Con un poco de extrañeza se tomaron los trabajadores de minera Gabriela Mistral el notar que el único cajero automático de la faena minera estaba destruido durante la mañana de ayer. Esto, por varios motivos, pero el principal, es que se encuentran a más de 100 kilómetros de cualquier punto urbano de la Región de Antofagasta.

El aparato apostado en el barrio cívico de la minera, estaba claramente forzado, con su monitor roto y muchas de sus piezas desprendidas. Se presume que los ladrones utilizaron el amparo de la oscuridad de la noche para extraer su valioso botín.

Según las informaciones que se manejan, se habría tratado de ladrones que entraron a la mencionada mina en una camioneta y amarraron el cajero al vehículo con la intención de desprenderlo de su base, técnica comúnmente conocida como "el lazo".

Sin embargo, no lograron su cometido y el equipo se mantuvo casi íntegro dentro de su posición, pero si hubo una gran destrucción en los alrededores. Los delincuentes no al no llevar a cabo el robo del dispensador de dinero, huyeron en el mismo vehículo con que intentaron perpetrar el robo y son a esta hora intensamente buscados por la policía.

Codelco

Desde la minera, la información fue entregada por el gerente general de turno de Gabriela Mistral, Francisco Sánchez, quien señaló que todos los antecedentes del hecho ya se encuentran en poder de Carabineros y del banco al cual pertenece el cajero automático dañado.

Por otro lado, no se descarta la participación de trabajadores autorizados en esta intento fallido, ya que para tener acceso a este sector, necesariamente se debe contar con un pase de acceso que son entregados y regulados por la propia minera a través de una empresa colaboradora.

También es probable que el ingreso lo hicieran desde el desierto, ya que al usar una camioneta, se les hace más fácil movilizarse en las complicadas rutas desérticas. Sin embargo, su rango de acción era bastante extenso, ya que para lograr un escape discreto y exitoso, los ladrones debían cruzar varios kilómetros de territorio sin que fueran denunciados y esperados por la policía. Labor poco discreta si llevan un cajero a cuestas.

Un preocupante caso se vivió en el Colegio Río Loa de Calama, en el que una de las profesoras del establecimiento decidió atar a sus estudiantes utilizando una huincha de embalaje para evitar que se movieran de sus asientos.

La denuncia fue presentada en Fiscalía por los propios directivos del centro de estudios, quienes fueron notificados por los propios apoderados que se enteraron por el relato de los estudiantes y una confesión de la docente involucrada.

Hechos

Fue durante la jornada del lunes que dos compañeros de curso se mantenían dentro de su aula realizando su clase habitual. Según contaron, uno de ellos se levantó para pedir un lápiz. Esto habría sido la gota que rebalsó el vaso de la profesora, que tomó una cinta de embalaje y amarró a un pequeño de seis años de sus dos piernas a las patas de la silla y una de sus compañeras la misma medida, pero sólo una pierna.

Ese fue el relato del pequeño afectado de sólo seis años, quien no lo tomó de la peor forma, pero si confesó que sintió dolor durante el castigo. Esa misma tarde, algunos apoderados se enteraron de lo ocurrido, ya que el castigo duró varios minutos e incluso la docente llamó por teléfono pidiendo disculpas a los padres por lo sucedido.

"A mí me llamó pidiendo disculpas y se excusó en base al mal comportamiento que tiene mi nieta, pero me sentí indignada y me fui enseguida a hablar con el director del establecimiento, me reconoció lo ocurrido y nos dijo que la profesora no seguiría ejerciendo sus funciones", dijo la abuela de una de la niña de cinco años que prefirió mantenerse en el anonimato debido a que busca la tuición de la menor.

Johanna Avello, madre del otro menor de este caso, no escondió su molestia por la situación, exigiendo que la profesora no vuelva a hacer clases.

"Deberían quitarle su título. Porque si no tiene paciencia mejor que se mantenga al margen. Algunos estudiantes quedaron con miedo y no querían ir a clases y sólo son niñitos de primero básico. Deberían estar felices de ir a aprender", dijo la apoderada.

Docente

El director del establecimiento, Patricio Angulo, explicó que la joven educadora, estaba reemplazando un postnatal y que llevaba pocos días al interior del colegio, pero al enterarse del caso envió a todo su equipo psicopedagógico a presentar una denuncia en la Fiscalía local.

"Ella ya no está haciendo clases, renunció y se habría retirado a otro establecimiento donde dijo que tenía más horas docentes. Vamos a presentar todos los antecedentes que se nos soliciten", comentó.

Respecto a esta situación, el superintendente regional de Educación, Víctor Alvarado, manifestó que "aquella acción se contrapone absolutamente con los códigos de convivencia escolar que deben primar en los establecimientos educacionales del país", aclaró.

Por su parte, el gobernador Claudio Lagos, manifestó que está trabajando con todos los organismos involucrados como el Sename, Mineduc y la propia Superintendencia para evaluar el caso y de acuerdo a la recopilación de antecedentes presentar una querella contra la persona responsable de estas vulneraciones de derecho en contra de estos menores.

"Deberían quitarle su título. Porque si no tiene paciencia mejor que se mantenga al margen de las aulas. Los niños tenían miedo de ir a clases".

Johanna Avello, Madre de menor amarrado