Ensanchados
El servicio nos ensancha, nos pone en movimiento, nos encamina en la ruta del Espíritu.
Nuestro fiel profeta Isaías, nos dejó hace tantos lustros, el camino a seguir. Esa senda estrecha y tantas veces invisible, salvo para aquellos que ponemos esperanza y fe en la Palabra de Dios.
En unos sencillos pero profundos versos el profeta nos entrega su caridad para nuestras vidas: "Ensancha el sitio de tu tienda, y las cortinas de tus habitaciones sean extendidas; no seas escasa" (Isaías 54:2). La invitación a actuar, a romper los moldes de lo natural, a dar ese paso sobrenatural que es la fe a Dios, en creer que podemos ensanchar nuestra vida de mano de Cristo, ensanchar nuestro campo de acción, ganando terreno, a no ser escasos.
Isaías nos insta a no ser escasos. Escasez una palabra que muestra carencia de algo, en el ámbito de la fe constituye símil de incredulidad. No permitamos que nuestro corazón se ensanche por el avance de la incredulidad, sino todo lo contrario no demos ventaja.
La creación clama por qué no haya escasez de iglesia. Esos hijos que avanzan pese a las sombras que pueden oscurecer su camino. Sin embargo para el que cree en Dios, todo es posible. La fe en Jesús es el camino, no seamos escasos de tiempo ni de bríos, no quitemos tiempo a Dios para dedicarlo a lo que no conviene, no seamos escasos en mirar a Dios, ensanchemos nuestra boca para hablar con Jesús, con su Espíritu Santo, ensanchemos nuestro caminar en el servicio cotidiano, no olvidemos que Dios sirve, Jesús sirve, el Espíritu Santo sirve, y nosotros su Iglesia, servimos.
El servicio nos ensancha, nos pone en movimiento, nos encamina en la ruta del Espíritu.
El servicio abre caminos, extiende nuestras cortinas y fronteras, cual sea tu llamado no seas escasa en la fe, en el servicio diario, déjate llevar por el viento que sopla y su sonido y que no sabes de dónde viene ni adónde va, respira profundo cada amanecer y sirve, sirvamos, sirvamos y sirvamos, y al descansar al final de las horas, descansa hablando a Dios y déjate servir por Él, y llenar tu ensanchado corazón.
Sergio Lagos,
Pastor evangélico