En octubre pasado la Presidenta Bachelet hizo el anuncio del inicio de un nuevo proceso constituyente en nuestro país, el que no viene solo a ser la ejecución de un compromiso presidencial, sino que constituye la respuesta a una de las demandas ciudadanas más sentidas de los últimos años.
La Constitución es la madre de todas las leyes, es aquella que señala cuales son nuestra instituciones esenciales; y establece los derechos y deberes de cada ciudadano; es la que nos define como nación y tiene la misión de sentar las reglas básicas de nuestra democracia, por tanto dejar al azar la oportunidad de establecer una nueva Constitución que nos rija durante los próximos años, no es la mejor opción, la idea es que todos seamos partícipes de su desarrollo, a fin de dejar en claro lo que queremos hoy para nuestro país, de cara hacia el mañana.
El proceso durante el año 2016 estará marcado por la participación ciudadana, primero a través de la educación cívica y constitucional, para que todos podamos conversar sobre la Constitución que queremos y contemos con la información necesaria para dar vida al proceso en sí. Luego vendrá la participación ciudadana propiamente tal a través de los diálogos ciudadanos comunales, provinciales y regionales, donde todos podrán dar ideas para la Nueva Constitución.
Los pasos siguientes estarán a cargo de órganos colaboradores del gobierno es esta tarea, primero a través de la formación del Consejo Ciudadano de Observadores, quienes tendrán la misión de llevar a cabo los diálogos y velar porque el proceso en general sea transparente, - y por último, luego de realizados los diálogos ciudadanos, se dará paso a las Bases para la Nueva Constitución las que a su vez darán vida a un proyecto de Nueva Constitución el que será puesto en conocimiento del Congreso Nacional para que se reforme la actual Carta Fundamental y se decida cuál será el mecanismo para implementar la reforma.
Las formas descritas refleja la forma en cómo se trabajará, pero de nosotros depende el resultado final. No estamos ante un proceso aislado y ajeno a nuestra vida común, estamos ante un proceso que podrá definir lo que queremos para Chile y para su gente. No podemos perder la oportunidad de ser parte de este proceso, es nuestro deber participar, a informarnos, ser parte activa, formar representatividad, Chile es de todos los chilenos y en nuestra manos está el futuro que queremos darle a nuestro país.
Marcos Espinosa Monardes,
Diputado