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"La caminadora"

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El suburbio racionalizó y aisló la vida familiar como lo hizo la fábrica con el trabajo productivo, y el gimnasio hoy en día racionaliza y aísla no solo el ejercicio sino también cada grupo de músculos, el ritmo cardíaco, las zonas de uso más ineficiente de calorías. De alguna manera, toda esta historia retorna a la era de la revolución industrial en Inglaterra. "La cinta-caminadora", escribe James Hardie en su breve libro de 1823 sobre el tema, "fue inventada, en el año 1818, por Mr. William Cubitt, de Ipswich, y erigida en la Casa Correccional de Brixton, cerca de Londres". La caminadora original era una gran rueda con dientes que servían como peldaños sobre los cuales algunos prisioneros pisaban por períodos fijos. Estaba orientada a racionalizar las mentes de los prisioneros, pero ya era una máquina de hacer ejercicios. El esfuerzo físico de los prisioneros era a veces usado para mover molinos de grano o alguna otra maquinaria, pero era el esfuerzo, no la producción, lo importante de la caminadora. "Es esta continuidad monótona y no su severidad lo que constituye su terror, y frecuentemente termina quebrando a los espíritus obstinados", escribió Hardie sobre sus efectos en la prisión americana que supervisaba. Agregó, sin embargo, que "las opiniones de los oficiales médicos que han visitado las distintas prisiones, coinciden en declarar que la salud general de los prisioneros no ha sufrido daños en ningún grado, sino que, al contrario, la labor ha sido, a este respecto, productiva de beneficios considerables". Su propia prisión de Bellevue en el East River de Nueva York incluía 81 hombres y 101 mujeres vagabundas, junto a 109 hombres y 37 mujeres convictas, y 14 mujeres "maníacas". La vagan¬cia -deambular sin propósito aparente o recursos- era y es a veces aún un crimen, y hacer tiempo en la caminadora era el castigo perfecto. La labor repetitiva ha sido un castigo desde que los dioses del mito griego sentenciaron a Sísifo -quien, según nos cuenta Robert Graves, "siempre había vivido del robo y muchas veces había asesinado viajeros desprevenidos"- a su famoso destino de empujar una roca cerro arriba. "Tan pronto como casi ha alcanzado la cima, es volcado cerro abajo por el peso de la desvergonzada piedra, que llega una vez más hasta los pies del cerro; ahí debe él recogerla y comenzar nuevamente a subirla, mientras el sudor baña su cuerpo". Es difícil decir si Sísifo es el primer levantador de pesas o el primer usuario de caminadora, pero es muy fácil reconocer la actitud de los antiguos hacia el esfuerzo físico repetitivo sin resultados prácticos. Durante la mayor parte de la historia humana y, hoy en día, fuera del primer mundo, el alimento ha sido relativamente escaso y el esfuerzo físico abundante; solo cuando el estatus de estas dos cosas es revertido adquiere sentido el "ejercicio".


"Wanderlust, una historia..."

Rebecca Solnit

Editorial Hueders

479 páginas

$16.000

"Es difícil decir si Sísifo es el primer levantador de pesas o el primer usuario de caminadora".

Diferencia entre caminar, deambular y peregrinar

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"Regresé una y otra vez a esta ruta, tanto para tomar un respiro de mi trabajo como también por sólo por caminar, porque, en una cultura orientada a la producción, se suele creer que pensar es no hacer nada y no es fácil no hacer nada. Se puede lograr disfrazándolo como hacer algo y ese algo más parecido a hacer nada es el caminar. Caminar en sí mismo es el acto voluntario más parecido a los ritmos involuntarios del cuerpo, a la respiración y al latido del corazón".

"Caminar tiene que ver con estar afuera, en el espacio público, y el espacio público está también siendo abandonado y erosionado en las viejas ciudades, eclipsado por tecnologías y servicios que no requieren dejar la casa".

