El drama de las obras inconclusas
Paciencia y mucha es la que debe tener el calameño para soportar tantas frustraciones ligadas al progreso y a contar con una ciudad más acogedora. Acá los proyectos tardan mucho más que en otras partes del país, lo que provoca un desánimo generalizado en una comunidad muy golpeada.
El último botón de muestra es lo acontecido con el estadio municipal de Calama. Aprobar la construcción de este recinto deportivo costó protestas, reuniones y acuerdos para que el IND lo incluyera en su programa de recuperación de estadios.
Después de mucho bregar se iniciaron las obras y se fijó plazo de término en diciembre de 2013. Pero como es habitual los plazos se retrasaron, hubo problemas con los pagos a las empresas más pequeñas, huelga de trabajadores y otras situaciones que a más de un año de la fecha de término aún no pueda ser entregado para su recepción final.
Siempre se habló de detalles, principalmente con los servicios higiénicos y conexiones eléctricas.
Las visitas de autoridades comprobaban las falencias y aseguraban que estarían resueltas en un plazo casi inmediato. Se entendía porque si eran obras menores que no requerían gran desgaste y podían ser solucionados al menos para que Cobreloa pudiera jugar frente a Cobresal (hoy), aspiración que seguirá pendiente quién sabe hasta cuándo, conforme sigan apareciendo nuevas fallas como la inundación del cuarto de bombas.
Atribuirle todo a la mala suerte sería una injusticia. Aquí la crítica apunta al sistema, al centralismo y la burocracia imperante. No es posible que en casi un mes no esté resuelto el problema lo de los servicios higiénicos si sabe que esa tarea no puede demorar más de cuatro días.
Pero el mail para solicitar la autorización, la firma del encargado del proyecto, la autorización del jefe de la repartición y otra serie de trámites han terminado con lo que hoy conocemos. Un estadio no terminado, con fallas y que cada día desilusiona más a los calameños cansados de obras inconclusas.
Ya es tiempo que las cosas se hagan bien y lo único que se pide es que las autoridades hagan su trabajo.