El desplazarse todos los días por casi toda la ciudad, ayuda a los choferes de los servicios de colectivos a conocer la realidad de su ciudad y pueden advertir las carencias y necesidades de Calama.
Y el principal problema que viven en carne propia son los numerosos asaltos que cada vez los expone a mayores peligros, y sobre todo sentirse vulnerables.
Esta es una situación preocupante porque consideran no tener la suficientes seguridad para poder desplazarse tranquilamente por las calles de la ciudad. Para ellos, el trabajo policial se realiza bien, posteriormente colaboran con la identificación, pero les preocupa que los malhechores queden libres y sigan cometiendo los mismos delitos además de un ánimo de venganza.
Ante esta lamentable realidad, los gremios de los colectiveros han decidido trabajar en equipo para defenderse de los delincuentes y resguardarse de robos, agresiones y asaltos para quitarles su vehículo.
Esta medida puede ser efectiva, siempre que no exponga a los conductores a riesgos mayores y con el ánimo re resolver estos ataques puedan resultar lesionados. Pero este acuerdo se debió a que no han tenido respuesta de las autoridades para hacer frente a este problema.
Mientras tanto han implementado un sistema de comunicación interna que les permite alertar cuando están siendo asaltados, para defenderse entre ellos mientras surgen otros sistemas preventivos.
Es importante considerar la preocupación de los conductores de colectivos porque debieran considerarse como buenos sensores de lo que ocurre en nuestra ciudad, y que requiere de acciones efectivas para poder terminar con esta delincuencia encubierta que amedrenta a nuestra comunidad.
Este gremio que funciona día y noche ha advertido varias otras situaciones anómalas en nuestra ciudad y que con una mejor disposición podrían ser resueltas para un mejor servicio, como son calles en mal estado, presencia de taxis piratas, sectores peligrosos y otras observaciones que podrían solucionarse una a una.