"Cuando te entregas a los lugares, ellos te devuelven a ti misma y, así como cuanto mejor llegas a conocerlos, más siembras en ellos la cosecha invisible de recuerdos y asociaciones que te estará esperando cuando vuelvas".

"La peregrinación es uno de los marcos básicos que puede adoptar un viaje -la expedición en busca de algo, aunque solo sea la propia transformación, el viaje hacia una meta- y, para los peregrinos, caminar es trabajar".

"Un caminante solitario, por más corta que sea su ruta, vive inquieto, entre lugares, arrastrado hacia la acción por el deseo y la falta, más con el desapego del viajero que con las ataduras del trabajador, el lugareño, el miembro de un grupo".

"Ya liberado del trabajo manual y ahora privado de toda sensibilidad en las cámaras de aislamiento que constituyen tanto las oficinas como los pisos, aparte del residuo de lo erótico, este cuerpo no tiene nada de lo que significa estar encarnado".

"Se suele considerar que aquello que distingue al ser humano del resto de los animales es la conciencia, pero el cuerpo humano también es distinto a cualquier otra cosa que haya habido jamás sobre la tierra y, en cierta forma, el cuerpo humano ha moldeado dicha conciencia".

"El caminar urbano ha sido siempre un asunto más oscuro, que fácilmente se vuelve vagancia, prostitución, salir a flirtear, de paseo, de compras, protestar, hacer desórdenes, merodear y otras actividades que, por más disfrutables que sean, difícilmente alcanzan el tono de alta moral que tiene la apreciación de la naturalezaPor ello, no se ha montado una defensa similar para la preservación del espacio urbano".

"Los parques, desde los jardines de placer hasta las reservas naturales, han servido durante mucho tiempo para la recreación física, pero los gimnasios que han proliferado salvajemente en las últimas décadas representan algo radicalmente nuevo. Si el caminar es una especie indicadora, el gimnasio es una especie de reserva natural del esfuerzo físico".

"Deambular y apostar tienen algunas cosas en común; ambas son actividades en las cuales la anticipación puede ser más deliciosa que la llegada, el deseo más confiable que la satisfacción. Poner un pie frente al otro o las propias cartas sobre la mesa es jugar con el azar".

"Todos los esfuerzos por controlar quién pasea y cómo pasea, sugieren que caminar puede, de alguna forma, ser aún subversivo. Al menos subvierte los ideales del espacio enteramente privatizado y las multitudes controladas, y ofrece entretenimiento sin necesidad de gastar o consumir".

Dos mil personas participaron en la fiesta de la vendimia de Toconao

AYLLU. Viñateros del poblado, que hace cuatro años producen vinos a 2.400 metros de altura, celebraron la cosecha de 2015, que superó las nueve toneledas de uvas.
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Redacción

La plaza de Toconao fue una fiesta, con más de dos mil personas reunidas para degustar las distintas variedades que los agricultores del vino Ayllu produjeron durante 2015, con la novedad de las nuevas cepas que se introdujeron al programa: Malbec, Syrah, Pinot Noir, Petit Verdot. La particularidad de esta producción vitivinícola es que son mostos cosechados a 2.400 metros de altura, en el desierto más árido del mundo.

"estamos orgullosos"

"Aquí hay un tremendo esfuerzo de los agricultores, y se ha generado un trabajo de asociatividad entre empresa (SQM), gobierno y comunidad con resultados extraordinarios y que hoy se llama Ayllu", destacó la alcaldesa de San Pedro de Atacama, Sandra Berna.

"En Chile somos orgullosos de nuestro vino, y cada uno tiene su historia. Ésta, la del Ayllu, es realmente sorprendente y tiene que saberse, tiene que salir y cruzar las fronteras regionales y ojalá nacionales. Aquí, en el desierto más árido del mundo, se produce un vino en altura único y generoso", expresó la alcaldesa.

