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Ladrones entraron a vivienda habitada y robaron $12 millones

EN ARTÍCULOS. Víctima los vio arrancar con gran botín, pero no pudo detenerlos. Ingresaron a su casa por una ventana mal cerrada, lo que les facilitó el ilícito.
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Redacción

Los delincuentes están cada vez más osados en Calama. Qué duda cabe de eso. No temen ingresar a robar a viviendas que se encuentran con moradores en su interior y encima de eso, se dan todo el tiempo del mundo para llevarse grandes botines, ya sea en dinero en efectivo o en diversos artículos.

Así fue lo que ocurrió durante la madrugada de ayer, noche que jamás olvidará un comerciante de 55 años, quien dormía a esa hora en su casa, ubicada en la calle Enrique Villegas, de la capital provincial loína.

Un grupo indeterminado de delincuentes forzó las chapas del portón de estacionamiento de la vivienda y una vez en el antejardín los ladrones comenzaron a revisar la forma menos compleja de ingresar a la casa.

Fue de esta manera, como la mala fortuna se apoderó del dueño de casa, porque una de las ventanas de la vivienda se encontraba sin sus seguros corridos, vale decir, estaba abierta, permitiendo así que los ladrones entraran al hogar, sin siquiera meter ruido.

Como si fuera poco lo de la ventana abierta, los delincuentes tuvieron la suerte de encontrar en la misma pieza las cosas que finalmente se llevaron de la casa. Y el robo fue muy cuantioso.

Todas estas facilidades con las que contaron, hicieron que rápidamente los delincuentes comenzaran a sacar de la casa el botín de artículos pertenecientes a este comerciante.

Así fue como acumularon dos leds, uno de 42 y otro de 32 pulgadas de marca LG, un computador, trescientos overoles, doscientos chalecos reflectantes, noventa chaquetas para soldadores, dos cuadros grises con figuras de caballos y dos impresoras.

Una vez que juntaron todo aquello en el antejardín, salieron de la habitación por donde mismo habían ingresado. Ahí tomaron entre todos las cosas que se habían robado y comenzaron a salir de la vivienda.

Fue recién en ese instante cuando metieron más ruido e hicieron que el comerciante se despertara. Sin embargo, éste alcanzó solamente a asomarse por la ventana y apreciar que el grupo de delincuentes huía con cosas en sus manos. No tuvo tiempo para actuar con más premura y haber llamado a Carabineros cuando los sujetos se encontraban al interior de la vivienda.

Luego, el hombre de 55 años recorrió su casa y se dio cuenta del millonario robo. Tras ello, realizó la denuncia a Carabineros y avaluó los productos sustraídos en 12 millones de pesos.

Difícilmente se pueda dar con el paradero de los antisociales, porque éstos no dejaron mayores pistas en el lugar y la víctima no alcanzó a verle sus caras.

Quedó herido tras ser golpeado sin motivo

HECHO. Víctima llegaba a casa luego de dar un paseo. Agresor le pegó con una tabla.
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Pese a lo irracional del hecho, no son pocos los casos que se conocen en que una persona reacciona mal en contra de otra, sin mediar problema alguno ni provocación. Cuesta creerlo, pero nuevamente se dio una situación de estas características en la capital provincial loína.

Un hombre de 31 años, junto a su pareja de 30 años, iba llegando hasta la residencial en donde vive en la calle Ramírez, luego de haber ido a dar una vuelta por el centro de Calama. Ambos no tuvieron ninguna dificultad en su paseo, hasta que traspasaron la puerta de la casa.

Inexplicable

Una vez en el interior, sin haber existido de por medio agresiones verbales ni menos físicas, otro de los habitantes de la residencial, un tipo de 21 años, se acercó al hombre y lo golpeó con fuerza en la cabeza con un trozo de madera.

No conforme con esa agresión, el victimario luego siguió con la mujer, a quien también le pegó con el elemento contundente en la cabeza.

Tras ello, la pareja logró zafar de su agresor y sin entender aún qué le había ocurrido, se pusieron en contacto con Carabineros, quienes llegaron al lugar, escucharon sus relatos y detuvieron al victimario.

Como corresponde al procedimiento de rigor, tanto la víctima como su agresor debieron acudir a constatar lesiones hasta la urgencia del hospital Carlos Cisternas de Calama, donde los facultativos diagnosticaron al primero con un hematoma temporoparietal leve y el detenido resultó con una herida contusa en su antebrazo.

Los policías verificaron que el victimario no tenía antecedentes penales ni tampoco órdenes de aprehensión pendientes. Este aparente intachable comportamiento anterior no le sirvió de nada, porque el fiscal ordenó que quedara detenido en dependencias de Carabineros, a la espera de su citación.

Una mujer loína se defendió de la agresión de su pareja mordiéndolo en el pecho

VIOLENCIA. Ambos comenzaron una discusión en su vivienda. El hombre primero le había dado un golpe de puño en la cara.
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Muchas parejas no pueden resolver sus dificultades en forma civilizada, terminando en los insultos y en agresiones físicas.

Era una noche normal para una pareja de loínos, quienes estaban en su vivienda ubicada en la calle Carlos Cisternas, pero de repente, algo le dijo la víctima, una mujer de 23 años, a su cónyuge, un hombre de 47 años.

Aquello ocasionó que comenzara una fuerte discusión entre ambos, en la que la víctima denunció maltrato psicológico, porque según contó, el hombre habría utilizado para menoscabarla un defecto físico de la mujer.

Agresión

Cuando todo indicaba que la discusión pararía ahí, en un arranque de furia, el victimario le dio un combo a su mujer en pleno rostro, dejándola muy a mal traer.

Sin embargo, en el momento que éste se disponía a continuar el maltrato físico, la mujer le mordió con mucha fuerza el pecho, haciendo que su pareja se alejara de ella.

Luego de esta agresión mutua, la víctima se comunicó con Carabineros, quienes llegaron al lugar para verificar la veracidad de los acontecimientos.

Tras escuchar el relato de los involucrados, el agresor terminó reconociendo que él había iniciado la pelea. Ambos constataron lesiones , terminando con heridas leves.

El victimario tenía antecedentes penales y una orden de aprehensión pendiente. Quedó detenido en la unidad policial a la espera de la citación de la Justicia.