Hace pocos revisamos unos artículos bastante interesantes sobre las "Empresas B" y el propósito de su existencia y al parecer poco sabemos de ellas, quizás se debe a que tradicionalmente la sociedad se ha dividido en tres grandes sectores, uno de ellos es el ámbito privado, el otro es el mundo público y finalmente esta la sociedad civil, donde se encuentran las organizaciones no gubernamentales y sin fines de lucro, por mencionar algunas.
No obstante, el acceso a la información, mayor empoderamiento y exigencias de los consumidores, los movimientos sociales, la pérdida de confianza frente a diferentes actores e instituciones, han provocado el surgimiento del llamado Cuarto Sector, que está determinado entre otros, por el movimiento global de empresas B, que buscan responder a las demandas sociales y ambientales y tener un impacto positivo en el mundo.
Este tipo de empresas nacieron en Estados Unidos en el año 2008 y se extendieron a Brasil, Colombia, Argentina y Chile de la mano de Sistema B. Estas funcionan como cualquier otro negocio: hacen dinero y remuneran a sus trabajadores, pero se destacan por; utilizar altos estándares de desempeño social y ambiental, transparencia y rendición, es decir que posibilitan el acceso a la información sin precedentes sobre la empresa, permitiendo que la sociedad pueda elegir con mayor información y conocimiento con quien trabajar, invertir o qué servicios y/o productos consumir.
Son empresas orientadas, en primer lugar, a solucionar problemas sociales y ambientales desde los productos y servicios que comercializan, y también desde sus prácticas laborales, ambientales, relación con las comunidades, proveedores y diferentes públicos de interés.
También pasan por un riguroso proceso de certificación que analiza todas las dimensiones de la empresa, debiendo cumplir estándares mínimos de desempeño, donde realizan un fuerte compromiso con la transparencia al reportar públicamente sus impactos sociales y ambientales, llegando incluso a modificar sus estatutos corporativos comprometiéndose a considerar antes de tomar cualquier decisión, los intereses de los colaboradores, la cadena de valor y stakeholders.
En la actualidad en Chile hay más de 80 empresas certificadas, no perdiendo su propósito empresarial y combinando su interés público con el privado.
Ximena Martel,
Gerenta de Proloa