Con el propósito de seguir impulsando el desarrollo vinífero de Toconao, que posiciona a nuestro país como uno de los pocos que produce mostos de gran altura, el Servicio Agrícola Ganadero inscribió a los agricultores del programa Atacama Tierra Fértil y sus viñedos, en el mapa vitivinícola de Chile, lo cual se suma a una serie de iniciativas que pretenden mejorar las condiciones de los viñateros.

Dentro de este plan, está la presentación de un proyecto de tecnología de riego solar, y la adquisición de un laboratorio de primera línea, acorde a las exigencias del mercado.

"Estamos muy orgullosos de haber agrandado el mapa de productores de vino en Chile. Enólogos de diferentes partes del mundo han degustado nuestro vino y lo destacan por sus diferentes atributos, único en nuestro país por su altura", señaló Wilfredo Cruz, uno de los viñateros de Toconao. "El proceso es difícil. Este rincón del mundo es inhóspito, y se necesita de mucha fortaleza y perseverancia. Sin embargo, los frutos se ven al final del camino".

El director (s) del Instituto Nacional de Desarrollo Agropecuario (Indap), Marcelo Miranda, institución que apoya este programa, destacó las posibilidades que abre este programa. "Los viñateros, y agricultores de otros rubros con los que también trabajamos, tienen buenas oportunidades que esperamos seguir fortaleciendo a través de las actuales alianzas", subrayó la autoridad.

Siguen creciendo

Desde 2012 a la fecha, los productores de San Pedro de Atacama han cosechado más de 19 mil kilos de uva, de las cuales 9.2 toneladas corresponden a este año. Emprendimiento que se extendió además a Socaire, donde se plantaron las primeras viñas a 3.360 metros de altura, las más altas de Chile.

La vendimia celebra la cosecha del 2015, que una vez más aumentó su producción. De los 20 agricultores involucrados en el programa, once ya están produciendo vino: con 7.400 botellas en 2015, 2.900 más que las 4.500 de 2014.

"Toconao ya es una localidad productora de vino del norte de nuestro país, y el vino Ayllu se ha posicionado como la mejor muestra de ello, y no como uno más", afirmó el gerente de Sustentabilidad de SQM, Pablo Pisani. "Es producido en altura, por manos indígenas, en el desierto más árido del mundo. Gracias al equipo de profesionales del programa Atacama Tierra Fértil, no tan sólo hemos logrado aumentar la producción; también mejorar la calidad año a año", agregó.

La vendimia fomenta además el desarrollo local, no solamente asociado a la producción del vino sino que también a los productos de la zona, agregando valor a otros atributos de estas localidades y su gente.

El vino Ayllu ya logró penetrar en el mundo gastronómico y hotelero de San Pedro de Atacama, y ahora se encuentra en pleno proceso de irrupción en Antofagasta, a través de catas de vino realizadas en la capital regional y que han contado con la guía técnica de Alvaro Peña, destacado enólogo del programa de SQM y profesor de la Universidad de Chile.

Evangélicos celebraron su Culto de Acción de Gracias por aniversario

CALAMA. Fieles pidieron que siga siendo una ciudad que acoge con amor y cariño.
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Desde la administración del alcalde Edwin Rowe, los espacios de participación para los evangélicos en las diversas actividades comunales en el marco del aniversario de Calama, han ido en aumento, como así también el número de calameños que profesan la religión Evangélica.

Son alrededor de 8 mil las personas que son parte de las diferentes iglesias evangélicas presentes en la ciudad, muchos de los cuales asistieron al Culto de Acción de Gracias realizado durante la jornada de ayer en la Iglesia de Dios, en el marco del programa del aniversario 137 de la comuna.

El primer director de la Fraternidad de Pastores de El Loa, Luis Ortega, señaló que esta actividad se lleva a cabo en Calama hace muchos años, y tiene como objetivo principal agradecer y orar para que la comuna continúe siendo una ciudad que acoge con amor y cariño a todos los habitantes.

