Bibliotecas públicas y su lucha por mantenerse vigentes
desafío. Al avance tecnológico y ante una sociedad mediatizada estos espacios continúan ofreciendo importantes servicios a la comunidad y fomentando la lectura como una sana y también entretenida fórmula de acceder al conocimiento.
O trora punto de conocimiento, consulta y también de tareas escolares, las bibliotecas públicas eran el centro de entusiastas escolares y amantes de la lectura que encontraban en estos espacios la información, el conocimiento y las noticias que servían para realizar una serie de trabajos, despejar dudas y adquirir datos relevantes dentro de una demanda que poco a poco ha perdido relevancia, pero no así vigencia.
En Calama existen dos bibliotecas públicas, las que están dentro de la red de la Dirección de Bibliotecas Archivos y Museos (Dibam), organismo que las asiste y también patrocina porque en la ciudad estos centros dependen de la Corporación de Cultura y Turismo, la que financia sus operaciones y también rige y articula su trabajo en la comunidad local.
En 1940 se fundó la primera biblioteca pública de Calama, pero en 1954 y tras el terremoto del año anterior se reinaugura este espacio en donde antiguamente se emplazaba el Juzgado de Policía Local (a un costado de la Municipalidad de Calama) a petición del entonces alcalde José Lira, y luego fue trasladada luego a la escuela Presidente Balmaceda (D-48), hasta que fue instalada definitivamente en la entonces calle Ramírez.
Hoy la realidad de las bibliotecas públicas de Calama dista mucho de lo que en épocas anteriores era "porque obviamente el impacto tecnológico revolucionó todo y las bibliotecas públicas no estuvieron ajenas a ese fenómeno, pero más que cambiar y modificar todo abrió también nuevos desafíos para las bibliotecas públicas, porque demanda por ejemplo vincularse a ellas, incluirlas como herramientas de trabajo y en base a esta ofrecer además un servicio más", explica Edilia Thompson, directora de las Bibliotecas Públicas de Calama.
En el contexto actual de las bibliotecas locales estas se encuentran denominadas como la 359 para el caso de la que se ubica en el paseo Ramírez y la 220 para la emplazada en la avenida Granaderos, a un costado del consultorio Enrique Montt. Y en el caso de la primera cuenta con 16 mil volúmenes, más otros 11 mil títulos para la del sector norte.
NUEVAS EXIGENCIAS
El abrumador avance de las nuevas tecnologías, "nos ha llevado a formular nuevas exigencias y también servicios que complementen nuestro trabajo. Es decir, más que apartarnos optamos por vincular esta era tecnológica con fórmulas simples pero también muy útiles para la comunidad con la inclusión de la alfabetización digital como parte de las alternativas, y también con incluir dentro de nuestros archivos y títulos material digital que también es solicitado por las nuevas generaciones", dice Edilia Thompson.
Dentro de estas nuevas apuestas y también realidades que presentan las bibliotecas "es que hemos debido incluir textos y material relativo a las minorías sexuales y a las demandas de nuevos sectores y grupos sociales que buscan y necesitan bibliografía, estudios y análisis que promuevan y también ayuden la comprensión de fenómenos en la actualidad. Además, y muy importante, es que los usuarios ya no necesitan pedir un libro en sala, ahora la búsqueda es libre y sin recomendaciones", agrega Thompson.
Trabajo silente y no menor el que realizan las bibliotecas locales, "porque desde hace 15 años hemos logrado articular las tertulias literarias, otro espacio de comunión y encuentro que no se basa en el análisis literario simplemente, es también una forma de incluir temáticas que son preparadas por los propios funcionarios, y que son esfuerzo del equipo de trabajo por aportar a temas tan trascendentales hoy en Calama como lo son el patrimonio y la historia de una ciudad única en condiciones, contexto y también en su condición minera", explica la directora de estas.
FOMENTO LECTOR
En su principal eje las bibliotecas públicas cumplen un rol de facilitador al acceso cultural, "y que estamos trabajando constantemente en distintos focos. Uno es el de las visitas guiadas a nuestras bibliotecas pero con los más pequeños, invitando a jardines infantiles y cursos de enseñanza básica a conocerla, a que sepan su importancia y que la lectura es fundamental para el resto de su formación. Por otra parte estamos implementando lo que llamamos las Cajas Viajeras, iniciativa que promueve la lectura en funcionarios municipales e internos del Centro de Detención Preventiva, acercándoles títulos y material para su goce", añade Edilia Thompson.
