perdía. Yo era muy lolita y buena moza cuando llegué al campamento y nunca nadie me faltó el respeto ni me hizo nada". La denominación de Zona Típica para el campamento le parece buenísima ya que "nosotros sabemos cómo fue la vida en Chuquicamata, y si me lo permitieran, yo volvería altiro para allá", dijo la comerciante, que hoy tiene su puesto en Calama.
Chuquicamatino, nació en Las Latas, que posteriormente pasaron a ser Los Adobes. Hasta los 21 años vivió en Chuquicamata y a los 18 años se integró a participar de la Lisodech, con clubes deportivos. En el año 1970 se hizo cargo del club deportivo Kaiser, que también nació en el Lisodech de Chuquicamata y que aún existe hasta nuestros días. "Orgullo es lo que siento por la denominación. No se murió como otras salitreras que ahora son pueblos fantasmas y felizmente parece que Chuquicamata no va a llegar a eso", dijo este chuquicamatino, que a pesar de su condición con capacidades diferentes, ha dedicado su vida a la formación de deportistas.
100
años de existencia
celebrará Chuquicamata el próximo 18 de mayo.
28 de enero del 2015 será recordada como la fecha en que el campamento minero fue declarado zona típica de Chile.
34 años de servicio
en Codelco Chuquicamata permitieron que José Rojo conociera a su esposa Gumercinda Segura, chuquicamatina, con quien ya cumplieron 53 años de casados.
53 años
vendiendo el diario, lleva Luis Zavala, quien a los 9 ya repartía las noticias en el campamento minero.
1970 fue el año
en el que Nelson Morales se hizo cargo como entrenador del club deportivo Káiser, nacido en las actividades de Lisodech.