Ciudad cambiada
Después de viajar por distintos países, vecinos nuestros, nuevamente en mi querida Calama. Al recorrer los distintos sectores ya sea rural o urbano me llena de orgullo, y esta vez me detendré en el centro de nuestra ciudad.
Quiero decir que me siento muy extraño, pareciera que aún estoy en otro país, no es la misma ciudad, en algunas tiendas se escuchan ritmos que hace muy poco los escuché en los países que estuve de visita, al atardecer en pleno corazón de mi amada Calama y en cada esquina vi abundante humo, pensé en los chamanes del Perú o Bolivia, al acercarme al lugar me percate que son personas con un carrito de supermercado y un brasero en su interior que están cocinando carnes, y los tienen a la venta.
Me pregunté ¿realmente esto es Calama? Los que venden esos productos son extranjeros, los que consumen también, y me viene de inmediato la pregunta: ¿Dónde están nuestras autoridades?, ¿Quiénes gobiernan Calama?
No se escucha nuestro folclor, pasado un mes de nuestras Fiestas Patrias. Nuestra bandera chilena aún permanece y pareciera que está olvidada en el techo de algunos domicilios, como si eso fuera poco está muy maltratada, sucia en un palo o fierro del alumbrado.
Créanme que una lágrima rodó por mi moreno rostro al ver a mi emblema patrio tan mal tratado, me viene a la memoria cuando juré ante ella a todo pulmón y con el pecho hinchado dije: "Hasta rendir la vida si fuera necesario".
El fin de semana no quise faltar a la feria de las pulgas, y nuevamente me siento un extraño. Veo gente de todas las nacionalidades menos calameños, chilenos, y nuevamente los carritos de supermercados. A ellos quiero agregar verdaderas cocinas en plena calle y nuevamente mucha gente comiendo alrededor de uno, sin platos, sin cuchara, sin tenedor y sin cuchillos, en una bolsa plástica tan dañina para el ecosistema, donde más de tres personas meten los dedos y sacan algo cosido para llevarse a la boca.
Creo que en Calama se perdió el horizonte, al parecer estamos abandonados a nuestra suerte, no se ven las autoridades locales, regionales ni nacionales, digo esto porque en todos estos días no veo por ninguna parte fiscalización real, no aquella del compadrazgo.
Ramón Colamar Colamar
Proyecto Topáter
Los consejeros regionales primeros son ciudadanos calameños, por quienes votamos para que sean elegidos. Lo malo es que se olvidan que nuestro Calama necesita todo tipo de progreso, sobre todo lugares de esparcimiento para acudir con nuestros niños y nosotros mismos
No es bueno que ellos decidan qué es prioritario. Este tema lo decide el dueño de casa, en este caso el alcalde, ya que el proyecto logró cumplir con los requisitos .
Para los calameños todo es necesario y ayuda al prestigio y nos aporta nuevas atracciones.
Señores Core de la zona, pónganse la camiseta de Calama y su progreso.
C.I. 5.425.695-7
Necesidades del país
No es ninguna sorpresa que el proyecto educacional propuesto por este Gobierno se encuentra en peligro de fracasar. Pasar de una gratuidad universal a los primeros cinco quintiles es una solución que permite mantener las finanzas públicas estables, pero no soluciona el problema de raíz.
Poco se ha hablado de la relación entre la reforma a la educación y las necesidades reales del país. No hablo del endeudamiento de miles de familias para que sus hijos puedan tener un mejor futuro como "profesionales", sino de la necesidad de formar más ingenieros, médicos y dejar de menospreciar lo técnico.
Seguimos siendo un país donde los jóvenes terminan priorizando las muchas carreras humanistas que ya se encuentran saturadas. Al final es terminar enviando recursos de muchas familias y del Estado a necesidades que en muchos casos ya se encuentran cubiertas (de buena o mala forma) para la pequeña economía que tenemos.
Ricardo Santana Friedli
¿Chile ya cambió?
Desde un punto de vista económico, Chile cambió en los últimos dos años, se dejó de lado el referente de ideas basadas en la libertad e intercambio (Chicago Boys) por uno más intervencionista y regulador (aun buscando culpables). Lo cierto es que el ritmo de crecimiento no es el mismo y se siente fuertemente.
Se señala en política "que la democracia esta desgastada"... La democracia no se desgasta, al contrario, se fortalece. El tema es que las instituciones parecen ya no servir y la ineptitud de nuestros políticos es más visible.
Es importante señalar que nada es taxativo y siempre es importante resaltar que las utopías y sociedades perfectas no existen. Quienes las pregonan lo hacen desde la exclusión y muchas veces desde la violencia.
Ernesto Medalla