Cementerio Municipal : Mudo testigo de historias loínas
El Cementerio Municipal de Calama fundado en 1897 es el lugar de descanso de varios loínos que dejaron huella en la ciudad. A la entrada nos podemos encontrar con un lugar especial para Bomberos y de la misma manera, con el mausoleo de la familia Abaroa o del reconocido Félix Hoyos.
Varios soldados, carabineros, infantes, todos con una historia detrás. Un memorial de los detenidos desaparecidos de Calama durante la dictadura de Augusto Pinochet y un pabellón exclusivo para los más pequeños.
Al frente de la tumba de un bebé de nombre Benjamín, se puede apreciar un mural, hecho por su madre. A su vez, fotos de personas fallecidas hace varios años atrás, que se mantienen intactas a pesar del tiempo.
El recinto ofrece un gran número de historias, pero - sin duda- hay algunas que se destacan más que otras.
Botitas Negras
Más de alguno sabrá la historia de Irene Iturra, conocida como la "Botitas Negras". Una mujer que fue asesinada a los 27 años por la década de los 60 y de la cual sólo pudieron rescatar pies y partes de sus piernas con botas negras.
Con el tiempo, se fue convirtiendo en la "patrona de los pobres" y también de las "trabajadoras de la noche". Se cree que sólo cumple a las mujeres y su tumba cuenta con una gran cantidad de placas por favores concedidos.
Según uno de los trabajadores del cementerio, Washington Muñoz, la tumba sigue siendo visitada, sobre todo por extranjeras. "Vienen hartas trabajadoras de la noche, más extranjeras que chilenas sí, le traen flores, limpian, etc. Pero este lugar siempre cuenta con visitas".
El mausoleo de Irene Iturra el año 2004 fue consumido por el fuego, por lo que tuvo que ser reconstruido. Actualmente, se encuentra a la entrada del cementerio y en excelentes condiciones.
La Novia
Rodrigo Pérez es otro trabajador del recinto municipal y cuenta que han recibido a varias personas que buscan la tumba de "La Novia". Aun cuando no se tiene en claro cuál es la leyenda, muchos jóvenes se interesan por visitar el nicho.
Al hacer un recorrido nos percatamos que sólo hay una novia en los pabellones del cementerio. Se le llama así porque la foto dentro de la fallecida dentro del nicho la refleja vestida de novia. Sin embargo, no se sabe con exactitud el porqué.
Mateo Riquelme
No ha pasado un año desde la muerte del pequeño Mateo, asesinado por su padrastro. Sin embargo, el lugar donde descansan sus restos es uno de los más visitados del cementerio.
Según cuentan los trabajadores, generalmente vienen personas acompañadas por niños, quienes le dejan flores, juguetes, cualquier recuerdo a la tumba de Mateo Riquelme.
Actualmente, ya posee dos placas por favores concedidos y, además rodeada de juguetes, flores y mensajes.
Washington Muñoz, fue el que le realizó el trabajo de la placa con el nombre de Mateo, quien lo hizo de forma gratuita. Para él una de las cosas más tristes de su trabajo es enterarse de la muerte de un niño o enterrar a niños.