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El sol que brilla también puede matar: qué es y cómo evitar el cáncer de piel

OBJETIVO. En Chile se registran 36 mil nuevos casos de este mal cada año. La vaguada costera, además de la radiación ultravioleta, incide en el aumento del número de personas afectadas.
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Guglielmetti Valenzuela,

Cada año se diagnostican unos tres millones de casos de cáncer de piel en el mundo y, según diversos estudios internacionales, cada sesenta minutos una persona muere en el planeta como consecuencia de algún tipo de enfermedad asociada a la exposición abusiva al sol.

En Australia, Nueva Zelanda y Estados Unidos, por ejemplo, este mal presenta preocupantes tasas de mortalidad y es uno de los más comunes entre los adultos de 20 a 30 años de edad, pese a que esos países cuentan con políticas de prevención adecuadas y mecanismos de detección oportuna.

En Chile la realidad en este tema se ha vuelto cada vez más compleja. La Organización Mundial de la Salud reveló que, en los últimos cinco años, la tasa nacional de cáncer de piel aumentó de 20 a 25 casos por cada 100 mil habitantes, ubicándolo en el tercer lugar entre los cánceres que más afectan a los chilenos.

Asimismo, y si bien no existe un registro oficial actualizado, la Fundación Arturo López Pérez calcula que se producen 36 mil nuevos casos por año y la Sociedad Chilena de Dermatología sentencia que desde 1995 a la fecha en el territorio nacional se han comprobado más de cuatro mil muertes asociadas al cáncer de piel, de los cuales el 54% corresponde a hombres.

Realidad local

La mayor parte de los chilenos afectados por esta enfermedad viven en las regiones de Valparaíso, Antofagasta y Metropolitana. Estas tres zonas son las que exhiben los registros de mortalidad más altos como resultado de fallecimientos por melanomas y carcinomas, que son las variantes más graves de la enfermedad.

La de Antofagasta presenta el indicador más elevado (3,2 casos por cada cien mil habitantes), pero la cifra de esa región, de reconocida actividad minera, incluye cánceres de piel provocados por acumulación de arsénico y otros materiales pesados.

"Eso implica que allí la cifra de muertes asociadas a la radiación solar es inferior a la que por ejemplo presenta Valparaíso, que con 2,01 casos por cada cien mil habitantes es, en términos técnicos, la región que hoy exhibe el registro de mortalidad por cáncer de piel más alto a nivel nacional" precisa el médico dermatólogo Antonio Guglielmetti Valenzuela, director de la cátedra de Dermatología de la Escuela de Medicina de la Universidad de Valparaíso.

Variantes

El cáncer de piel es parte de un conjunto de patologías denominadas neoplásicas, que se caracteriza por la descontrolada división de las células del cuerpo, la cual puede comenzar de manera localizada para luego abarcar otros tejidos.

Si bien tiene en común la localización anatómica, el diagnóstico, tratamiento y pronóstico del cáncer de piel dependerá de la variante que del mismo se padezca. Las tres principales son: el carcinoma basocelular, el carcinoma de células escamosas y el melanoma maligno, que es el más grave y que cobra la vida del 10% de las personas que lo sufren. Como el pronóstico está determinado por el estado de presentación, la detección precoz del melanoma es fundamental.

También hay otros tipos menos frecuentes, entre los que destacan el linfoma cutáneo, el sarcoma de Kaposi, el histiosarcoma y el carcinoma de Merkel.

"El cáncer de piel se produce por mutaciones en el ADN de las células expuestas a los rayos ultravioleta que contiene principalmente la luz solar y otras fuentes emisoras de luz, como las lámparas de bronceado artificial. Es más frecuente en personas de piel clara, dado que estas poseen menos melanina, pigmento que contribuye a otorgar mayor protección contra el sol, que es más abundante entre las personas de piel oscura, y que se concentra en las capas superiores de la epidermis", explica el doctor Guglielmetti.