El júbilo tras el pitazo final de Enrique Osses vino a remarcar la necesidad de soltar un grito ahogado de victoria. Hinchas y jugadores se mezclaron en una sola celebración, una necesaria para seguir creyendo en la opción de salvar a Cobreloa del descenso en mayo.
Pero en rigor sólo fue el corolario de una semana cargada de simbolismos. Tras la crisis de los supuestos jugadores "cortados" y las derrotas consecutivas, la sensación de que "todos remaron para el mismo lado" quedó manifiesta, más cuando los fanáticos correspondieron el llamado del técnico Marco Figueroa y los jugadores, quienes pidieron que su hinchada se volcara a apoyarlos. Y así lo reconocen.
Luciano Palos, una de las figuras destacadas de este equipo -contuvo dos llegadas que prácticamente se contaban como goles ariqueños- reconoció el efecto de la fanaticada naranja. "Llegaron el sábado, un día antes del partido en masa, para apoyar. Nosotros sabemos cuánto han sufrido y lo mal que lo pasan. Y aún así tienen la energía de pararte en la calle o después de los entrenamientos para darte aliento, para hacerte sentir parte de un club que no puede descender. Lo de hoy (domingo) es una manera de devolverles tanta angustia", dijo.
Otro de los que miró el encuentro como un hincha más fue el capitán Diego Silva, quien ya está en condiciones de reaparecer tras dos fechas de suspensión. "Fue tremendo, todo lo que se hizo en el camarín -se rezó, se bendijo la cancha, se hizo sahumerio- y la energía que fluyó en estos días sirvió mucho para creer. Acá nadie dice que con ganarle a Arica estamos listos, el esfuerzo que se requiere es mayor. Pero mis compañeros se jugaron la vida y ganaron un partido que muchos nos decían que íbamos a perder. Cobreloa está más vivo que nunca y ahora depende de nosotros confirmar lo que se hizo con otros rivales".
agradecidos
Palos es franco a la hora de asumir que "lo que le está pasando al equipo ahora, dentro de la cancha es total responsabilidad de nosotros, los jugadores. Los hinchas merecen que salvemos esto y tenemos que salvarlo. Por eso es importante ganar, porque más allá de lo estadístico nos quedamos con la sensación de lo que provoca para esta gente que su equipo dé la pelea".
Silva complementa la idea. "Yo siempre dije que me da orgullo ir a jugar a cualquier cancha de este país y allí está un sector del estadio teñido de naranja. Si lo que faltaba para entender que acá estamos jugando con la pasión de una ciudad, que bueno que se dio así. Ahora hay que ir por Barnechea con la idea de seguir sumando porque el triunfo, más allá de lo anímico servirá poco si no confirmamos en la tabla este impulso que nos dio ganarle a un invicto".
mucha fe
A Ignacio Herrera todavía le da vueltas una jugada que pudo anticipar la victoria antes del dramático penal de Cristaldo. "En esa donde me queda de frente quise hacer la 'Gran Carlitos Tévez', eso de amagar para un lado y pegarle para el otro y me perdí ese gol".
Y analiza el vía crucis de los últimos minutos como un premio para los hinchas. "Fue terrible pero por ejemplo, yo corrí los últimos minutos porque como nunca sentí que la gente empujaba, que nos alentaba. No me podía las piernas e iba de nuevo porque ese es el efecto que te da la gente a favor".
El delantero asume que "antes uno escuchaba que te mataban desde la tribuna y ahora fue una semana increíble, todos apoyando. Es verdad que nosotros nos juntamos y reflexionamos con un cura, que sirvió para unir y tener fe, si acá somos todos creyentes. Si antes pedíamos por nosotros, por nuestras familias, esta vez fue el turno de pedir por Cobreloa, por sus hinchas. El triunfo es el corolario de toda esa buena energía".
