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Manos a las obras

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En Calama enfrentamos un serio proceso de transformación, haciendo frente, a nuestra manera, al rezago en el desarrollo urbano de la ciudad en que vivimos. Probablemente, en el pasado las miradas eran distintas y el desarrollo de la ciudad se desconectó del desarrollo económico, resultando que este último avanzara a una velocidad muy superior. El diagnóstico está más que claro: La infraestructura y el funcionamiento de la ciudad no corresponde a los tiempos actuales ni a la bonanza económica de la zona y el país.

El ciudadano ha dado claras y potentes señales de que quiere quedarse en Calama, que quiere disfrutarla, ser parte de su identidad y futuro sustentable. A partir de esas señales, equipos de profesionales con prestigio internacional realizaron una estructuración técnica y metodológica de proyectos para la deseada transformación de la ciudad (independiente de quien los formuló, que es una discusión muy pequeña), siendo la misma ciudadanía la que manifestó su acuerdo con el trabajo a realizar y sus expectativas sobre patrimonio, deporte, recreación y desarrollo urbano.

Hoy la misión es clara, teniendo los proyectos formulados, aprobados y las voluntades de todos los actores para darle a Calama ese salto urbano sustancial que merece, debemos avanzar por la ruta de desarrollo que fue especialmente creada para nosotros y que fue validada técnica, social y políticamente. El objetivo es consolidar los proyectos priorizados y estructurantes para esa nueva ciudad, y salir de ese eterno "loop" de diagnósticos, planificación y planes.

Sin embargo, lo he afirmado en varias oportunidades, el desarrollo sustentable de una ciudad va más allá de su infraestructura física. Las ciudades las hacen las personas y los edificios y parques no sirven de nada sin nosotros. El incorporar dimensión social, el funcionamiento de la misma, mecanismos de sustentabilidad urbana, introducir sistemas de transporte modernos y varios otros conceptos vanguardistas en materia de ciudades, es un desafío que aún nos queda por desarrollar y es el mismo que ha causado interés en el mundo académico internacional, que hoy se suma a ser parte de la solución.

Planificar la ciudad del futuro

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El futuro de Calama más allá del cobre, es una interrogante muchas veces planteada por autoridades que están preocupadas de entregar sustentabilidad a la comuna. Saben que los minerales son recursos no renovables, que tienen un período de tiempo de explotación y que una vez agotados, las zonas productoras deben vivir de sus externalidades.

El discurso del jefe comunal Esteban Velásquez, ha sido siempre claro y fehaciente. Necesitamos preocuparnos de nuestros problemas actuales, pero también del futuro.

Por eso que insiste en que recursos provenientes del cobre se queden en la zona para que puedan ser utilizadas en mejorar la infraestructura comunal la que a simple vista presenta años de atraso. Resolver esa necesidad actual, pero que servirá para ir preparando lo que ocurra una vez que la industria minera decaiga.

La premisa es que se deben crear las bases sólidas para ser ciudad. Terminar con el mero concepto de campamento que hoy vivimos, porque quienes viven de ello mañana ya no estarán.

Por ello es bienvenido el estudio anunciado que realizarán los expertos de Harvard y de la Universidad Adolfo Ibáñez, orientado a definir las condiciones de ciudad sustentable.

Su estudio irá más allá de las necesidades y requerimientos actuales. Habrá una necesaria proyección a varias décadas, con el objetivo de planificar una ciudad ajena a la minería extractiva.

Uno de los temas interesantes es que obviamente habrá una disminución de la población al no existir una fuente laboral tan potente. Entonces se retornará a la Calama de antaño, pero con la herencia de la explotación minera.

Ese fenómeno es el que se debe estudiar y anticipar. Minimizar las consecuencia de la industria minera de hoy, reforzar las características de oasis, desarrollar la agricultura y el turismo pueden ser los puntos de partida de este estudio que serviría para preparar a la ciudad y su inexorable destino.

Son ideas que los habitantes agradecen, pero que agradecerán aún más si tiene una mirada de futuro.