Faltan algunos minutos para el mediodía y Claudio Tapia, de 19 años, se refugia tranquilamente entre sus cuatro paredes adornadas con pósters de artistas y K-pop. Anda en calcetines y hace más de un mes renunció a su trabajo en un local de comida rápida. No estudia desde que sacó el cuarto medio en un "2 por 1".
"Yo me retiré en tercero medio del colegio, a mitad de año, porque la verdad es que no quería seguir estudiando. Siempre he sido malo en matemáticas y estaba en un liceo contable. Eso fue el primero de junio de 2012 y de ahí no estudié ni trabajé hasta el otro año", dice sentado en su cama este joven, hijo único de Lucy y Nolberto, quienes se dedican a la venta de dulces.
Tapia forma parte de la "Generación Nini", como se denomina a ese grupo creciente de jóvenes que "ni trabajan ni estudian".
Según la Encuesta Casen, en el país unos 580 mil jóvenes están en esta categoría, la mayoría de ellos mujeres, del quintil más pobre.
Son tantos, que ya pasaron a ser una preocupación para el gobierno, que a través del Injuv y Prodemu, ofrece cursos de capacitación para incorporarlos al mundo laboral.
El economista de la Universidad de Chile, Claudio Alarcón, explica que la existencia de los "ninis" es negativa para el desarrollo del país, pues lo natural es que a determinada edad se incorporen a la fuerza laboral y profesional.
"Es una masa importante de jóvenes, una gran concentración de ciudadanos. Por eso es importante que dejen de ser ninis", advierte.
Otra característica de esta generación de jóvenes es que se resisten al cambio. No quieren enfrentarse a la sociedad y suelen refugiarse en algunos lugares, objetos, modas y círculos sociales.
ESTUDIOS
Claudio desde pequeño tuvo problemas para estudiar. En 2013 repitió en un instituto 2 por 1, hasta que por fin el año pasado logró terminar su enseñanza media en el mismo establecimiento.
El joven define su rutina como "inestable". "Hay veces que salgo todos los días con mis amigos y otras que me quedó acá y le ayudo a mis papás con su pega", confiesa.
Comúnmente despierta cerca de la hora de almuerzo y se queda todo el día en su pieza frente al televisor, o chatea, o ve películas, o invita amigos. También piensa en su vida, en su futuro. Quiere estudiar estética profesional, pero debe esperar hasta 2016 para eso.
Su mundo se activa al salir de casa, porque es muy "amiguero". "Siempre estoy saliendo, hay semanas que salgo de lunes a domingo y algunos fines de semana me quedo afuera, siempre con mis amigos", explica.
No tiene compromisos sentimentales hace tres años y dice que le encanta sumergirse en la música. Antes escuchaba mucho K-pop y bailaba en la municipalidad.
Ahora sus gustos rotaron hacia otras corrientes musicales. "Tengo el celular lleno de reggaeton, me gusta mucho. Y ahora igual estoy escuchando pop y electro", cuenta.
Comenta que sus padres le dan charlas y le dicen que debe "hacer algo en la vida", que no puede "estar siempre así".
¿Y te gustaría "hacer algo por tu vida", como piden tus padres?
-Sí, si igual me aburro. Soy hijo único. Entonces cuando no están mis amigos que trabajan, estoy todo el día acá y me aburro.
¿Qué es lo malo de esto?
- Sé que me perjudico a mí mismo, lo negativo es no tener plata. Eso es fome, sobre todo cuando quiero carretear.
Padres
Lucy y Nolberto son sus padres. Miran la televisión en el living y reflexionan sobre su hijo. Están dispuestos a esperar a que estudie el próximo año, porque no desean imponerle una determinada carrera.
Lo consideran un buen hijo, porque avisa dónde anda y no es apático con la gente. "Él es correcto en su pensar, igual nosotros lo orientamos en los temas de drogas. Sabemos que escucha y razona. Nos escucha a nosotros", dice su padre.
PRODUCTO
El sociólogo David Figueroa afirma que los "ninis" son un producto de la sociedad. "Esta idea de mercado dejó de lado todo lo relacionado con procesos de vida. Ya lo único que importa es el resultado, el desenlace. Y trae como consecuencia dejar de lado la entrega, se desnaturalizan las cosas, producto de esta obsesión con el resultado", argumenta.
Figueroa considera que existe un rol demasiado permisivo de los padres, sobre todo durante la infancia.
"Que sean tantos nos dice que como sociedad no estamos abriendo espacios de participación y desarrollo", complementa el sociólogo.
La psicóloga del Servicio Médico de la Universidad de Antofagasta, Clara Oré, aclara que los jóvenes en esta condición no necesariamente tienen afectadas sus habilidades sociales.
"Puede haber chicos que no estudian ni trabajan, pero que tocan la guitarra en una banda y ahí sus habilidades sociales son fortalecidas con el trabajo en equipo y el logro de metas comunes. Pueden existir otros que se encierran en su pieza, pero mantienen contacto virtual mediante los juegos en línea o los chats. Por eso es relativo", explica.
Debido a los largos tiempos de ocio, ¿pueden caer en conductas negativas como el abuso de drogas o la delincuencia?
-Todos podemos caer en conductas adictivas. En el caso de los ninis, el hecho de tener mucho tiempo libre los puede llevar a un estilo de vida impulsivo y sin límites, es decir, caer en excesos, y como no existe una responsabilidad por el día siguiente efectivamente podrían extralimitar.