Pese a que se esperaba que sólo cinco jugadores llegaran desde la capital y que hubo varios de los nombres que se cayeron porque no hubo opciones de convencer a sus padres de traerlos a Calama -específicamente el caso de Marcelo Allende, Patricio Romero y Nicolás Clavería-, los entrenadores de Cobreloa en la capital, con problemas de sueldo y dificultades varias igual hicieron el trabajo de seleccionar a los mejores proyectos de la cantera naranja en la capital y ya los tienen entrenando en el club de campo loíno al mando de Roberto Espicto.
Se trata del arquero Francisco Quevedo, el defensa central Jeremy Carrasco, los laterales derecho e izquierdo Andrés Miranda y Johan Parra, el volante ofensivo Fabián Quilaqueo y el delantero Claudio Miranda, todos jugadores de la sub 15 y sub 16 que reforzarán la sub 17 en Calama, con opciones de acelerar su proceso si es que demuestran condiciones para saltar a la sub 19 que dirige César Bravo y que es el paso anterior a enrolarse en el primer equipo de "los zorros".
Roberto Espicto destacó que "se trata de chicos que a diferencia de otros, sí quieren lucir esta camiseta en el profesionalismo antes que todo, que no tienen problema con venir al norte porque su sueño es conseguir un lugar en el fútbol. No ponen condiciones como otros y eso es lo que más nos gusta, que tienen la ilusión de llegar al primer equipo y si hacen las cosas bien lo van a conseguir".
El jefe de las divisiones inferiores loínas y entrenador de la serie sub 17 aclara que "son seis y pese a que hay gente que critica que no les damos esos espacios a chicos de Calama, lo que nosotros como cuerpo técnico de inferiores debemos trabajar junto a César Bravo e Iván Orrego es la opción de tener a jugadores que sean promesas verdaderas, que puedan venderse más adelante y que puedan defender al club. Y si traemos a seis y no a dos es porque lo que está generando Santiago en materia de jugadores talentosos es importante, los dirigentes lo saben y por eso apuestan por ellos".
Espicto dice que "efectivamente tuvimos que, al igual que el año pasado, armar una sub 17 desde cero porque nos quedaban cuatro jugadores y con estos seis podemos tener la base de un equipo. Pasa que muchos hacen la promoción o cumplen la edad y no quedan en el club. Y hay que apelar a los chicos de Santiago porque sino es probable que como con Nicolás Guerra o Marcelo Allende llegue alguien y se los lleve después de que hicieron todo el proceso con nosotros. Eso es lo que se quiere cambiar".
Uno de los principales problemas para que sean solo chicos de Calama los que conformen estas divisiones -además de la calidad futbolística que en las últimas temporada sólo ha generado divisas con futbolistas del club que llegaron desde la capital- es el tema de los pases en edad formativa.
"Hay cerca de nueve niños de la escuela de fútbol que sentimos que tienen condiciones para jugar en las inferiores pero son jugadores que son federados, que pertenecen a clubes amateurs de la comuna y comprarles el pase requiere de un esfuerzo que a veces no se puede hacer. Por eso llegan los chicos de Santiago, que llevan años en el club, que conocen lo que es venir y son jugadores nuestros" dice Espicto.
17 niños provenientes de otras comunas y regiones viven hoy en la casa de cadetes del club en Calama.
9 jugadores de la escuela de fútbol podrían sumarse a la sub 17 pero no tienen el pase en el club naranja.