Hoy son pocos los calameños que saben que "ya no hablamos de una biblioteca pública. Desde el año 2013 pasó a llamarse biblioteca Tomás Paniri, en honor al dirigente indígena nacido en Ayquina, y que es también parte del desconocimiento a la labor que se realiza en nuestras dependencias", señaló la bibliotecaria, quien además agregó que "desde la aparición de los Centros de Recursos para el Aprendizaje (CRA) en los establecimientos educacionales, nuestros usuarios han cambiado, hoy cumplimos una labor y también un rol de apoyo a alumnos tesistas y que realizan sus memorias en las universidades locales que nos llenan de orgullo al haber colaborado en sus trabajo de titulación".
DESAFÍOS
Edilia Thompson cuenta también el desafío que tienen estos espacios en la ciudad "es generar una modernización de sus instalaciones, y que por ejemplo puedan ser visitas durante los fines de semana -como en otros puntos del país-, y que sirvan por ejemplo como alternativas a la comunidad y que no terminen un paseo dominical en un centro comercial".
A diario las bibliotecas locales son más visitadas de lo que se cree, "y son fundamentalmente personas que buscan como principal lectura e información la historia del pueblo atacameño, su línea temporal y que incluye a los ciudadanos extranjeros los que haciendo un alto hacia San Pedro de Atacama buscan comprender la riqueza cultural atacameña", agrega la funcionaria.
Según datos proporcionados por el Sistema de Nacional de Bibliotecas Públicas de la Dibam, y que a través del programa de BiblioRedes, y a nivel nacional, durante el año 2014 se registraron un millón 919 mil 354 préstamos de textos, mostrando un aumento de un 6,03 por ciento en comparación al año 2013. Al desagregar por sexo se demuestra que en su mayoría los préstamos han sido solicitados por mujeres, con un 62,77 por ciento, mientras que en un 31,93 por ciento las solicitudes fueron hechas por varones.
En la región de Antofagasta se registraron el año pasado 58 mil 317 préstamos, siendo un 3,04 por ciento en relación al total nacional. En cuanto a las materias solicitadas por los usuarios y las usuarias durante el 2014, predomina significativamente la petición de textos de Literatura, con un 52,63 por ciento de préstamos respecto al total nacional, mientras que de manera distante el ítem de No Especificado tiene un 14,12 por ciento; artes con un 8,48 por ciento seguido por Tecnología con un 5,66 por ciento, relegando a Generalidades, Religión y Lenguas más atrás.
Penando en que la oferta y el trabajo debe mejorar continuamente "ya estamos preparando el programa Casco Histórico de Calama en tu Escuela, y que es una iniciativa que buscará llevar maquetas a los establecimientos educativos donde educaremos y pondremos en valor el valor patrimonial de recintos y emplazamientos de Calama", adelanta Edilia Thompson como parte de las fórmulas que trabajan para continuar encantando y revitalizando el trabajo de las bibliotecas y su lucha por mantenerse vigentes en esta mediática sociedad.
Alfabetización digital, búsqueda de nuevos lectores, educación sobre el valor patrimonial y el re encantamiento sobre el valor y el provecho de leer son parte de las tareas que anónimamente cumplen los funcionarios de las dos bibliotecas públicas de Calama por generar en sus habitantes, y de manera especial en los que por trabajo se encuentran en ella, un espacio de uso y de valor hacia el libro y las nuevas instancias que deben generar para mantener una actividad que por años fue una obligación para estudiantes, docentes y una población que pese a buscar y encontrar todo en internet aún tiene una alternativa para cultivar el conocimiento y la educación fuera de las aulas o bien lejos del computador y las nuevas tecnologías.
"Las bibliotecas públicas no estuvieron ajenas a ese fenómeno, pero más que cambiar y modificar todo abrió también nuevos desafíos ".
Edilia Thompson
Directora Bibliotecas Públicas