En Calama se vive una fiesta. Cada fin de semana, a partir del recién pasado, se realizarán los partidos de la Copa de Campeones, la que será inaugurada este fin de semana, pero que ya registró sus primeros cuatro duelos, específicamente los correspondientes al Grupo B.

Pero más allá de los resultados (ver página 21), este tipo de instancias tienen una mística distinta al fútbol profesional, acá todos juegan por amor al balompié, no reciben ningún sueldo y sólo el honor de ser campeón es lo que los impulsa a dar lo mejor de sí para alcanzar la victoria.

Entrenadores amateurs, hinchada compuesta por familiares, camarines que están lejos de los lujos que se ven en Europa, pero una pasión impagable son sólo algunos de los elementos que componen este tipo de competencias, donde una falta puede transformarse en una verdadera batahola y aunque tiene esta parte negra, es una práctica arraigada en la idiosincracia nacional.

Durante el aniversario de Calama este es el evento deportivo más importante que experimenta la comuna, siendo su final una de las instancias que genera más expectativas durante el año, puesto que se define que club será el mejor equipo de todas las ligas de la ciudad, honor que podrán presumir hasta el próximo verano, además de pasar a instancias superiores a nivel regional y luego nacional.