Secciones

El e-book pierde fuerza y el libro está lejos de morir

ESCENARIO. La masificación de las tablets y el menor costo de los libros electrónicos encantaron a los lectores en algún momento, pero hoy en EE.UU., la venta de ediciones en papel ha recuperado terreno.
E-mail Compartir

La masificación de las tablets y el menor costo de los libros electrónicos encantaron a los lectores en algún momento, pero hoy en ese país cada vez se venden menos e-books, ha aumentado el número de librerías, las editoriales están invirtiendo más y los jóvenes -pese a su "natividad digital"- prefieren leer en papel, algo impensado hace unos cinco años, cuando el sector se espantó con la quiebra de Borders Group, entonces la segunda mayor librería de EE.UU.

La bancarrota de esa cadena tuvo como trasfondo una cifra amenazante: la comercialización de e-books se disparó un 1.260% entre 2008 y 2010. El lanzamiento del primer Kindle, el lector de libros electrónicos de Amazon, fue el punto de partida de ese fenómeno.

Pero hoy las cosas serían distintas. Hay señales de que parte de los lectores que se habían pasado al papel digital están retornando al formato físico o volviéndose usuarios "híbridos", destacó el citado medio.

En efecto, las ventas de títulos electrónicos cayeron un 10% en los primeros cinco meses de este año, de acuerdo con la Association of American Publishers, que reúne datos de casi 1.200 editores estadounidenses.

En 2014, según esas mismas cifras citadas por el rotativo, los e-books representaron cerca del 20% del mercado, casi lo mismo que hace un par de años.

"El hecho de que la parte digital del negocio se haya estabilizado ha jugado a nuestro favor", sostuvo Oren Teicher, presidente ejecutivo de la American Booksellers Association, al medio estadounidense.

"La gente hablaba de la desaparición de los libros físicos como si fuera solo cuestión de tiempo, pero incluso dentro de 50 o 100 años, la impresión será una parte importante de nuestro negocio", afirmó Markus Dohle, director ejecutivo de Penguin Random House, que tiene cerca de 250 sellos editoriales a nivel mundial.

El estancamiento de los e-books iría de la mano de la menor predilección de los usuarios por los lectores electrónicos, los que estarían siendo desplazados por los teléfonos inteligentes y las tablets con más funcionalidades. Si en 2011 se vendieron casi 20 millones de dispositivos lectores, el año pasado la cifra bajó a 12 millones, según la publicación.

En términos más prácticos: del total de lectores, quienes consumían libros principalmente a través de "e-readers" disminuyeron de un 50% en 2012 a un 32% en el primer trimestre de 2015.

El alza en los precios de las obras digitales también estaría influyendo en esta tendencia, señala el artículo, que recuerda que este encarecimiento se produjo después de los nuevos términos que acordaron las editoriales con Amazon el año pasado.

La diferencia promedio de apenas US$ 13 entre un e-book y un libro convencional ha llevado a los consumidores a inclinarse por este último.

A pesar del despegue que tuvieron en 2010 las ventas de e-books, el "Apocalipsis digital" que se auguraba para el libro no ha llegado y está lejos de hacerlo. En EE.UU., al menos, ese es el panorama, según cifras entregadas por la industria y que esta semana divulgó el diario The New York Times.

Mabel González mabel.gonzalez@mediosregionales.cl

La american booksellers association registra 2.227 librerías socias, cifra superior a hace cinco años.