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¿Cómo gestionar nuestra propia salud para envejecer activos, sanos y felices?

ENFOQUE. La idea de "tomar el control de nuestra vida" para propiciar el autocuidado ha adquirido fuerza y puede hacer la diferencia entre las personas a la hora de enfrentar la vejez.
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Viviana García Ubillo,

El número de adultosmayores de 60 años ha aumentado de manera sostenida en las últimas décadas. En América Latina hoy representan el 10% de la población y en 2050 serán el 25%. En Chile, en tanto, 2,6 millones de mujeres y hombres superan esa edad, los cuales equivalen al 16% del total de habitantes.

Este fenómeno es particularmente notorio en la Región de Valparaíso, que después de la Metropolitana es la zona con más adultos mayores a nivel nacional y la segunda más envejecida de nuestro territorio, después de la de Magallanes. De hecho, el 18,8% del millón 800 mil de personas que en la actualidad vive en esta región nació antes de 1957. Y el 59% son mujeres.

Un gran desafío

El envejecimiento es por tanto- y seguirá siendo- uno de los grandes temas del siglo XXI, porque entre otras cosas ha derivado en una transformación demográfica que está impactando y modificando con fuerza el perfil epidemiológico de nuestras comunidades, que antes se caracterizaba por el predominio de las enfermedades agudas transmisibles y ahora destaca por los males crónicos y altamente invalidantes, como Alzheimer, Parkinson, artritis, diabetes, patologías isquémicas del corazón y cerebrovasculares, entre otras.

Tal escenario plantea importantes desafíos para los sistemas de salud y desarrollo social, dado que la mayoría de los países no cuentan con políticas públicas apropiadas ni profesionales capacitados para atender la demanda de las personas mayores en materia de prevención, curación y cuidados.

Por ello, en el campo de la salud ha tomado fuerza en los últimos años el enfoque que propicia el bienestar biopsicosocial de los individuos y promueve la corresponsabilidad de los mismos en lo referido a su propia atención y cuidados, para que así gestionen de mejor manera el estado de su cuerpo y de su mente y puedan enfrentar la etapa de la vejez en forma activa, feliz y saludable.

"Se trata de una invitación a las personas de toda las edades, en especial a las mayores, a 'tomar el control de su vida' para que asuman un rol mucho más activo y comprendan que son ellas las principales responsables de su propia salud", explica Viviana García Ubillo, académica, coordinadora de Extensión y Vínculos de la Facultad de Medicina y directora ejecutiva del Centro Interdisciplinario de Desarrollo del Adulto Mayor "Gerópolis" de la Universidad de Valparaíso.

Paciente empoderado

Este enfoque descansa sobre tres conceptos esenciales. El primero de ellos es el del "paciente empoderado" el cual define a la persona que está informada de su condición de salud, que es capaz de tomar el control de ella porque sabe cómo cuidarse, comunicarse con el médico u otros profesionales y decidir, satisfacer necesidades y resolver problemas con pensamiento crítico, gracias a que tiene un mayor conocimiento y una mejor actitud", explica Viviana García.

Esto inicia con pasos prácticos simples, como averiguar qué enfermedades o síntomas se padecen, mantener controles periódicos, dietas adecuadas, anotar previamente las dudas para preguntarle después a los prestadores de salud y registrar las indicaciones que estos últimos realizan, entre otras cosas.

Control del entorno

El segundo concepto corresponde al "control del entorno" y refiere a la simbiosis que cada persona debe generar y mantener con el espacio inmediato que habita (hogar, barrio y comuna), y las personas con las que allí interactúa, en la búsqueda de su bienestar biopsicosocial.

Apunta tanto a la materialidad como a las relaciones humanas que se producen y desarrollan en él, por entender que la toma de control de su propia salud también implica preocuparse de lo que pasa a nuestro alrededor, de las dificultades y facilidades que se enfrentan a diario, y de aprender de y enseñar a otros, replicando y potenciando así los beneficios de esta conducta.

Recursos personales

El tercer y último concepto es el de los "recursos personales" que apunta a reconocer las fortalezas y debilidades que cada uno tiene para alcanzar de mejor manera los objetivos definidos en los puntos anteriores.

Tiene que ver con tomar conciencia de nuestro comportamiento y cómo ello puede influir positiva o negativamente en nuestra condición. Contempla saber manejar las emociones, dormir bien, conocer y aplicar técnicas de relajo, realizar actividad física, alimentarse en forma saludable, medicarse bien, seguir y cumplir recomendaciones y tener un pensamiento positivo hacia nosotros mismos y los demás", sentencia la directora del Centro Gerópolis de la UV.