Paz Errázuriz: "De alguna manera siempre me veo en ese otro que fotografío"
Reconocimiento. la fotógrafa chilena acaba de ser premiada en PhotoEspaña por su impecable trayectoria. Lo suyo son series de retratos, la mayoría en blanco y negro.
La fotógrafa chilena Paz Errázuriz (1944), una de las fundadoras de la Asociación de Fotógrafos Independientes (AFI), acaba de ser premiada en PhotoEspaña, uno de los festivales de fotografía y artes visuales más importante del mundo. Sus íntimos retratos -casi familiares- de travestis, alacalufes, boxeadores, bailarines de tango, viejos, locos y personajes de circo están actualmente expuestos en el Ayuntamiento de Madrid, en la muestra "Latin Fire", colección de arte latinoamericano de Anna Gamazo exhibida en el Centro Cibeles.
Además, este año sus trabajos fueron elegidos para representar a Chile en la Bienal de Venecia 2015 como parte de la instalación concebida por la crítica y ensayista Nelly Richard, "Poéticas de la Disidencia".
El 2014 también fue memorable para Paz Errázuriz: expuso en Paris Photo y presentó en la Galería AFA 60 fotografías inéditas tomadas en 1992 a mujeres pescadoras, buzos, monjas, políticas, escritoras, artistas y abogadas. Por este trabajo recibió el Premio Orden al Mérito Pablo Neruda, distinción que destaca a quienes han realizado significativos aportes al área cultural de Chile. También su serie "La Manzana de Adán" -que retrata la vida de prostíbulos travestis en Santiago y Talca en los 80- estuvo en el Museo de la Universidad de Berkeley. Parte de su obra también está en la Tate Gallery de Londres y la Fundación AMA reeditó recientemente un libro suyo con 92 fotografías a colores tomadas en 1991 con textos de Claudia Donoso.
¿Qué es lo que hay el ojo de Paz Errázuriz que provoca tantos aplausos? "Un otro", eso hay. Un otro que danza en el alambre: precario y dulce, iluminado y loco.
Comenzó fotografiando niños, luego personas que dormían en la calle. Fue a fines de los setenta y a comienzos de los ochenta que cogió el hilo que ha ido desovillando en sucesivas series, la mayoría en blanco y negro.
Desde "Los Dormidos", su primera serie publicada en los años ochenta, dice ella que no ha cambiado tanto su punto de vista. Y que ella tampoco ha cambiado tanto, en términos artísticos.
"La mirada se afina, se depura. Creo que sigo siempre rondando los mismos temas y sus variaciones. Es el ser humano el que me fascina, todas sus manifestaciones y hay veces que me detengo en alguna dimensión que me toca profundamente y de ahí no salgo o me quedo hasta sentir que algo puedo rescatar con mi fotografía", dice hoy la premiada Paz Errázuriz que empatiza con sus modelos, con tino, con un cuidado por el otro que está ahí, detrás de su lente.
Mientras hace sus fotos, precisa que "para mí es importante que la persona fotografiada sepa lo que yo hago y por qué. Debe existir esa comunicación. De alguna manera siempre me veo en ese otro que fotografío.
ESPAÑA Y VENECIA
Además de Paz Errázuriz, otra mujer también fue premiada en esta edición de PhotoEspaña con el Premio Bartolomé Ros a la mejor trayectoria española. Se trata de la fotógrafa catalana Isabel Steva i Hernández, más conocida por su seudónimo Colita, famosa por sus series sobre el período de la transición democrática española. La fotógrafa chilena conoció personalmente a Colita y quedó impresionada con su fortaleza como fotógrafa de batalla en los tiempos post Franco en Barcelona.
"Ella es una mujer extraordinaria y no aceptó el Premio Nacional hace unos meses por venir de un ministro de Cultura. Alcancé a visitar una exposición suya y me regaló un lindo abanico para el insoportable calor de estos días".
El trabajo de Paz Errázuriz, compuesto por una foto suya y un ejemplar de la primera edición de "La Manzana de Adán", aún está presente en la Sección Oficial de PhotoEspaña 2015 y permanecerá en el Centro Cibeles hasta el 13 de septiembre de 2015.
Hace tres años, en la versión 2012 de ese mismo certamen, participó de la muestra "Aquí estamos", curada por el cubano Gerardo Mosquera, uno de los organizadores de la Bienal de La Habana de 1984. Mosquera seleccionó a cuatro fotógrafos: Lilla Sasz, Richard Billingham, Richard Avedon y Paz Errázuriz. La muestra fue tan exitosa que obtuvo el Premio del público.
"Era mi primera participación en una muestra en PhotoEspaña y me interesó mucho la audacia y la mirada del curador para juntarnos a estos cuatro fotógrafos de distintas partes del mundo en una misma sala. Mosquera tuvo la visión de hacer dialogar el Norte con el Sur, que en este caso, era yo", recuerda la artista.
Asimismo, la muestra instalada en el pabellón chileno de la Bienal de Venecia 2015 fue elegida por el curador cubano Gerardo Mosquera, el Premio Nacional Alfredo Jaar y otras personalidades del mundo del arte. Participaron 18 propuestas. Y quedaron cinco.
"Fue un concurso público donde fue elegida la teórica Nelly Richard como curadora del pabellón de Chile. El jurado estuvo compuesto por diez personalidades del arte en Chile y un curador internacional. Ella seleccionó a la artista visual Lotty Rosenfeld y a mí. Antes de esto, los artistas eran designados por un comité de personas cercanas al mundo de la cultura. El pabellón de Chile ha sido considerado de los mejores diez pabellones de la Bienal según la crítica", destaca orgullosa la fotógrafa. El catálogo de esa muestra internacional tendrá un lanzamiento en Santiago en la Galería Gabriela Mistral en agosto próximo.
IMAGEN LATENTE
Todas estas vueltas por el mundo tienen como antecedente un trabajo artesanal e íntimo muy lento y cuidadoso realizado durante décadas. Cuando puede -cada vez menos porque escasean estos productos en Chile- trabaja con rollos fotográficos, papel y revela en cuartos oscuros como antaño. Precisamente, al sentirse enfrentada a la avalancha de lo digital, dejó de sacar fotos por un tiempo, porque el color la perturbó. Le daba una dimensión tan real que le era difícil de asumir.
Fue un choque que ella describe así: "Entrar a la fotografía digital no me fue fácil, pasé cerca de dos años en crisis, y para aprender este nuevo lenguaje me tomó más tiempo del que yo pensaba. Todo tan rápido y también tan fácil. También más barato. Es un mundo extenso, enorme, infinito y fascinante. El laboratorio digital sí que me fascinó, pero siento nostalgia por el cuarto oscuro. Cuando puedo hago fotografía análoga, la imagen latente ya es un tesoro de la imaginación".
Todo lo que sabe lo aprendió sola. Es una autodidacta que se declara siempre "en aprendizaje". Su primera cámara fue una Exacta hecha en Alemania Oriental. Hoy usa una Nikon.