E l arte como bien de consumo es muy poco demandado en Calama, y las distintas manifestaciones que la componen no gozan de popularidad y tampoco de interés masivo ya sea en pintura, danza o bien la música en sus distintas variedades.
En este panorama la educación musical pareciera ser una tarea titánica y que en Calama tiene ejemplos que se centran en la labor de forjar disciplinas y talentos que necesitan una alternativa que vaya más allá de los términos formales dentro de un proceso formativo: el canto, el aprendizaje de un instrumento y pertenecer a alguna agrupación que convoque estas necesidades artísticas, las educativas y que sean constantes en el tiempo.
Jahel Villalobos es una estudiante de 16 años, por estos días compatibiliza su práctica dual pero sin dejar de lado su pasión por el violín. "Tengo la suerte de pertenecer a Calama Mi Sol, y en los ensayos busco siempre despejar mi mente tocando mi instrumento, y soy una agradecida de poder dedicar parte de mi tiempo a mi amor por la música", dice esta joven, quien agrega que "hay muchos jóvenes que no están interesados en el deporte o en seguir una carrera técnica que les sirva para ganarse el futuro. Estamos quienes sentimos otro tipo de vocaciones, y la música es una de ellas. Gracias a Calama Mi sol puedo encontrar en ella esa vía que necesitamos practicar y sentir".
EDUCACIÓN MUSICAL
La escasez de oferta educativa musical es un tema que genera también complejidades, "porque no todos tienen acceso a un instrumento, los cuales tienen un alto costo. Por ejemplo mi chelo está por sobre los 600 mil pesos y esa es una desventaja, porque si un joven como yo que no tiene los recursos no podrá siquiera aventurarse a dedicar su tiempo libre a lo que le gusta. Además, no existen escuelas o liceos como en Antofagasta donde está el Liceo Experimental Artístico, donde desde pequeños aprenden y dan continuidad a la formación musical", explica Gonzalo Ledezma, quien también participa en la orquesta Calama Mi Sol, y es parte de la Orquesta Sinfónica Juvenil Regional en la cuales alterna.
"La tarea no es fácil, porque hoy la sociedad educativa en cierta forma ha dado la espalda a la formación artística. Hoy esa arista no está incluida por ejemplo en la reforma educacional. Yo tengo la oportunidad de viajar y conocer muchas realidades y veo que en Calama se ha avanzado, han alcanzado un nivel que les permita continuar y sobre todo mejorar en la formación de talentos y por supuesto de una generación de jóvenes que buscan alternativas a la educación formal. Esa es una consideración muy especial que no se mira, no se discute y menos aún no se visualiza. Menos en regiones", comentó sobre esta realidad el director de la Orquesta Nacional Infantil Felipe Hidalgo.
Sobre la oportunidad de poder aprender y contar con los espacios para su desarrollo en lo musical Jahel Villalobos advierte, "que si no fuera por Calama Mi Sol no podría dedicar parte de mi tiempo y de mi interés a la música. No sólo por lo caro de un instrumento, sino porque es muy caro solventar clases particulares y espacios para ensayos y mantener esta actividad de manera constante", explica.
"Hoy se puede ofrecer esta alternativa de formación y promoción de la música gracias a que Calama Mi Sol ha abierto esa posibilidad, y si bien las cosas no son fáciles es un esfuerzo tremendo el dotar a la ciudad de una posibilidad que convoca y permite que jóvenes y niños de todos los estratos sociales y sin condiciones accedan a ella, y sociabilicen, se sensibilicen y comprendan su entorno a través de esta herramienta tan importante como lo es la música", expresa el director de Calama Mi Sol Osvaldo Poyanco acerca de esta alternativa.
