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La hormona del amor y su efecto siquiátrico

solución. Científicos estadounidenses han concluido que la oxitocina podría ser la respuesta para ayudar a la adaptación social de personas con trastornos sicológicos.

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La ciencia ha relacionado a la oxitocina con la forma en que el cerebro procesa el amor, por lo que se ha hecho conocida como la "hormona del amor". Pero ahora los expertos han descubierto que ese componente podría tener un rol clave en el tratamiento de personas con trastornos mentales.

Una investigación encabezada por expertos del Yerkes National Primate Research Center, de la Universidad de Emory, Estados Unidos, determinó que la liberación de oxitocina en el cerebro podría ser un camino en el tratamiento de los aspectos sociales de pacientes siquiátricos.

"Nuestro descubrimiento más reciente abre una nueva avenida de investigación para aprovechar el poder del sistema de liberación de oxitocina en el cerebro para mejorar la habilidad de procesar información social, lo que podría afectar profundamente en el tratamiento de desórdenes sociales, particularmente cuando se combina con terapias de comportamiento, utilizadas para tratar niños en el espectro autista", explicó el doctor Larry Young, jefe de la división de neurología del comportamiento y trastornos siquiátricos del centro de investigación de la U. de Emory.

Ratones y vínculo

Young publicó recientemente junto a Catherine Barrett una "perspectiva" en la revista Science titulada "¿Puede la oxitocina tratar el autismo?".

Sus colegas que participaron en estudio crearon un índice en el que detallaron los efectos de actividades que benefician las relaciones sociales. Para esto experimentaron con el vínculo entre parejas de ratones de campo monógamos y otras especies de roedores.

El vínculo monógamo entre los ratones se forja a través de la liberación de oxitocina durante el apareamiento. También la unión entre la madre y el hijo se refuerza mediante la liberación de esa hormona. Por eso, los científicos concluyeron que la oxitocina podría ser el fármaco clave en el tratamiento de trastornos sociales de pacientes con autismo.

En el estudio los investigadores le suministraron a los roedores un fármaco que promueve la producción de oxitocina y lograron vincular ratones masculinos y femeninos sin que se aparearan.

La misma droga activó la liberación de oxitocina directamente a los "centros de recompensas" del cerebro, que son los responsables de generar los vínculos sociales. Por eso los investigadores se muestran confiados en que esta hormona pueda ayudar a los pacientes con trastornos mentales a procesar información social.

"Imagina una droga que puede inducir la atención social y la motivación que siente una madre cuando está amamantando a su hijo o el vínculo entre nuevos amantes", afirmó Young para ilustrar los posibles efectos de este químico.

"Esto es exactamente lo que hemos mostrado en nuestro más reciente estudio de la relación de la oxitocina y la viabilidad química para ser un objetivo terapéutico para mejorar las funciones sociales en desórdenes siquiátricos, incluyendo trastornos dentro del espectro del autismo y esquizofrenia", agregó.

La ciencia ha demostrado que cuando hay un vínculo romántico se activa la liberación de oxitocina, lo que, a su vez, eleva los niveles de dopamina (neurotransmisor que controla los centros de recompensa y placer del cerebro". Esto provoca un efecto "gratificante".

Un informe publicado esta semana por la OCDE reveló que una quinta parte de la población en edad de trabajar sufre una enfermedad mental. Los investigadores a cargo del reporte alertaron que un 50 % de ese total tiene "disfunciones severas". Para hacer frente a esta situación, la OCDE recomienda hacer del problema de la salud mental una prioridad para las partes implicadas en el mundo laboral, en el sistema sanitario y en todas las políticas sociales, incluidas las de desempleo y minusvalía, por los efectos económicos que tienen estos males.

Carolina Collins