Con una llamada telefónica, la empresa de capitales canadienses, FreePort Macmoran, principal accionista de minera "El Abra", comunicó a más de 700 trabajadores su cese de funciones. Quedó claro que, junto al fin del llamado "super-ciclo" del cobre desapareció, a la vez, el ciclo de las buenas prácticas laborales.
Los ajustes de costos y de trabajadores son habituales en la minería. Responden al carácter esencialmente cíclico de esta actividad. Pero, hasta ahora, había prevalecido cierto código de buenas prácticas. Primero, concordar con los trabajadores las formas de rebajar costos y mejorar la productividad. En casos más complejos, se acordaba en una mesa de diálogo los planes de retiro, con cierto componente voluntario. Las condiciones de retiro eran impensables en otros sectores de la economía. Todos estos procesos respondían, además, a planes programados con tiempo y ampliamente difundidos. Se evitaba la incertidumbre y los conflictos sociales innecesarios. Ha sido la experiencia de Codelco, Escondida, etc.
Nada de eso ocurrió en "El Abra". Los ejecutivos de Codelco, accionista minoritario de esta minera, fueron informados con 48 horas de anticipación. El rumor corrió por todos los niveles de la empresa sólo horas antes de comenzar las notificaciones. Trabajadores recientemente endeudados con créditos hipotecarios, promovidos por la propia empresa como parte de los beneficios, se enfrentan ahora a un retiro forzado, con deudas, sin recursos para financiar la educación y la salud de sus familias. La incertidumbre quedó instalada incluso para quienes salvaron, por ahora, sus puestos de trabajo.
La crisis viene con fuerza. No es necesario ser visionario ni especialista para anticipar que vendrán más despidos en la minería. Sólo este año ya suman miles. Los optimistas hablan de dos años a la baja del precio del cobre. Los pesimistas lo alargan a cuatro. Todos coinciden, además, que no volverá el ciclo dorado del cobre a cuatro dólares la libra a valor de hoy. Regiones completas son cobre-dependientes. Han aportado dos tercios de las divisas que ha obtenido el país durante decenios. Ahora el futuro minero se ve oscuro.
El gobierno acogió nuestra demanda de formar una mesa de trabajo inter-ministerial. Lo primero es mitigar la situación de los despedidos de El Abra. Pero no basta: exigimos una estrategia nacional frente al cobre. Una fundición nueva de alta tecnología y amigable con el medio ambiente para Codelco-Antofagasta, entre otras.
Alejandro Guillier,
Senador