Cada día se confirma el presagio de que el agua dulce se convertirá en un bien tan preciado como el petróleo o los metales preciosos. El paso de los años y el inquietante cambio climático han hecho que los desiertos avancen inexorablemente por la ausencia de lluvias , provocando que los acuíferos estén prácticamente secos.

En nuestra provincia sabemos de esa realidad y cómo ha costado entregar agua potable para el consumo humano y la destinada para el uso agrícola.

La industria minera ha sido voraz por la necesaria demanda para sus procesos productivos. Esto ha significado una devastación de muchos de los caudales loínos.

Hasta el día de hoy gran parte de las mercedes de agua sobre los cursos superficiales están en manos de mineras, quienes a sabiendas de la escasez han optimizado su uso y han avanzado en su reutilización. Pero la demanda sigue creciente, lo que ha hecho mirar obligadamente a la desalinización de agua de mar.

De hecho, la mayoría de los proyectos mineros hoy la consideran porque saben que no hay más acuíferos que explotar sin alterar el medio ambiente. Son las nuevas exigencias sociales y que necesariamente tiene que ser escuchadas si es que los proyecto quiere ver la luz.

Por eso cuando el gobierno defiende el agua del río Siloli o Silala es porque es un bien que no se puede entregar así sin más. Esto más allá que hoy esté en manos de privados, pero el recurso sigue siendo vital para faenas mineras y para pequeñas comunidades.

La propiedad es un problema interno y que en su debido momento tendrá que enfrentarse. Lo importante es mantener esa propiedad porque en cualquier momento puede ser de gran utilidad para dar vida a la región.

Entonces claramente hay que respaldar al gobierno en su batalla legal y también apelar a lo que hizo el alcalde Velásquez quien llegó hasta el nacimiento del Siloli para pedir un gesto de humanidad entre países hermanos, porque entiende que esas aguas tienen que defenderse por el beneficio de todos.

Perder un ser querido, sobre todo de forma trágica e inesperada como consecuencia de un hecho violento, provocado o accidental, desestabiliza nuestro mundo en segundos, produce un impacto tan profundo, difícil de asimilar, que nos deja muy vulnerables.

En este estado emocional deberemos hacernos cargo de los trámites necesarios para cerrar el ciclo de vida administrativo y legal de este ser querido, e iniciar nuestro duelo personal.

Normalmente, cuando ocurre una muerte de estas características, debe ser investigada judicialmente, y se requerirá de una autopsia médico-legal, por lo que el fallecido será remitido a nuestro Servicio Médico Legal por el Ministerio Público.

Resulta comprensible que este procedimiento, rodeado de mitos que poco tienen que ver con la realidad, produzca mayor angustia a quien vive este impacto y empieza a vislumbrar una serie de otras pérdidas secundarias (emocionales, de roles, económicas, conflictos sin resolver, etc.).

En este punto, es muy importante que se comprenda la trascendencia de esta pericia, que entregará certezas fundamentales sobre la identidad, la causa de muerte y la posible participación de terceros. Esto ayudará no solo a una adecuada aplicación de la justicia, sino que también a minimizar las dudas que puedan quedar, y facilitar muchos de los trámites que deban hacerse para disminuir las pérdidas secundarias que mencionamos (por ejemplo, cumplir con las exigencias de las compañías de seguros)

Deben confiar en que en nuestra labor prima el profesionalismo y el respeto por las personas, tanto de quien dejó de existir como de quienes lo sobreviven, y que no se hará nada que no sea estrictamente necesario para cumplir con los fines que la ley nos asigna, y que, comprendiendo su dolor, haremos todo lo posible para ayudarles a superar ese difícil momento, respetando las creencias, deseos, necesidades que no interfieran con la investigación judicial, orientándolos e informándolos oportuna y adecuadamente.

Confiando en nuestros funcionarios evitarán dejarse engañar por personas inescrupulosas, carentes de sentimientos, que no dudarán en intentar aprovecharse de la vulnerabilidad en que se encuentran para hacerles cobros o exigencias inexistentes. En la página web de nuestro Servicio encontrarán información sobre los trámites que deben realizar, y en nuestras dependencias siempre habrá alguien dispuesto a tenderles una mano.

Francisco Grisolía,

Director regional del Servicio Médico Legal