La odisea del nuevo hospital para Calama está llegando a su fin y esa expresión de alivio se reflejó en los rostros de quienes visitamos las instalaciones del edificio que permanece inconcluso desde abril de 2013.

Dirigentes vecinales, periodistas de los medios locales, autoridades del servicio de salud y el mismo intendente Volta, fuimos parte de este hito que marca el reinicio de las obras del nuevo hospital.

Disipando cualquier asomo de duda, el intendente confirmó el aseguramiento de los 54 mil millones de pesos que se necesitan para culminar el 38 por ciento de las obras que restan.

En diciembre próximo la empresa que se adjudicó la licitación, entrará definitivamente "a picar" y al paso de 18 meses tendremos el nuevo hospital, ese gran hospital que necesitan y se merecen las familias loínas. Un verdadero regalo de pascua anticipado para Calama que respalda el compromiso que hizo la Presidenta Bachelet con la ciudad y prioriza la salud como pilar clave de su gestión.

Compromiso que también se evidencia en la adquisición del mamógrafo de última generación instalado en al anexo del hospital "Carlos Cisternas".

La estadística dura indica que en Chile mueren, anualmente, más de mil mujeres por cáncer de mamas. Sobran razones entonces, para entender esa demanda que durante 15 años hizo sentir la mujer loína a sus autoridades por tener un mamógrafo en Calama.

Lo sorprendente es que el valor de un equipo de primer nivel, como el que se adquirió para Calama, bordea los 200 millones de pesos; es decir una inversión asequible desde todo punto de vista.

O sea el retraso sólo se explica por una débil gestión de la administración anterior que hoy vino a corregirse con la buena disposición y voluntad del gobierno regional a través del Consejo Regional, que facilitaron la adquisición del instrumental.

Instalado el mamógrafo, ahora es tiempo del chequeo médico necesario para mantener intactos los sueños de la mujer loína y de poner manos a la obra para terminar, sí o sí, el anhelado hospital.

Claudio Lagos Gutiérrez,

gobernador de El Loa

Una revuelo mediático tuvo la difusión por redes sociales de un video en la que una mujer adulta en silla de ruedas tuvo que recurrir a la ayuda de un carabinero para lograr que un colectivero detuviera su vehículo, le permitiera subirse y guardar su silla de ruedas y llevarla a su destino. Llevaba largos minutos sin éxito debido a que los choferes de los vehículos de la locomoción colectiva sencillamente la ignoraron.

Casos como este se repiten a diario y son muestras claras que la discriminación a las personas con alguna discapacidad siguen presentes pese a las campañas de sensibilización.

Nos centramos en este caso especial a propósito del programa "Yo te llevo" implementado durante este año en la comuna y que favorece con pasaje rebajado en la locomoción colectiva a personas discapacitadas y de la tercera edad.

El viernes el ministro de Transportes y Telecomunicaciones Andrés Gómez-Lobo, durante su visita por la ciudad conoció este programa pionero y junto a las autoridades del rubro concluyeron que es replicable en otras comunas del país.

Esta posibilidad se fundamenta en el éxito logrado en Calama, pese a que no son menos los reclamos de los supuestos beneficiarios quienes han tenido problemas o definitivamente no han podido utilizar la rebaja, porque los conductores no respetan el compromiso. Un compromiso, que como bien dicen los dirigentes del rodado, depende de la buena voluntad y de la sensibilidad social de los choferes, porque no se les puede obligar a respetar el compromiso.

Por ello llama la atención que se hable de exitoso en mérito de la ausencia de denuncias, cuando es bien sabido que precisamente son estos grupos postergados quienes menos denuncian.

Los usuarios habituales aseguran que la realidad no es tan favorable, y no son pocos quienes cancelan el pasaje completo, debido al olvido de la credencial o para evitar un maltrato cuando bastaba una simple mirada para otorgarla.

Si bien la iniciativa es positiva tiene que ser fiscalizada y sancionar a quienes no la cumplen. Si no de poco valen los esfuerzos.

-¿Qué le interesó de esta película y del rol de madre de provincia que vive con su hija cincuentona?

-La película me interesó mucho por el brío, los conocimientos y la capacidad que mostraron sus directores. El personaje me atrajo porque es una madre, como yo y como miles de otras madres que conozco y me encanta hacerlas. En todas las madres hay amor, pero de maneras distintas. Esta señora de la película es lo menos parecida a mí. Yo soy bastante moderna, me gusta que la juventud salga adelante, que vayan donde quieran ir y que si se tienen que estrellar que así sea. Mi hija en la película no tiene capacidad de lucha, tiene miedo a la vida y al abandono. Los hijos tienen que romper el cordón umbilical, ser ellos.

-¿Cómo fue la relación que usted tuvo con su madre?

-Recuerdo que fue de puro amor. Yo era muy niña cuando la perdí. Fue en 1943 cuando ella falleció, yo tenía quince años y ella murió muy joven. Éramos hinchas la una de la otra, había mucho cariño y complicidad. Yo era la menor de cuatro hermanos y tuvimos que salir adelante todos juntos los huachitos. Estábamos terminando de estudiar casi todos, mis hermanos siempre fueron muy cariñosos conmigo, que era la menor.

-¿Qué siente cuando logra una buena función en el teatro?

-Es fantástico lo que se siente, pero casi nunca se logra en la primera función. Yo diría que a partir de la décima función empiezas a conseguir cosas y le entregas al público lo mejor que tienes. Cuando ese punto se alcanza es pura satisfacción, estás como chuteando la pelotita con total control, como un futbolista bueno, con maestría. Ahora estoy lista con una obra que se llama "Los pre-difuntos". Todavía no le encontramos sala , pero estamos dispuestos a viajar a regiones a presentarla y hacer foros después. Es una comedia para adultos, no para carcajearse, pero tiene un contrapunto de dos historias para reflexionar.

Shenda Román aceptó su personaje de madre de provincias en la películA en gran parte por la energía que vio en sus jóvenes directores.

en resumen

Shenda Román y su rol en "La madre del cordero", la película que se estrenará esta semana en salas locales

Shenda Román, actriz. Nació en Arica y su nombre es en honor de una tía, hermana de su padre. Estudió Teatro en la Universidad de Chile, donde formó parte del Teatro Experimental de esa universidad. "La Madre del Cordero", una de sus últimas películas, llegará a distintas salas a lo largo de Chile el 26 de noviembre.

carla dannemann