Pamela De Vicenzi
Un estudio realizado por la Universidad de Tsukuba (Japón) dio a conocer otro de los numerosos beneficios de realizar actividad física. Esta costumbre saludable para el organismo ayudaría a evitar el envejecimiento del cerebro.
El motivo de los investigadores fue establecer un vínculo directo entre la activación cerebral con el rendimiento mental y físico, hipótesis no tratada en profundidad en otros estudios.
El especialista en endocrinología y líder del estudio, Hideaki Soya, mostró esta asociación entre la actividad del cerebro, su funcionamiento y la aptitud física en japoneses de avanzada edad. Los resultados fueron publicados en la revista Neuroimage.
El cerebro y la edad
Según el estudio de Soya y su equipo, a medida que envejecemos utilizamos diferentes partes de nuestro cerebro, en comparación con otras personas más jóvenes.
Por ejemplo, quienes tienen menos edad usan principalmente el lado izquierdo de la corteza prefrontal para las tareas mentales que involucran la memoria a corto plazo, la comprensión del significado de las palabras y la capacidad de reconocer los eventos, objetos o personas. En cambio, durante la vejez, las personas tienden a usar las partes del lado derecho para realizar este tipo de tareas.
En general, la corteza prefrontal cumple roles en la función ejecutiva, la memoria, la inteligencia, el lenguaje y la visión.
Respecto a las tareas que implican el almacenamiento temporal, la manipulación de la memoria y los recuerdos a largo plazo, los adultos jóvenes prefieren el lado derecho, mientras que los adultos mayores utilizan ambos sectores.
Este fenómeno se denomina HAROLD, sigla en inglés de la "reducción de la asimetría hemisférica en los adultos mayores". Esto refleja la reorganización del cerebro como compensación por la reducción de la capacidad cerebral y la eficiencia debido a la disminución estructural y fisiológica relacionada con la edad.
Pruebas
En el estudio de Soya, 60 adultos mayores de entre 64 y 75 años y de sexo masculino fueron sometidos a una prueba de esfuerzo para medir su capacidad aeróbica. Su aptitud física tuvo amplias variaciones.
Luego, los participantes fueron sometidos a un examen para medir su atención selectiva, la función ejecutiva y el tiempo de reacción. Para ello utilizaron el "Stroop", un juego en donde están escritos los nombres de los colores, pero pintadas con otros colores. Por ejemplo, la palabra "azul" está escrita con letras verdes.
La idea es nombrar el color de las letras en lugar de leer la palabra en sí, lo que representa una dificultad a nivel cognitivo y requiere de un tiempo de reacción, utilizado como una medida de función cerebral.
La actividad en la corteza prefrontal de los voluntarios se midió durante todo el ensayo gracias a una técnica de neuroimagen llamada espectroscopia del infrarrojo cercano (NIR).