Un complejo escenario es el que vive Cobreloa, institución que tiene 39 años de vida y que a pocos años en el fútbol profesional logró estar entre los mejores equipos del país y ser dos veces subcampeón en la Copa Libertadores de América.
Tras enfrentar una fuerte confrontación interna entre dirigentes en los últimos dos años, en lo deportivo ocurrió lo que nadie esperaba: el club descendió el año pasado a Primera B y la crisis económica fue generando estragos en las arcas del club, que en la actualidad enfrenta a demandas, pérdida de patrimonio y una reducida fuentes de ingresos, ya que la afición que le seguía fielmente ha disminuido notoriamente.
Pero las esperanzas de volver a reconstruir una institución sólida no están perdidas, ya que se busca la manera de traer recursos frescos para poder sostener la institución en lo inmediato.
Ante esta realidad, las autoridades, empresas locales y la afición no pueden darle la espalda, y más que nunca se requiere el apoyo para que a través de un respaldo masivo, podamos levantar este club de regiones que tanta satisfacción ha dado a sus seguidores.
Los Zorros del desierto viven un mal momento, como a todos los clubes del país le ha tocado vivir en alguna oportunidad, pero si apelamos a la hinchada naranja, a los dirigentes que respetan y valoran al club, y las entidades que siempre le han dado su apoyo, este club podrá volver a tener la solidez para recuperar el sitial que siempre ha tenido en el fútbol chileno.
Una institución con el prestigio de Cobreloa, podrá salir de este escollo, pero se requerirá también que directivos y miembros del club puedan planificar acciones que devuelvan la mística que tuvo en los ochenta y tras pasar esta prueba, puedan corregirse aquellos errores que han dañado la institución.
Es necesario hacer una reingeniería en la institución, tanto en sus estatutos como organización con el fin de que unas pocas personas no terminen llevando al club al despeñadero como ocurrió en las últimas gestiones directivas.