Proyecto Karelia del Norte: Exitoso modelo finlandés que logró hábitos de vida saludable
EXPERIENCIA. El 50% de su población tenía riesgo de enfermedades de miocardio por el tabaco, la escasa actividad física y mala nutrición, pero cambios en la alimentación produjo resultados asombrosos.
En la década de los '70 Finlandia tenía el índice más alto del mundo de fallecimientos causados por enfermedad coronaria cardiaca. Los índices fueron aún más altos en el Este del país, dándose las cifras máximas en la provincia de Karelia del Norte.
El 50% de la población de Karelia del Norte tenía riesgo de enfermedades de miocardio por el tabaco, el colesterol, la presión alta, la poca actividad física y la mala nutrición. No se consumían verduras ni frutas. En 1971, representantes de la provincia de Karelia del Norte firmaron una petición dirigida a las autoridades nacionales en la que solicitaban ayuda urgente para reducir la carga de enfermedades cardiovasculares en la zona. En respuesta a la petición y en un intento de prevenir la creciente ola de enfermedades crónicas, las autoridades finlandesas, con el apoyo de expertos y la ayuda de la Organización Mundial de la Salud, presentaron el Proyecto Karelia del Norte, el cual fue trabajando con las industrias para reemplazar el contenido graso en los alimentos, para bajar los gramos de sal en los productos y para que la población incluyera en su consumo verduras y frutas.
En dos décadas y utilizando medidas sencillas de bajo costo, permitió que Finlandia, que en la década del 70 era el país con mayor infartos del mundo, sea hasta la actualidad el país con mayor descenso en el número de infartos. Hoy Finlandia tiene excelentes resultados en materia de bienestar general, que incluye el Índice para una Vida Mejor, con una esperanza de vida al nacer de 81 años, un año más que el promedio de la OCDE de 80 años.
Simce Educación Física
Para Chile el modelo de Karelia cobra relevancia esta semana, luego que se dieran a conocer los resultados del Simce en Educación Física que rindieron el año pasado los alumnos de los octavos años básicos del país.
Los resultados del estudio nacional -aplicado a 9 mil 919 escolares-, revelaron que el 41% de los estudiantes presentaba sobrepeso u obesidad. Además, que el el 59% de los niños posee un Índice de Masa Corporal normal, mientras que un 25% tiene sobrepeso y un 16% obesidad.
Al jefe de carrera de Nutrición y Dietética de la Universidad de Valparaíso, Rafael Jiménez, los resultados no lo sorprenden "en absoluto", porque -según sus palabras- es una situación que se viene denunciando desde hace probablemente más de una década.
"La Junta de Auxilio Escolar y Becas y la Junta de Jardines Infantiles han demostrado que el número de niños obesos aumenta cada vez más y en edades muy tempranas, es decir no solamente a nivel de los colegios, sino también en jardines infantiles", advierte.
Prevención
Asimismo, para el nutricionista la experiencia finlandesa es un camino a seguir, en virtud de mejorar la calidad de vida de las personas, en especial para reducir la prevalencia de las enfermedades crónicas no transmisibles como diabetes, dislipidemias, colesterol alto, enfermedades cardiovasculares y cáncer, entre otros ejemplos.
"El proyecto Karelia fue una experiencia buenísima que se abordó desde una perspectiva integral. En Chile debiera hacerse algo similar. No se tiene claro por qué esa experiencia no se ha copiado", reflexiona Jiménez.
El nutricionista agregó que la intervención preventiva con equipos multidisciplinarios, con la participación de órganos del Estado, como también con entidades privadas y la comunidad organizada, ha probado ser una estrategia eficaz para reducir el riesgo de enfermedades crónicas no trasmisibles.
Alimentación
Con respecto a los malos resultados del Estudio Nacional de Educación Físca 2014 en la mano, el académico explicó que esta situación responde a estilos de vida muy poco saludables, entre los que destacan: una alimentación hiperenergética, -rica en grasas saturadas, con mucha presencia de azúcar -, a través del consumo de bebidas, pasteles, dulces, helados, etcétera; un alto consumo de sal, que es frecuente en la población en general y probablemente esté impactando en la población infantil y, sin ninguna duda, lo que está impactando fuertemente es la ausencia de ejercicio físico en los niños.
"Ahí ha habido un cambio que es verdaderamente dramático, en términos de los juegos que hoy realizan los niños, dentro de la casa (intramuros), sentados frente al computador. Por lo tanto, el gasto energético es mínimo. De manera que habiendo una dieta hiperenergética y escaso gasto energético, lo que va ocurriendo es que las energías consumidas en exceso se van acumulando en el organismo como tejido graso", señala Jiménez.
En relación a los riesgos a corto y largo plazo el especialista sostiene que en ambos casos tiene serias implicancias en la salud. "La obesidad es una condición que permite la aparición de enfermedades crónicas no transmisibles como diabetes, hipertensión, dislipidemias, enfermedades cardiovasculares y cáncer, cada vez en forma más precoz, y eso va a significar muertes a temprana edad o enfermedades que van a llevar a discapacidad, esto junto a un alto costo en salud, no solamente para las instituciones de salud pública, sino también para la familia y el individuo", afirma.
El nutricionista explica que es cada vez más frecuente encontrar en la población infantil y adolescente problemas de salud que hasta hace algunos años eran exclusivos de los adultos. La resistencia a la insulina, condición gatillante de diabetes y de las demás enfermedades crónicas ya mencionadas, se relaciona estrechamente con la obesidad y el sedentarismo.
Recomendaciones
El nutricionista aconseja limitar el consumo de azúcar, sacando de la mesa las bebidas azucaradas, y cambiándolas por agua potable, reducir el consumo de sal, aumentar el consumo de frutas, verduras, pescado, huevos y leche descremada.