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Cristaldo: "Lo estaba pasando muy mal"

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No es un jugador de hacer muchos goles pero ninguno de los que anotó en Calama fue tan importante y gritado como el que le anotó a Pedro Carrizo ayer, en el triunfo loíno frente a los ariqueños.

"Tenía muchas ganas de hacer un gol, de sacarme esta frustración que tuve toda la semana, de poder regalarle un triunfo a los hinchas que lloraban después de la derrota con Audax, o a los niños de Cobreloa que te paran en la calle y te piden que salves a su equipo. Es terrible, por más que uno siente el apoyo y hoy (ayer) quedó más claro que nunca que contamos con ellos. Teníamos una deuda, la seguimos teniendo. Pero les dimos una alegría", dice con los ojos llorosos a la salida del camarín.

El paraguayo, criticado por su nivel y que tiene sobre sus hombros el cartel de ser "el conductor del equipo" confidenció sus últimas semanas, marcadas por resultados adversos, polémicas en el entorno del plantel y sensaciones de los fanáticos en torno a un eventual descenso.

"Lo estaba pasando muy mal. Uno no puede dormir en las noches y la gente de repente no nos cree. Tú vienes acá, entrenas, tratas de dar lo mejor y si nos dieran bailes uno entendería. Pero es difícil asumir que se juega mejor que el rival y no se gana. Eso, el ver que la gente está sufriendo, que para esta ciudad donde a uno lo traen a jugar está conmocionada por el momento del equipo es terrible. Por eso grité tanto el gol, porque sé lo que significa para ellos y para nosotros. Estamos más vivos que nunca", dice el guaraní, quien confidencia que "mi familia fue importante, me contuvo en estas semanas tristes".

Y sus compañeros asumen el valor del paraguayo para pararse frente al balón en el penal. "Nos mirábamos todos sin saber quién iba a ir pero él pidió el balón. Tiene unos huevos enormes y esa personalidad se agradece y se aplaude", comentó el delantero Ignacio Herrera.

Jiménez: "Ya no dan muchas ganas de salir a la calle"

lesionado. El delantero de Cobreloa contó la interna del plantel que pelea por salir de la zona de descenso. "Guachupé" continúa su período de recuperación.

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Definitivamente es uno de los "personajes" del plantel. Por personalidad, tanto fuera como dentro de la cancha, porque muchas veces se echó el equipo en la espalda y fue factor de buenos rendimientos.

Desde hace un par de semanas, José Luis Jiménez carga la mochila de saber que debe reponerse de un desgarro de 10 centímetros, uno que lo sacó de las canchas por 40 días.

Y la situación no ha sido fácil. "Uno llega a la casa molesto muchas veces, muy contrariado porque en estos momentos donde más te necesita el grupo no puedes estar. No porque uno sea el salvador del equipo ni nada parecido sino porque acá hay que sumar esfuerzos y yo no puedo dar el mío dentro de la cancha".

Jiménez sabe que el momento del equipo es complicado. "No hemos ganado partidos que todos esperábamos ganar y después del buen comienzo de campeonato eso nos fue pasando la cuenta en lo mental. No porque estemos vencidos, eso nunca. Pero cuando vas con todo y no te resulta una, después te cuesta mucho más ir de nuevo por el temor a echarlo a perder. Eso le pasa a todo futbolista y es esa confianza la que debemos recuperar".

José Luis Jiménez sabe que a medida que se acorta el plazo para terminar el torneo, la necesidad de puntos es mayor y por tanto, la presión por ganar y salir del fondo.

"Para nosotros no es fácil. Este es un club que nunca estuvo en esta misma situación y sabemos que la gente está dolida, que la pena es grande y que los hinchas nos apoyan aunque tienen el temor de que perdamos la categoría. Imagínate nosotros, que convivimos con esa presión todos los días. He escuchado que nos da lo mismo y no es así, es todo lo contrario", dice.

sin salir

La anterior reflexión de "Guachupé" pasa por la impresión que en ciertos grupos de hinchas genera el optimismo de los "zorros" tras cada partido en que no se suman puntos.

"Acá en el camarín vas a seguir encontrando música en los entrenamientos y vas a ver a más de algunos bromeando. No porque nos de lo mismo sino porque hay que tratar de mantener la normalidad, nosotros lo pasamos mal y en nuestro entorno eso se nota. No dan ganas de salir a la calle siquiera porque Calama es chico y uno siempre le tiene que estar diciendo a la gente que vamos a sacar esto adelante, eso te desgasta mucho más".

Jiménez asegura que "con mis compañeros conversamos mucho la situación, más allá del tema grupal. En el día a día, siempre hablamos de lo que está pasando".

La familia y su papel

José Luis Jiménez hace un mea culpa por lo que su entorno debe vivir ante el mal momento futbolístico que vive él y su grupo de compañeros. "La lesión en mi caso, los partidos que se pierden sin que juguemos mal, los cobros arbitrales, la frustración uno la lleva a su casa y ellos no tienen la culpa. Son quienes te apoyan siempre.