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¿Son útiles las "muelas del juicio"? Cuándo y por qué se deben extraer

CARACTERÍSTICAS. Suelen aparecen entre los 17 y 25 años, pero no todas las personas las tienen. Cuando lo hacen, muchas veces afectan a los otros dientes, causando dolor y otros problemas.
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Uno de los rasgos más característicos del ser humano es su dentadura. Al igual que todos los primates pertenecientes a la familia de los homínidos, la nuestra se compone de 32 dientes definitivos divididos en dos hileras en forma de arco que se encuentran alojadas en los huesos maxilares superior e inferior, respectivamente.

Cada una de esas hileras es simétrica y cuenta con cuatro incisivos, dos caninos, cuatro premolares y seis molares, los que comienzan a aparecer a partir de los seis o siete años de vida, edad promedio en la que tanto mujeres como hombres inician el recambio de su dentadura temporal o "de leche".

Sin embargo, por distintas razones, no todas las personas desarrollan sus piezas dentales permanentes en forma completa y ordenada. Entre los fenómenos más habituales de odontogénesis defectuosa figuran la agenesia, erupción y/o inclusión en mala posición de los terceros molares, más conocidos como "muelas del juicio" o "cordales".

Factor evolutivo

Los terceros molares son las últimas piezas dentales que aparecen en la boca y ocupan esa misma posición en cada arcada. Al igual que el resto de los molares, cumplen la función principal de moler los alimentos que previamente desgarramos y/o trituramos con los dientes anteriores, después de cada mordida.

En la mayoría de las personas estas piezas dentales surgen entre los 17 y 25 años. De ahí su apodo común, ya que desde tiempos remotos ha sido vinculadas a la edad en la que un individuo alcanza la formación plena del criterio o la razón.

Pero debido a una serie de cambios evolutivos las "muelas del juicio" no siempre erupcionan en forma correcta para cumplir su rol, explica la cirujano dentista Solange Baeza Vallejos, profesora de la cátedra de Cirugía Bucal y Maxilofacial de la Facultad de Odontología de la Universidad de Valparaíso.

La agenesia o ausencia de al menos uno de los cuatro terceros molares afecta a un tercio de los habitantes del planeta, si bien la proporción varía dependiendo de la región. "En Chile, por ejemplo, no hay estudios sobre agenesia de terceros molares, pero se estima que su prevalencia debiera estar dentro del promedio mundial", afirma la especialista.

Problemas

La ciencia ha demostrado que los cambios evolutivos también han derivado en la disminución del tamaño de las arcadas dentarias del ser humano, por lo que los terceros molares -al momento de aparecer- suelen no contar con espacio suficiente para situarse de manera correcta en la boca. Eso hace que salgan torcidos o terminen empujando a los otros dientes.

Por tal motivo, más que su ausencia, el mayor problema con las "muelas del juicio" tiene que ver con su erupción y/o inclusión en una mala posición -males que afectan a entre un 45% y 80% de quienes las tienen-, ante lo cual, casi siempre, lo más recomendable es su extracción.

Al respecto, la odontóloga Solange Baeza precisa que, al quedar mal situadas, la exodoncia de las mismas es necesaria ya que dificultan la higiene oral y, lo que es peor, causan maloclusiones, caries y una serie de complejas enfermedades periodontales, que se traducen en dolor, inflamación e infecciones que incluso pueden comprometer el estado general del paciente.

"Las personas más afectadas por este problema son jóvenes de ambos sexos, de entre 11 y 25 años. No obstante, también lo padecen personas más adultas, que se enteran de su situación al consultar por un dolor, iniciar algún tratamiento específico o porque se producen hallazgos en exámenes de rutina", advierte la cirujano dentista de la UV.

En casos más extremos los terceros molares no logran erupcionar del todo o quedan sumergidos dentro del hueso maxilar, lo que puede dar origen a quistes o tumores.

Por eso, es importante que las personas acudan al dentista en forma periódica y evalúen con él la situación de sus "muelas del juicio", para determinar a tiempo si es necesaria una intervención y cuál es el tratamiento más apropiado.

Una vez realizada la extracción, a nivel de los cuidados, lo más importante es seguir todas las indicaciones señaladas por el especialista.