Cómo el lenguaje musical influye en las emociones
INVESTIGACIÓN. A través de un análisis de las obras de Bach y Chopin, un estudio canadiense determinó que la tonalidad en la melodía es una "señal del habla" que indica si el discurso es alegre o triste.
Un estudio de la Universidad de McMaster (Canadá) tuvo como objetivo comprender por qué los humanos se ven profundamente afectados por ciertas melodías. Para ello, los autores tomaron como punto de vista las obras clásicas de Johann Sebastian Bach (1685-1750) y Frédéric Chopin (1810-1849).
La investigación, publicada en la revista Frontiers of Psychology, asegura que los compositores utilizaron "señales" del habla cotidiana para transmitir emociones a través de sus obras más famosas.
Felicidad y tristeza
La hipótesis de los autores se enmarca en la percepción de los sentimientos en un discurso. Por ejemplo, el "discurso feliz" indica que el tono y el ritmo deben ser más rápidos, mientras que el "discurso triste" tiene una menor velocidad y posee una tonalidad más baja.
En resumen, y pese a la diferencia temporal entre ambos, los nocturnos de Chopin y las fugas de Bach cumplen con estas características, así como otras obras emblemáticas de ambos compositores.
Pero los músicos antes mencionados no serían los únicos en mostrar este fenómeno. En general, la música cuenta con una cadencia o flujo rítmico muy familiar. Por esta razón, es como un idioma que todos entienden y en este punto surgen las afinidades hacia algunos estilos.
"Si le preguntas a la gente por qué escuchan música, más o menos a menudo, van a hablar desde una fuerte conexión emocional", explicó Michael Schutz, académico de la Universidad McMaster y especialista en cognición musical y percusión.
"Creo que lo que encontramos fue nueva evidencia de que los compositores individuales tienden a utilizar las señales de su música en paralelo con el uso de otras señales en el discurso emotivo. Por ejemplo, el acorde mayor representa piezas 'felices' y es más alto y más rápido que el acorde menor o las piezas 'tristes'", añadió el especialista.
Análisis de piezas
Para efectos de la investigación, Schutz y su ex alumno, el músico Matthew Poon, analizaron 48 preludios y fugas de las interpretaciones en clavicordio de Bach y 24 preludios de Chopin (Op. 28). Las 72 piezas fueron elegidas debido a su importancia histórica y una popularidad que ha permanecido por más de un siglo.
Los músicos procedieron a analizar los acordes de cada obra y profundizar en algunas investigaciones anteriores, que afirman que la emoción puede cambiar al manipular la velocidad de una melodía.
Los resultados se ajustaron al molde establecido de la emoción en los discursos. Ambos compositores utilizaron señales para expresar sentimientos como la tristeza, la alegría, la angustia o la tranquilidad, entre otros estados anímicos.
El alcance de esta investigación es que esta hipótesis se puede aplicar en la música contemporánea. Pero a juicio del autor, es más fácil analizar la música clásica, ya que contiene un espectro melódico más amplio que puede entregar más detalles acerca de las expresiones humanas.
La música protege el cerebro
Otro estudio publicado este año por el Rotman Research Institute (Canadá) aseguró que las personas que tocan un instrumento musical durante su adolescencia y mantienen la práctica por al menos una década protege las funciones cognitivas del cerebro a lo largo del tiempo. Según la investigación, que analizó el historial musical de un grupo de adultos mayores, los ensayos instrumentales fomentan la plasticidad cerebral y mejoran la función de este órgano incluso durante décadas.
Pamela De Vicenzi
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La música es parte del lenguaje universal de los seres humanos, con una diversidad de expresiones que van desde los sonidos más delicados hasta la estridencia de la modernidad. Los compositores plasman sus sentimientos e historias de vida tanto en las letras de las canciones como en la tonalidad de sus melodías.
independiente del estilo, el contacto con la música evoca sentimientos de alegría o tristeza de acuerdo a la tonalidad de los acordes.