Advierten poco interés en la demanda cultural de Calama
realidad. Análisis es compartido por autoridades y el activo cultural de la ciudad y que pese a este diagnóstico surgen y se han instalado en la comuna una serie de alternativas que permiten incentivar su consumo con distintas iniciativas e incentivos.
Pensar en que Calama es una ciudad donde se vive y se impregna cultura pareciera ser una realidad imaginaria en el contexto que vive la comuna, que está más empapada de otro tipo de intereses, que relegan a la actividad cultural a espacios que no gozan de popularidad y que hacen de su actividad un trabajo de nobleza y de culto en la capital de la provincia de El Loa.
En Calama la Corporación de Cultura y Turismo fomenta, ejecuta y articula una serie de propuestas, trabajo y programación cultural que abren ventanas, participación y panoramas que están orientados a que la población local pueda, junto a su activo cultural, gozar y ser parte de diversas aristas como lo son: la danza, el teatro, el fomento lector y también la recreación de los loínos.
Pese a este titánico esfuerzo hay quienes advierten que en la ciudad la cultura minera, las tendencias que impone el mercado y la moda "alejan al ciudadano común de aspectos culturales importantes dentro de una sociedad que se merece más alternativas y donde noto que hay muy poca exigencia de estos espacios como la lectura, tiendas para ello y otros que promuevan y generen una demanda constante para ello" analiza Miguel Urrelo, miembro de la Asociación de Escritores de El Loa.
El diagnóstico es evidenciado y compartido por la directora regional del Consejo de la Cultura y las Artes, quien agrega "que hoy la sociedad demanda cosas impuestas por la moda, las radios y una contracultura que promueve los éxitos del momento, las lecturas banales y una serie de contextos que son de carácter comercial y poco y nada se asocian al trabajo cultural necesario dentro de una sociedad que en el caso de Calama se ve afectada por una serie de factores asociados a la minería y la escasez de interés por lo que se conoce como cultura formal", precisa Carla Redlich.
Como dato en Calama sólo existe una librería que vende y oferta textos de variada índole (desde literatura clásica, hasta best sellers y textos orientados a la mecánica, la cocina y los misceláneos), que detalla el verdadero interés de los calameños por acceder, por ejemplo, a la cultura y sobre todo a la lectura.
CALAMA ESCRIBE LIBRE
Ante este panorama advertido, aparecen nobles e importantes iniciativas que trabajan por "sociabilizar" la cultura en Calama. Uno de ellos es el programa Calama Escribe Libre, y que impulsado por la Corporación de Cultura y Turismo "busca ofrecer una alternativa de reflexión análisis y también de conocer la producción literaria local, a la cual apuntamos, invitamos y conocemos en nuestras distintas actividades", explica David Sepúlveda, uno de los coordinadores de este.
A las Noches Literarias que la Corporación de Cultura y Turismo promovía, este espacio llevó a que la entidad extendiera esta bajo el programa Calama Escribe Libres, "y donde existe una demanda de los escritores locales que si bien son pocos, está escribiendo y produciendo mucho, e incluso están presentes en distintas antologías dentro del país", agrega David Sepúlveda.
A través de dos ejes: el fomento lector y la creación literaria local ha forjado un interés de culto entre los escritores locales que han fijado su interés en este espacio que además "es una renovación, una sabia nueva para la cultura calameña, y que sin dudas aporta al crecimiento cultural que necesita una renovación en la ciudad", agrega Miguel Urrelo.
"En el espacio que ofrece el Café Arte Vicente Huidobro se visualiza una demanda cultural por parte de un activo cultural inquieto y que asiste a las actividades programadas, es un punto de encuentro que genera el interés de acceder y compartir cultura, y que esperamos seguir potenciado", explica Paula Campos, administradora del emplazamiento que alberga a quienes buscan consumir textos literarios, análisis de estos y compartir manifestaciones artísticas en ese emplazamiento colindante a la Biblioteca Pública de Calama.
FOGÓN LITERARIO
Entre el trabajo articulado por este programa se cuenta el que el Centro de Detención Preventiva y algunos establecimientos educativos de Calama han accedido al trabajo cultural que proyecta y desarrolla el programa Calama Escribe Libre, "y que nos ha traído satisfacciones y también nuevos desafíos porque queremos expandir esta articulación a más escuelas y liceos", agrega David Sepúlveda sobre los talleres que han comenzado a ofrecer y realizar fuera del Café Arte Vicente Huidobro.
Además, una de las apuestas es el "Fogón Literario", el que se desarrolla a contar de las 20.00 horas cada último jueves del mes en el Biblioteca Norte (en calle Granaderos, a un costado del consultorio Enrique Montt) "es una invitación a la comunidad a compartir alternativas de comunión para el fomento creativo y la lectura", explica Sepúlveda.
Fogueado en la lectura de los clásicos de la literatura moderna y antigua, más su experiencia como expositor de los talleres y noches literarias de la Corporación de Cultura y Turismo, David Sepúlveda analiza el poco interés de los calameños por acceder no sólo a la lectura sino que también a otras expresiones de esta, "y que en general son parte de la sociedad minera en la que estamos insertos. Cuesta realizar actividades, pero se hacen cosas importantes, y prueba de ello es que la Corporación de Cultura y Turismo apoya la extensión de este programa, la que es complementada con cine y talleres de narrativa en distintos temas, facetas y para todo tipo de público", analiza.
Por otra parte, la Asociación de Escritores de El Loa se suma a la oferta, "porque tenemos una instancia de creación y también de acogida para el activo cultural como también para los pocos calameños que se interesan en buscar estos espacios. Como autocrítica reconozco que nos falta coordinar y mejorar muchos aspectos que van desde una sede, hasta una promoción más efectiva de acceso a la cultura. En eso tenemos tarea pendiente", reflexiona Miguel Urrelo.
"Cine, teatro y otras manifestaciones artísticas y culturales no están dentro del interés del calameño, o de la población que habita Calama, no porque no les interese, sino porque no se ha creado en la ciudad una educación que con el tiempo demande participación y goce por lo estético asociado a la cultura, ese es un desafío que como país tenemos, y a la cual Calama no está exenta y que debemos cultivar", sentencia Carla Redlich.
Otro de los antecedentes que entregan una visión del poco interés demostrado por la cultura y las artes en la población loína es que sólo dos eventos marcan la oferta literaria: La Feria del Libro en el mes de marzo y la Semana Literaria en Junio. "Para fortalecer y mejorar esta carencia, se hace necesario que existan proyectos a largo plazo, como lo que hizo la Corporación de Cultura y Turismo desde hace un tiempo en fomentar programas y proyectos como las Residencias Socio Artísticas y Arte y Transformación Social, que generaron un impacto y una participación que pudo haberse replicado en otros sectores de la población local y que sin dudas hubiera entregado positivos resultados en la creación de nuevas audiencias, más lectores y de personas más demandantes de arte y cultura", señala Redlich, ante esta realidad que presenta Calama.
Ante esta realidad tanto el activo cultural y las autoridades respectivas instaron a la ciudadanía a demandar por más espacios y alternativas que mejoren, entreguen los espacios y las condiciones necesarias que Calama debe y merece tener ante una realidad que no favorece el desarrollo y la demanda de eventos e instancias culturales.
"No se ha creado en la ciudad una educación que con el tiempo demande participación y goce por lo estético asociado a la cultura".
Consejo de la Cultura y las Artes.