Aunque San Pedro de Atacama es un poblado ancestral, recién surge como una comuna el año 1980 y desde ese entonces ha tenido un crecimiento armónico con la difícil misión de conciliar la modernidad con las tradiciones y una cultura milenaria que es la razón de su encanto.
Esta semana cumplió 35 años y durante este tiempo se ha podido ver un lento pero positivo avance en esta nueva jurisdicción conocida por sus poblados de adobe y piedras, por sus productivos valles y quebradas y por su entorno mágico que lo convierte en una de las tres atracciones más importantes de nuestro país.
Pese a la oposición de antropólogos que no quisieran que la modernidad llegase a esa zona, la comuna se ha esmerado por llevar el progreso a este lugar, buscando la manera de armonizar sin afectar su entorno.
Y en estos últimos años se ha notado el esfuerzo de las autoridades locales por crecer y mejorar la calidad de vida de sus habitantes y ha tenido la respuesta del gobierno regional que en este nuevo cumpleaños anunció la realización de proyectos nada menos que por 13 mil millones de pesos.
Atacama La Grande como es conocida en la zona, se pondrá a la altura de las ciudades pero sin perder sus características patrimoniales.
De esta manera se espera que pueda solucionar temas tan relevantes como el agua potable rural, mejor infraestructura vial, electricidad, patrimonio y fomento productivo.
Entre ellos está la falta de un centro de salud de mediana complejidad para atender directamente los casos que ocurren en todos los pueblos del sector ubicados en el cordón montañoso, además de Santiago de Río Grande.
Por lo pronto se trabaja en cinco proyectos y luego se sumarán otros 16 lo que permitirá traer un mayor bienestar a la población y alcanzar un desarrollo que les permita impulsarse como una comuna turística por excelencia, pero a la vez donde sus habitantes hayan podido superar la pobreza, la postergación y la falta de servicios básicos.