ESFUERZOS
Tanto Osvaldo Poyanco como Felipe Hidalgo coinciden en que hoy el arte y sus manifestaciones no son valoradas en una sociedad que alienta la educación con objetivos tradicionales, "las carreras y sobre todo el futuro de un joven está asociado a que se instalen en carreras técnicas que proyecten buenos sueldos y les permitan a los jóvenes vivir en el futuro, pero no a todos les gusta lo mismo. No todos los jóvenes tienen esa aspiración de llegara a la universidad a estudiar ingeniería, medicina y en el caso de Calama algo que tenga que ver con minería. La amplitud de aspiraciones artísticas están presentes en todas partes y muchas veces se pierden grandes valores, potenciales talentos que perfectamente podrían ser grandes músicos, formidables ejecutores o artistas de renombre, sólo porque hoy los espacios de formación están acotados y Santiago concentra todo. Por eso ejemplos como Calama Mi Sol o Calambanda son tan nobles e importantes para mí, porque se trata de procesos e inversiones que no le dan la espalda al arte y la necesaria formación de nuevas generaciones de quienes aspiran legítimamente a formarse en áreas necesarias para la sociedad", reflexiona el director de la Orquesta Nacional Infantil que visitó Calama y compartió una clase magistral con estudiantes y miembros de agrupaciones musicales de la ciudad.
Las alternativas que tienen hoy los jóvenes por desarrollar sus intereses e inclinaciones musicales en Calama son: Calama Mi Sol (con patrocinio de Codelco), Calambanda (apoyada por la Corporación de Cultura y Turismo) y la Orquesta Clásica de Calama; espacios donde pueden acceder interesados y que tengan afición - y deseos serios- por la actividad y creación musical.
Para Jaime Contreras, saxofonista en expansión "hoy hacen falta espacios para crear, aprender y sumarse a fomentar alternativas para niños y jóvenes que no buscan instalarse en una universidad tradicional a estudiar carreras tradicionales. Queremos que el arte y la formación musical en espacial sean valoradas como las ingenierías, el derecho o la medicina. Por qué Calama tiene que estar vinculada a la formación técnica minera y práctica sin entregar también otras posibilidades de educación que hagan soportable la vida en una ciudad tan castigada por los efectos de la extracción minera", reflexiona y critica este amante del jazz y Stravinski.
Este alumno de segundo medio, y que participan en cuatro agrupaciones musicales piensa en "que hoy el trabajo duro que se realiza en faenas incide en que tengamos ciudadanos estresados, abúlicos y alienados en jornadas laborales. Y esos modelos no ayudan a mejorar una sociedad y se hace falta de que las nuevas generaciones tengan algo más que optar a carreras relacionadas a la minería, y que descubran vocaciones que ayuden a Calama a encontrar equilibrios", advierte el joven.
"Lo que preocupa es que no exista un interés mayor por crear más espacios de difusión, y sobre todo de mayor participación en alternativas artísticas porque generan impactos positivos en quienes las practican. La tolerancia, la creación de hábitos, la disciplina y las sensibilidades en una sociedad que tan inmediatista y que hoy nos golpea con el exitismo, lo económico y lo banal se superan con arte y una vocación para ello. Gracias a Calama Mi Sol, Calambanda y otras pocas se está abarcando ello en tiempos que incluso las horas de música han sido recortadas dentro del currículum escolar", sentencia Osvaldo Poyanco.
En la titánica tarea de forjar, educar e incentivar la formación de talentos musicales el director de la Orquesta Nacional Infantil, Felipe Hidalgo abre una luz de esperanza y también de reconocimiento, "porque noto que hay un trabajo formativo, una semilla que bien cuidada y también apoyada podrá entregarle a la ciudad y a las futuras generaciones la posibilidad de contar con más orquestas, más participación y una nueva forma de apreciar la cultura. A que no sea ajena ni lejana para los habitantes de Calama. Obviamente hay que trabajar en ello, a que las empresas locales se sumen a un trabajo de largo plazo y que la mirada apunte a democratizar el acceso a la educación musical, y creo que Calama puede optar a ese camino con lo que he visto, sólo dependerá de cómo se desarrolle y encauce un proceso que espero rinda frutos. De momento he visto una generación que desea y espera dedicarse a la música y ojalá este deseo se cumpla y entregue muchas satisfacciones a los habitantes de esta tierra ".