Fue en febrero de este año cuando Claudio Lagos, primera autoridad de gobierno en la provincia tomó un rol más que protagónico en la entrega del estadio municipal de Calama. Desde su sitial intentó mediar entre la empresa constructora, el IND, el ministerio del deporte y las autoridades locales para que Cobreloa fuese local en el moderno recinto. Gestiones que lo enfrentaron con más de alguna traba administrativa y centralista para recibir la obra.
"Lo pasé más mal como hincha que como gobernador, es súper difícil estar a este otro lado cuando uno tiene motivaciones como fanático del fútbol. Yo siempre quise que el estadio hubiese estado en diciembre o enero y tuvimos que soportar mucho. Como gobernador uno tiene que cumplir un rol que tiene que ver con informar, con contener, con gestionar y apurar. No es fácil. A uno más le duele como cobreloíno y calameño que como autoridad la tardanza", dice.
Y literalmente usted mencionó que "ponía la cabeza en la gillotina"... Se dice que casi le costó el cargo el presionar tanto a Santiago para apurar los procesos...
Lo que pasa es que yo estiré más el elástico de lo que lo debí estirar y estuvo a punto de cortarse. Entiendo que las cosas se tienen que gestionar y por ahí hubo varios tirones de oreja que me llegaron por mi porfía de querer el estadio lo más pronto posible. Fueron más que tirones de oreja pero no vamos a decir de quién porque se notó mucho que me la jugué más como hincha que como gobernador. Pero es mi papel y los costos uno los asume. Si uno no apura, no presiona, no está jodiendo, las cosas no suceden. Y acá finalmente sucedieron...
¿Faltó voluntad de alguien?
Sería injusto decir eso. Estuvimos presionados por temas administrativos, de empresas que no cumplen, temas judiciales. Es una serie de trabas que no necesariamente la gente ve. Los cargos son para generar que las cosas sucedan. Este estadio lo estamos entregando no por una cuestión espontánea sino que hubo trabajo de muchos, jefes de gabinete que presionaron... No fue fácil. Lo que a mí me interesaba era que se pudiera ocupar, que se pudiera jugar.
¿Ni siquiera Estadio Seguro?
Por el contrario. Con José Roa de Estadio Seguro hemos tenido una comunicación diaria, con el ministerio del Deporte igual. Hemos estado muy coordinados para que todo esto suceda.
¿Y estar al medio de una pugna tan emblemática para la gente de Calama le trajo costos personales?
Fue un parto pero como todo parto termina con un momento más que hermoso. Y eso no es con la entrega de hoy (ayer) sino que cuando la gente venga, disfrute su estadio y ojalá que Cobreloa gane. Recién en ese momento yo me voy a dar como pagado con todo lo que tuve que pasar en esto de sacar la obra adelante. Será el día más feliz desde que soy gobernador y esa felicidad no me la va a quitar nadie.
¿Lidió con desconfianzas en medio de un ambiente donde la clase política está algo cuestionada por la gente?
Me dolían más los comentarios de tardanza y desesperación como un hincha que como autoridad. Pero lo entendía. La gente veía el edificio terminado pero había baños no terminados, no había agua... Pero esto no es un logro personal, es parte de un gobierno.
El intendente Valentín Volta reconoce que el estadio se atrasó porque falta descentralizar el IND, porque hubo que consultar todo con Santiago dejando espacio a la burocracia...
Creo que el IND es una institución muy joven y está en un proceso de maduración importante, de crecimiento. Y una de esas líneas de desarrollo debe apuntar a la descentralización. Uno tenía que estar constantemente contactándose con Santiago. Era complejo porque lamentablemente no conocen qué hay acá, no viven nuestro día a día.