El cara y sello de los hospedajes en Calama
problemática. El auge minero hizo que en la ciudad proliferaran este tipo de negocios, muchos de los cuales hoy se encuentran en una grave crisis por falta de pasajeros. Sus dueños culpan a las empresas que prefieren construir campamentos en las inmediaciones en vez de alojar a sus trabajadores en la ciudad.
La pujante actividad minera que durante estos últimos años experimenta la Segunda Región y por supuesto Calama, no solo fue una buena noticia para las arcas fiscales y los dueños de los yacimientos mineros. También lo fue para aquellos emprendedores loínos, quienes vieron esta situación como una oportunidad de negocio.
Dentro de estos empresarios se encontraban los dueños de hostales y residenciales.
La construcción de obras como la mina Ministro Hales o Chuquicamata subterránea, entre otros, requerirían de miles de trabajadores los que, en su mayoría, provendrían desde otros puntos del país, por lo que el alojamiento se transformó en un servicio estratégico para las empresas.
Bajo esta premisa, en Calama comenzaron a proliferar las residenciales y hospedajes para recibir exclusivamente a trabajadores de faenas mineras. Paralelamente los negocios de esta área, que ya estaban en la ciudad desde antes del boom minero, se reformularon y comenzaron también a recibir a este tipo de pasajeros. Otro tanto habilitó piezas en sus mismas viviendas.
Pero este boom parece que está llegando a su fin, al menos para un grupo de empresarios quienes desde hace ya más de seis meses han visto cómo sus hostales y residenciales no están generando ganancias y que el fantasma de la quiebra está cada vez más cerca.
"Yo tengo capacidad para recibir hasta 92 personas en mi residencia. Hoy no tengo ninguno", señala Antonio Ramos, uno de los empresarios afectados que lleva más de 6 años en este rubro.
Según cuenta, fue el año pasado cuando finalizó un proyecto minero en Sierra Gorda, la fecha en la que se inició la debacle. "Después de eso se notó considerablemente la baja de pasajeros en Calama", señala.
Algo similar es lo que está experimentando, Franklin Berna, otro empresario afectado quien tiene dos residenciales con capacidad para 15 y 18 personas respectivamente y que hoy están sin pasajeros. "Tenía 20 trabajadores y ahora solo tengo 5. No tuve otra alternativa que despedir gente y eso a mí no me gusta porque es despedir capital humano", señaló.
El caso de Víctor Enríquez no es más alentador que los anteriores. Él, en septiembre del año pasado, ya tuvo que cerrar uno de los dos hostales que tenía en Calama.
En la actualidad tiene uno cuya capacidad es para 70 personas, pero solo se alojan 8. "Esto es una bomba de tiempo", dice categóricamente.
Su familia también se ve afectada por esta crisis pues su hermano y su sobrina también tuvieron que cerrar distintos hostales que se ubicaban tanto en el norte como en el sur de Calama.
Las razones
De acuerdo a los afectados tres razones por lo que este rubro en Calama ha ido a la baja. Una de ellas tiene relación con el cierre o término de obras de varias faenas mineras que se ubicaban en las cercanías de la ciudad.
Otra de las razones tiene que ver con la desaceleración que vive la economía chilena desde el año pasado.
La tercera razón, y una de las que más preocupa a estos empresarios tiene que ver con la construcción de campamentos por parte de empresas mineras como la que está instalada en las cercanías de RT.
"Estas empresas meten hasta 5 mil personas en unos container que están acondicionados para el albergue de estos trabajadores", señala Franklin Berna, quien además afirma que muchas de estas personas no pisan nunca un pie en la ciudad pues son trasladados desde el aeropuerto directo al campamento.
Aseguran que ellos poseen una buena infraestructura para poder recibir a estos trabajadores y que el precio no va ser más caro de lo que en la actualidad le estaría cobrando la empresa que administra dicho campamento.
"Actualmente la política que está llevando a cabo Codelco en la ejecución de sus proyectos estructurales es que todos los servicios son contratados en la capital con empresas extranjeras con sede en Chile o de la Región Metropolitana, en desmedro de los servicios que se pueden contratar en nuestra ciudad. Muestra de ello es que la mayoría del personal contratado pertenece a otras regiones", señaló Antonio Ramos.
