Descubren por qué las dietas no siempre funcionan
RECETA. Científicos encontraron que los alimentos saludables no tienen el mismo efecto en todas las personas, por lo que sugieren personalizar los regímenes alimentarios.
Los académicos, pertenecientes al Instituto de Ciencia Weizmann, sostienen que las dietas no siempre dan buenos resultados porque las personas reaccionan diferente al consumo de alimentos sanos, permitiendo a unos perder peso y a otros no.
Explicaron que incluso aunque todos comamos los mismos alimentos, la forma en que se metabolizan es diferente entre un individuo y otro. De hecho, el índice glicémico de un alimento determinado no es un valor fijo, sino que depende de la persona.
"La hiperglicemia crónica es un factor de riesgo importante para la diabetes mellitus tipo 2, con hasta un 70% de los prediabéticos desarrollando finalmente la enfermedad", escribieron los autores en su trabajo, recogido por el medio Medical Daily.
"También está relacionado con el síndrome metabólico, que incluye obesidad, hipertensión, enfermedad de hígado graso, hipertrigliceridemia y enfermedades cardiovasculares", agregaron.
Explicaron que para prevenir la obesidad y otros síntomas del síndrome metabólico, es clave mantener niveles normales de glucosa en la sangre. Y dado que un factor crucial en el nivel de glucosa en la sangre es la dieta, las personas necesitan elegir alimentos que contribuyan a respuestas glicémicas normales después de las comidas.
Pero hay un problema: no existen métodos precisos para predecir estas respuestas. Según la Asociación Estadounidense de Diabetes, el contenido de carbohidratos no es un buen predictor, y tampoco lo es añadir un índice glicémico de cada alimento que se consume.
Para buscar un mejor método, los médicos Eran Segal y Eran Elinav reclutaron a 100 participantes. Luego midieron los efectos de 46.898 alimentos consumidos por los voluntarios. Para ello recopilaron todos los datos necesarios a través de cuestionarios de salud, mediciones físicas, pruebas de sangre, muestra de heces e incluso una aplicación móvil.
Como era de esperar, el equipo descubrió que la edad y el índice de masa corporal (IMC) estuvieron asociados con los niveles de glucosa en la sangre después de las comidas. Pero el estudio también encontró que las personas tenían respuestas diferentes al mismo tipo de comida.
Por ejemplo, una mujer de edad mediana que era obesa y prediabética había intentado una serie de dietas y sin embargo no logró buenos resultados. Durante el estudio siguió comiendo de manera sana, y cada vez que consumía tomates, sus niveles de azúcar en la sangre se disparaban. Los israelíes sugirieron que sus hábitos alimenticios "saludables" le estaban causando los problemas de peso y salud.
Para entender el porqué de este tipo de casos, los profesionales realizaron análisis de microbioma a las muestras de heces que habían recogido de cada participante. El examen encontró que microbios específicos relacionados con la cantidad de azúcar en la sangre aumentaron después de cada comida. Luego llevaron a cabo una intervención dietética personalizada en 26 voluntarios. Con este enfoque los investigadores redujeron los niveles de azúcar en la sangre después de las ingestas de alimentos e incluso alteraron la microbiota intestinal.
Un posible método efectivo
Los científicos israelíes que elaboraron el estudio afirmaron haber avanzado en el desarrollo de un sistema capaz de hacer un mejor análisis nutricional en función de cada persona. Según dijeron, el método necesitaría enviar muestras de heces para analizar las bacterias del sistema digestivo. Los investigadores identificaron microbios específicos vinculados al nivel del azúcar en la sangre después de las comidas. El paper del experimento fue publicado en la revista Cell Press.
Cada persona reacciona de manera distinta a la ingesta de alimentos, por lo cual se aleja la idea de una "dieta universal".
Mabel González mabel.gonzalez@mediosregionales.cl
Suele pasar que cuando se acerca el verano crece nuestro deseo por bajar de peso y por ello recurrimos al gimnasio o a las dietas. Pero estas últimas no siempre funcionan y optamos por desistir. Ahora unos investigadores israelíes dicen haber encontrado las razones de este problema y también su solución: la "personalización" de los regímenes.
CLAUDIO VERA