Cadenas de oración por trabajador accidentado
estado. Familia, amigos y comunidad escolar esperan un milagro.
Estable dentro de su gravedad es el actual estado de salud de Rosalindo Araya Castillo de 60 años, el trabajador que sufrió una caída de gran altura mientras instalaba una pesada imagen religiosa con el sistema de poleas en el Colegio Juan Pablo II de Calama, perdiendo la estabilidad y precipitándose desde una balcón, golpeando su cabeza contra el suelo, hecho que le ocasionó una grave lesión como es la muerte cerebral.
El jueves pasado, el auxiliar accidentado fue llevado de urgencia en un avión ambulancia hasta Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) de la Clínica Bicentenario de Santiago, donde fue sometido a varios exámenes que confirmaron su grave diagnóstico.
Familiares y funcionarios del recinto educacional viajaron hasta la capital para acompañar al lesionado, el cual sólo se podría salvar de la muerte con un milagro, tal como lo ha manifestado su familia.
Debido a lo anterior, durante estos días se han organizados diversas velatones y cadenas de oración por parte de la comunidad escolar, para rezar y pedir por una mejoría del estado de salud del trabajador.
Según los médicos especialistas, la muerte cerebral o encefálica es un estado irreversible, en el cual ya no hay posibilidades de que exista una recuperación, por lo tanto, las personas que sufren esta condición se encuentran con sus signos vitales básicos mantenidos por máquinas y una vez que estos artefactos se apaguen, el paciente irremediablemente morirá.
Este estado implica el cese irreversible de la actividad vital de todo el encéfalo, incluido el tallo cerebral.