Dicen que esta situación es preocupante y que sólo es la punta del iceberg para un problema que no solo los perjudica a ellos sino que también a otras áreas como la del transporte, la alimentación e incluso los servicios del agro.
En este sentido Ramos indica que: "si se realiza un análisis del estado actual de las Pymes de nuestra ciudad, se puede decir que un gran número de ellas quebró por la falta de actividad debido a la recesión económica".
Es por ello que él junto a otros 9 empresarios del alojamiento se está organizando para dar a conocer esta situación y poder mitigar la crisis que ya está ad portas.
Hasta el momento ya han solicitado audiencias con el gobernador y algunos concejales. Mientras tanto, hacen un llamado a las autoridades del gobierno y la minería para que tomen cartas en el asunto y así "corregir la política que se está llevando a cabo que no ayuda al desarrollo y mantenimiento de nuestra ciudad", precisa la pequeña empresaria calameña.
La otra cara de la moneda
Pero así como hay hostales y residenciales que han visto mermadas sus actividades, hay otras que parecen estar gozando de buena salud.
Porfirio Aguirre, es el dueño de Acla Ltda. Una empresa con más de 10 años en Calama y que dentro de sus servicios ofrece alojamiento.
Entre sus clientes hay varias empresas, todas ellas ligadas al ámbito de la minería.
De acuerdo a lo manifestado por él, también se vieron afectados por la crisis y por consiguiente hubo una baja de pasajeros.
Sin embargo, señala decidieron luchar contra ello y trabajaron para poder profesionalizar su servicio.
"La visión que nosotros tuvimos es que esto también nos iba a afectar. Entonces en ese minuto, proyectándonos en el tiempo apostamos a profesionalizarnos", señala Aguirre.
Para ello - dice - pasaron de ser un arrendador de pensiones a un negocio profesional.
En este sentido realizaron varios cambios e inversiones, como por ejemplo contratar a una ingeniera en alimentos para que supervisara todo el proceso, mejoraron sus cadenas de frío e incluso, armaron su propia panadería.
"Este tipo de cosas nos dan un plus y mejoran la calidad de nuestros servicios", agrega Félix Orellana, administrador de dicha empresa.
Gracias a todos estos cambios, que surgieron luego de una auditoría y análisis de la situación, además han podido contratar mano de obra y darle trabajo a varios loínos.
Por el momento poseen 8 hostales instalados en distintos puntos de la ciudad y en el corto plazo esperan ampliar el rubro.
"La visión nuestra es ser sustentable en el tiempo, esa es la idea nosotros. No somos un hotel, no somos un hostal, damos un servicio tremendamente más delicado, más complejo porque le entregamos servicios a personas, porque nuestro objetivo final es profesionalizarnos y eso nos ha permitido mantenernos en el tiempo", concluyó Orellana.
"Yo tengo capacidad para recibir hasta 92 personas en mi residencia. Hoy no tengo ninguno".
Antonio Ramos
Empresario loíno.
Antonio Ramos, Franklin Berna y Jannette Véliz están en proceso para conformar una agrupación de empresarios de hostales y residenciales de Calama. El objetivo es poder reunir la mayor cantidad de personas, dueñas de estos negocios que se han visto afectados por la baja en la cantidad de pasajeros. Hasta el momento cuentan con 10 empresarios. Dicen que no descartan realizar movilizaciones para que sean tomados en cuenta. Por el momento ya han agendado reuniones con el gobernador provincial y con algunos concejales de la comuna.
Las estafas y el no pago de los servicios ha sido otro de los problemas a los que se ven enfrentados los dueños de hospedajes para trabajadores de la minería. Esto es lo que vive actualmente Víctor Enríquez, a quien dos empresas le deben $13 y $28 millones de pesos respectivamente. "Nosotros como empresas de esta características estamos constantemente expuestos a este tipo de estafas y nadie nos ayuda, nadie nos entrega una solución al respecto", expresa ya sin esperanza el empresario. En este sentido cree que aquí las empresas mandantes muchas veces se lavan las manos y hacen vista gorda a esta situación.