Para el presente año correspondió el turno de la Iglesia de Dios ubicada en la calle Frankfurt, a la cual asistieron gran cantidad de evangélicos para participar de este culto que fue incluido dentro de las actividades oficiales de aniversario durante la alcaldía del fallecido Edwin Rowe.

Con la llegada del ex alcalde Arturo Molina, la participación de los fieles en las diversas instancias comunales se intensificó, incluyendo, por ejemplo, la bendición de un pastor evangélico en inauguraciones y ceremonias locales.

Calama cuenta además con profesores de la religión Evangélica en 24 establecimientos educacionales públicos, lo que no se da en ninguna otra comuna del país. "Jesús Aranda, el presidente actual de nuestra fraternidad fue uno de los artífices, junto a José Luis Urel, quienes tuvieron la visión de aprovechar la ley y usarla, ya que ésta exige que existan profesores de religión", detalló el pastor.

Todo, gracias al trabajo dedicado y comprometido de la Fraternidad de Pastores Evangélicos del Loa, que además han logrado desarrollar instancias de trabajo comunitario con personas en situación de vulnerabilidad, como niños y adolescentes que sufren el flagelo de las drogas.

Así, la religión Evangélica ha ido ganando terreno, al punto de ser considerada para todos los actos y ceremonias importantes de la ciudad.

"Cuando realizamos el encuentro en octubre del Día de las Iglesias Evangélicas, hemos llenado el estadio en gran parte, gracias a que tenemos una fraternidad muy unida con la cual se llevan a cabo reuniones cada 15 días, ya sean de carácter administrativo o de oración", dijo Luis ortega.

Una fraternidad que siempre ha tenido muy buenas relaciones con la Iglesia Católica, sobre todo con el padre Enrique Olivé, quien también asiste a los Cultos de Acción de Gracias, en el marco del respeto de todos los credos existentes en la comuna.

La escritora que reconstruyó la historia del caminar

Acaba de llegar a Chile el primer libro traducido al español de la estadounidense Rebecca Solnit. Es de 1999 y se llama "Wanderlust: una historia del caminar". En él, la autora reflexiona sobre el turisteo, las marchas, las excursiones y peregrinaciones. Todo lo que tenga que ver con mover los pies. Solnit habla acá de literatura, de su inspiración, por supuesto del libro y también de feminismo.
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En "Wanderlust", Solnit explora la relación entre el caminar y los escritores.

La imagen se repite todos los días. A cada momento, millones de personas ejecutan el mismo acto. Suena extraño decir que caminar, en cada una de sus versiones, sea un mismo ejercicio, una sola actividad. Ese es el punto de partida de "Wanderlust: una historia del caminar", de la ensayista norteamericana Rebecca Solnit, el primero de sus libros traducido al español, y que llega a Chile gracias a editorial Hueders.

Pero hay un momento exacto, cuenta Solnit en su libro, en el que comenzó a pensar sobre el caminar. Fue en los años 80, cuando participaba como activista antinuclear en el desierto de Nevada. El grupo iba hacia el lugar donde el gobierno de Estados Unidos había detonado, hasta esa fecha, más de mil bombas nucleares. Para hacerlo, caminaron. Alcanzaron las vallas, las sobrepasaron y fueron arrestados. Aquello, recuerda Solnit, era dar una especie de testimonio corporal de las convicciones que los enfrentaban.

Fue esa sensación la que hizo que la autora quisiera acercarse a desentrañar las variaciones del caminar a través del ensayo. Hace ya 50 años, la también ensayista norteamericana Susan Sontag decía que todo lo que hay en el mundo contiene una suerte de pensamiento. Al parecer, para escribir "Wanderlust" Solnit lo hizo desde la premisa contraria. Su pensamiento iluminó todas las formas del mundo, incluso aquellas que parecen rechazar el caminar, y exploró no sólo su sentido íntimo (la idea del caminar como un viaje espiritual, por ejemplo), sino religioso, como sucede en las peregrinaciones, así como sus variantes literarias, científicas y públicas.

