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Cómo prevenir el conocido "pie de atleta", una común infección del verano

origen. Esta frecuente dermatofitosis contagiosa, causada por hongos, representa un tercio de las infecciones que afectan a los dedos y plantas de nuestras extremidades inferiores. Es más común en hombres que en mujeres.

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El verano suele ser esa época del año en que la mayoría de los chilenos hacen uso de sus vacaciones, descansan, recuperan el ánimo y las fuerzas para enfrentar un nuevo año laboral.

El aumento de la temperatura promueve las visitas a lugares de relajo como son las playas, termas y/o piscinas, además de una serie de cambios en el tipo de ropa y calzado que vestimos, para así sentirnos más frescos y cómodos.

Precisamente, esas condiciones y cambios de hábitos son el caldo de cultivo para el desarrollo de una de las infecciones de la piel más comunes a las que están expuestas las personas: el "pie de atleta" o tiña de pies.

Producida principalmente por hongos dermatofitos, este mal afecta habitualmente los pliegues ubicados entre los dedos, la planta y los bordes del pie. Sin embargo, en algunos casos se extiende a uñas e incluso a otras partes del cuerpo, debido al contacto de la parte afectada con toallas, alfombras, ropa, zapatos o zapatillas y sábanas contaminadas. Incluso, aunque poco común, hay una variante que puede generar alteraciones en el sistema inmune.

"El denominado "pie de atleta" es la más frecuente de las dermatofitosis contagiosas -representa un 70 por ciento de las tiñas y un tercio de las infecciones del pie- y el veinte por ciento de los individuos son portadores asintomáticos de ella. Se trata de una infección producida por un grupo de hongos que tienen la capacidad de infectar nuestros tejidos cutáneos queratinizados y anexos, como son los pelos y uñas. Hay varias especies, pero la más frecuente es el Trichophyton rubrum, que se desarrollan solo en los seres humanos, a diferencia de otros hongos que viven en los animales y en la tierra", explica el doctor Rodrigo Cruz Choappa, magíster en Infecciones y Epidemiología Hospitalaria, jefe de Infectología del Hospital Carlos van Buren y profesor de la cátedra de Micología de la Escuela de Medicina de la Universidad de Valparaíso.

Según precisa el especialista, esta infección es más frecuente en hombres que en mujeres y raramente se presenta en niños. Los atletas, deportistas o aquellas personas que suelen bañarse en duchas de uso común presentan un mayor riesgo, de ahí su coloquial denominación.

Su contagio es por transmisión directa, de persona a persona o a través de superficies donde el hongo puede persistir por un periodo prolongado. Asimismo, el mantener los pies sudorosos por tiempos prolongados, el uso de calzado muy cerrado, compartir zapatos o calcetines son factores de riesgos para la aparición y/o permanencia de esta infección, pues son condiciones que crean un ambiente cálido, húmedo y oscuro favorable para el surgimiento y proliferación de este tipo de microorganismos.

Síntomas

El "pie de atleta" es una patología que se presenta habitualmente entre los dedos o en la región plantar. Sus síntomas o signos principales típicos son piel roja (a comienzo), piel agrietada o con escamas, picazón, ardor o escozor y mal olor.

En fases más avanzadas pueden aparecer ampollas que supuran o forman costras. Si el hongo se disemina hacia las uñas, éstas pueden presentar decoloración y engrosamiento, además puede comprometer a otras zonas como la inguinal.

"Múltiples enfermedades provocan síntomas similares, que pueden confundirse con este tipo de tiña, por lo que ante la sospecha de esta infección se deben tomar muestras por raspado superficial de las lesiones. Estas son analizadas en el microscopio en busca de las hifas (células de los hongos) o mediante cultivos. Solo de esta forma podemos realizar el diagnóstico con certeza e iniciar un tratamiento adecuado", advierte el docente de la UV.

Tratamientos

En opinión del infectólogo Rodrigo Cruz, los antimicóticos tópicos (clotrimazol, ketoconazol, terbinafina) se deberían utilizar en pacientes con infecciones leves y superficiales, sin complicaciones, por ser menor el riesgo de efectos secundarios, mientras que los tratamientos por vía oral se recomiendan cuando la infección es extensa o con abundante descamación, lesiones crónicas recurrentes o recalcitrantes, y en los casos en los que falle el tratamiento tópico.

En todo caso, el mejor tratamiento es siempre la prevención. En esta enfermedad en particular, medidas efectivas con ese fin son mantener los pies limpios y secos, especialmente entre los dedos; usar toallas, calcetines y zapatos propios; usar de calcetines o medias de algodón o hilo y clorar periódicamente tinas o superficies que suelen entrar en contacto con los pies, sobre todo si son lugares de uso común.

Un acertado y oportuno diagnóstico es clave para tratar de manera adecuada la tiña de pies. Uno de los centros más reconocidos para realizar procesos de toma de muestras y análisis de los principales hongos filamentosos que se asocian a infecciones de la piel es el laboratorio de Micología Médica y Ambiental de la Escuela de Medicina de la Universidad de Valparaíso, que cuenta con más de 35 años de experiencia en diagnóstico de las distintas enfermedades fúngicas, tanto de piel como de tejidos profundos. El equipo está constituido por los doctores Rodrigo Cruz y Eduardo Piontelli, las tecnólogas Peggy Vielle y Laura Carvajal, y los técnicos Luis Donoso y Katherine fuentes.