Con sus 739 kilómetros, la frontera de la Región de Antofagasta, colindante con Argentina y Bolivia, es la más larga de Chile y en esa franja están apostados los destacamentos de Ollagüe, Ascotán, Tocorpuri, Inacaliri, Toconce, Toconao, El Laco y Socompa. Este antecedente nos da una idea aproximada del área de trabajo que cubre un carabinero en la frontera, de un modo que sólo dimensionamos cuando nos adentramos en esos vastos parajes del desierto de Atacama.
Habituarse a lo agreste, soportar frío, puna, soledad, hacer migas con el viento, exige condiciones especiales, como las que caracterizaban al suboficial Rigoberto Candia Pérez, muerto mientras cumplía labores de patrullaje.
Su pérdida nos ha remecido a todos, desde sus camaradas del retén de Ollagüe, hasta el barrio en Tocopilla, donde residen su esposa y sus dos hijos. "Él era uno más de nuestra familia", le oímos decir a una pobladora de Ollagüe, retratando de cuerpo entero a un servidor público, que destacó por su compañerismo y apego a la comunidad que protegía.
El carabinero Candia dejó alta la vara del compromiso. Partiendo por entender la misión que cumplen nuestros policías en la frontera y cuán importante es mejorar sus instalaciones.
En tal sentido, el Gobierno Provincial de El Loa, consciente de esta realidad, ha potenciado los complejos fronterizos de San Pedro de Atacama y Ollagüe, con una inversión de 250 millones de pesos en infraestructura, telecomunicaciones y equipamiento para los funcionarios.
Próximamente, en Hito Cajón, el paso que nos liga con Bolivia, contará con un complejo integrado (US$1.5 millones) dotado con tecnología de punta e instalaciones acorde a las necesidades del equipo humano que trabajará a 4.600 msnm, es decir, Carabineros, Policía de Investigaciones, Aduana y SAG.
El carabinero Candia nos legó un ejemplo de servicio público y en la medida de nuestras fuerzas, intentaremos ponernos a su altura. En tanto, al igual que él, no daremos tregua a nuestra lucha contra el tráfico de drogas, así como en nuestra determinación por castigar a los culpables, que es irrevocable. Su muerte no quedará impune.