Por eso, da la sensación que en "Wanderlust" encontramos una de las versiones más puras y frescas del ensayo. Solnit es capaz de hablar de los orígenes antropológicos del caminar con el mismo rigor, libertad y sentido poético que cuando analiza la importancia del caminar entre los poetas ingleses del siglo XIX, o el efecto de las carreteras dentro de las ciudades, de los malls y los gimnasios. Suena evidente, pero en "Wanderlust" (un libro escrito hace quince años, pero tan actual que apenas da signos de vejez) uno se adentra de la misma manera que al subir un cerro. Encuentra atajos, tropiezos y revelaciones. Para eso, Rebecca intenta explica el caminar como un acto que le da sentido a nuestra vida, a nuestra conciencia e incluso a nuestra política. Donde antes había caos, Solnit encuentra coincidencias. Donde todo parecía calmo, Solnit lo aviva.

Tampoco debería extrañarnos esta virtud, aunque su nombre no sea fácil de reconocer fuera de Estados Unidos. Luego de veinte libros publicados, de ser nominada al National Book Award y de haber sido editora asociada de Harper's, además de ferviente activista, la obra de Solnit es una de las cumbres de la no ficción norteamericana. De hecho, su último libro de ensayos sobre el feminismo ("Men explains things to me"), cuenta una historia que ronda en varios sitios de internet y que dio pie al uso de un término que ya es parte de la cultura popular norteamericana: el "mansplaining", o la odiosa actividad masculina de sobrexplicar a las mujeres asuntos que ellas ya saben. En la historia, la escritora estaba en una fiesta y se acerca a un grupo en el que un hombre comenta un libro. Ella le cuenta a ese hombre que fue ella quién lo escribió, pero él sigue hablando del libro como si fuera otra persona (un hombre) quien lo escribió. Debió repetirlo cuatro veces, hasta que el hombre palideció.

Aunque estemos lejos de conocer ese libro en español, la virtud de Solnit (tanto en esa historia como en "Wanderlust") está en observar temas donde otros pasan de largo, a través de formas que uno creía repetidas y muertas.

-¿Cuándo comenzaste a escribir? ¿Recuerdas algún momento en particular en que notaste que querías ser escritora?

-Apenas aprendí a leer, me di cuenta que cada libro era una caja mágica, y que había aprendido la habilidad de abrirla. Eso fue a los seis años. Por algunos meses quise ser bibliotecaria, porque vivían entre libros y los amaban. Luego me di cuenta que, de hecho, algunas personas escribían esos libros, y tomé mi decisión definitiva. Por supuesto, luego vino la parte difícil: escribir. Me tomó 15 años hacerlo de una forma seria.

-¿Tienes algunos modelos como escritora?

-Muchos. No en la vida, pero sí en los libros, porque no conocí a ningún escritor sino hasta muy tarde. Las influencias se van acumulando progresivamente, pero la revelación más importante la tuve cuando compré mi primer libro de Borges, a los 15 años. Me di cuenta, súbitamente, lo que uno podía lograr hacer en la no ficción, o al menos en la prosa, sin que estuviera modelado por las convenciones de la ficción. De cómo el universo podía abrirse o dar una vuelta en el transcurso de unas pocas páginas, qué tan imaginativa y poética podía ser la prosa de la no ficción, y de cuántas formas existían para contar una historia, y cuántas historias faltaba por contar. Tengo muchas otras influencias: la crítica de cine Pauline Kael, la novelista lírica Djuna Barnes y George Orwell. Después me influenciaron a muchos escritores latinoamericanos, incluidos Ariel Dorfman (que también es amigo), Eduardo Galeano y Pablo Neruda, porque leo poesía regularmente. Y, un poco más al norte, por supuesto, el revolucionario más poético de nuestro tiempo: el Subcomandante Marcos.

