Durante estos días de postulaciones a las universidades hemos escuchado, visto y leído a políticos y autoridades que han abordado el tema de la calidad de la educación y, en la mayoría de los casos, se ha asociado o relacionado ésta con cantidad o, mejor dicho, calidad con puntajes, ya sea vía SIMCE, PISA o PSU. En este sentido, la estadística nos evidencia que a mayor ingreso familiar, mejor es el puntaje obtenido y que como instrumento de medición no selecciona a los mejores estudiantes, ni menos, evalúa la calidad.
Creo que las pruebas nacionales estandarizadas si bien son importantes para recoger información respecto de una parte del currículum y tomar decisiones para mejorar, y lograr más y mejores aprendizajes, son una herramienta poderosa y peligrosa; ya que los establecimientos están tentados a reducir y empobrecer cada vez más el currículum para obtener mejores puntajes y así aparecer en algún ranking de alguna revista. Esto explica la supremacía de algunas asignaturas como Lenguaje, Matemática y Ciencia en desmedro de otras, como Educación Física, Artes Visuales, Artes Musicales, Talleres Recreativos, Deportes en General, Filosofía, Salidas a Terreno, Giras de estudio, etc., pues no tributan directamente al SIMCE o a la PSU. En definitiva, existe la tentación de transformar nuestras unidades educativas en pre -universitarios.
Uno de los problemas de la calidad es no tener claridad en los fines de la educación, para qué educar o educarse. En este sentido la buena educación es aquella que permite aumentar los niveles de felicidad y ésta, como dice Aristóteles, es el fin de la educación. Permítanme decirles que este criterio es un buen indicador.
En segundo lugar, lo que entiendo por una educación de calidad, es la formación (desarrollo humano) por sobre la información (contenidos disciplinares). Si bien es importante tener estudiantes y cursos con logros destacados la calidad involucra muchas otras competencias, habilidades y actitudes que están lejos de ser evaluadas.
Y en tercer lugar, la dinámica más importante en la educación es la interacción entre el profesor y el estudiante. Esto implicará revisar los actuales sistemas de supervisión, modelos de planificación y control por parte de autoridades ministeriales.
Jorge Cifuentes Flores,
Académico U. Andrés Bello