-¿Te sientes parte de la tradición americana de escritores?

-En realidad, de una no-tradición de varios escritores excéntricos: californianos o escritores de la costa oeste, como Barry Lopez y Gary Snyder, pero también de Virginia Woolf y John Berger. También de otros escritores estadounidenses: Thoreau, James Baldwin y Annie Dillard, así como Borges, como te contaba, Walter Benjamin, y de todos aquellos que hacen de la investigación crítica un esfuerzo creativo.

-¿Crees que la escritura es, de alguna manera, una forma de activismo?

-¡Por supuesto! Alguna veces le pregunto a mi hermano -quien también es activista- cuál sería mi actividad más útil, y él siempre me responde: "Seguir escribiendo". Sin embargo, sin participación, sin actos de demostración y sin protestas, sin, de hecho, un compromiso apasionado con los temas que nos interesan, la escritura no será ni útil ni informada. Ambos campos se equilibran entre sí: el exterior gregario y el interior introspectivo.

-En las primeras páginas de "Wanderlust", describes el caminar como "merodear" y "un acto amateur" ¿Crees que escribir ensayos funciona de una manera similar?

-Claramente. Amo que mi profesión sea la escritura en sí misma, y que desde ahí pueda dar paseos hacia cualquier tema.

-Una gran parte de "Wanderlust" explora la relación entre el caminar y los escritores. ¿Piensas que los escritores contemporáneos mantienen esa relación, o quizás ya se perdió?

-Creo que aún hay grandes escritores que son, a la vez, grandes caminantes, como Robert MacFarlane en Inglaterra, o mi amiga jamaicana Garnette Cadogan. Sin embargo, el caminar ya no está, quizás, tan presente en la vida diaria para otros escritores.

-Por obvias razones (el libro fue escrito en 1999) "Wanderlust" no trata el fenómeno de las redes sociales y la tecnología. ¿Cuál es el efecto de las nuevas plataformas en el acto de caminar y la esfera pública?

-Para mí, el más terrible es aquel en que las personas que miran su celular están, al mismo tiempo, evitando el aquí y el ahora. Tratan al espacio entre el hogar y el destino como un lugar vacío y que necesita ser llenado. Más allá de eso, las redes sociales tienden a que la gente no sólo se distraiga por un momento, sino que consiguen que la distracción sea un estado mental constante, y los vuelve incapaces de enfocarse. Aquí, en las sombras de Silicon Valley, uno siempre ve, por ejemplo, a seis jóvenes que esperan por una mesa en un restaurant, mirando sus seis celulares diferentes. Ves a gente interrumpiendo constantemente una cosa por otra, y no se acostumbran a estar con ellos mismos. Todas esas tecnologías bloquean tanto la experiencia de estar con otros, como la profunda experiencia de estar solos. Algún día tendremos otro terremoto aquí, los celulares morirán y veremos muchas experiencias interesantes de aquellos que no están acostumbrados a estar desconectados.

-Si pudieras reescribir "Wanderlust" en el 2016, ¿Qué tópicos te gustaría incluir?

-Black Lives Matter (un movimiento social que realiza campañas contra la violencia hacia afroamericanos) y más acerca del caminar de los negros en los Estados Unidos, el caminar meditacional y las tradiciones de peregrinaje asiáticas.

-¿Tienes alguna definición personal de feminismo?

-El feminismo es la creencia de que todas las personas son iguales y están dotadas de ciertos derechos inalienables. O, como alguna feminista bromeó alguna vez, el feminismo es la idea radical de que las mujeres son personas.

Rebecca solnit comenzó a escribir a los seis años de edad.

Por Cristóbal Carrasco

"Apenas aprendí a leer, me di cuenta que cada libro era una caja mágica, y que había aprendido la habilidad de abrirla. Eso fue a los seis años".

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