Irene Cereceda Ramos
Durante este año se llevarán a cabo las elecciones municipales en el país. A raíz de ello, tanto los partidos políticos, como los candidatos independientes, se preparan para enfrentar una nueva etapa de elecciones.
Sin embargo, más allá de la campaña electoral en sí, una de las preocupaciones es la poca motivación por parte de la ciudadanía para votar.
Este poco interés quedó demostrado en elecciones anteriores en las que el universo de personas que sufragaron estuvo bastante bajo.
Según el licenciado en ciencias políticas de la Universidad de Chile, Cristopher Aguilar, en las últimas elecciones presidenciales, los candidatos con mayor cantidad de voto no superaron los 4.000 de un universo de quizás 10.000 personas que están capacitados en Chile para votar.
Ante esto muchos hablan de una crisis de representatividad, ya que - en teoría- una minoría es la que está escogiendo a los gobernantes. Pero por qué ocurre esto. Por qué los jóvenes no votan e incluso muchos adultos ya no quieren ir a ejercer el derecho ¿Desidia, desencantamiento, falta de confianza? Qué es lo que pasa con la sociedad chilena y cuáles serían las posibles soluciones para revertir la situación.
Historia
Desde 2012, en el país, se estableció la inscripción automática y el voto voluntario. Sin embargo, el camino para llegar a tal sistema en Chile fue bastante largo.
Hacia 1830 sólo podían votar hombres solteros mayores de 25 años o de 21 si es que estaban casados.
El profesor de Historia y Geografía, Mario González, explica que "la situación con el tiempo comienza a cambiar y se pone como condicionantes si aprenden a leer y escribir o si poseen bienes y propiedades", dice el docente.
Ya hacia 1936 se permite el voto para elecciones municipales a las mujeres y en 1949 se aprueba el presidencial para el género femenino. Hacia 1960, con el gobierno de Eduardo Frei Montalva, se brinda derecho a voto a los ciegos, analfabetos y mayores de 18 años. "En ese momento se alcanzó el mayor porcentaje de votos en Chile en proporción a la cantidad de habitantes", asegura Mario González.
Posteriormente, con la Constitución de 1980 se prohiben las elecciones hasta 1988, año en que se realizó el plebiscito. "El año 1988 fue el peak, pues votaron tantos jóvenes, como adultos, quienes querían expresar su opinión en cuanto a si aprobaban o no el régimen militar", dice González.
El profesor cuenta que luego de ello es cuando el entusiasmo por las votaciones comienza a disminuir y se empieza a producir el desencantamiento.
"Las personas más jóvenes ya no están votando. Y los gobernantes lo está escogiendo la población de entre 40 años en adelante", dice Mario González.
Causas
Uno de los principales motivos que los jóvenes loínos expresaron cuando se les preguntaba sobre por qué no votaban, se enfocaban en que no se sentían representados por las autoridades. Eduardo Plaza, loíno de 26 años, recalcó que para él los políticos sólo buscan el bienestar personal y lo anteponen por sobre el colectivo. "No le creo a ninguno y no me representan", dijo enfático el trabajador contratista.
Por su parte, Rodrigo Mondaca, estudiante universitario, puntualizó que "no voy a dar mi voto a personas que se postulan para ir acumulando pitutos y poder y así ir teniendo mayor remuneración personal".
Por otro lado, Jenny Arenas, joven de 27 años dijo que no se sentía en condiciones para votar, ya que no existe gran información de las propuestas de cada político, pues no dan a conocer sus ideas como deberían.
Jessica Jaime, es trabajadora y tiene 30 años. Ella dice que sólo vota para las elecciones presidenciales, sin embargo, no lo hace para las municipales. La causa de esto es que - a su parecer- "la persona por la que votas es igual que todos. Prometen cosas y cuando salen electos se olvidan de todo lo que dijeron en la campaña", aseguró la loína.
Distinta es la situación de Daniela Véliz, profesional de 26 años, quien cuenta que su dirección electoral está en Santiago y no tiene el tiempo para cambiarla a Calama. "En verdad yo hago un llamado para que acerquen los servicios y haya más flexibilidad de horario en esta época y que se acomode a la gente que trabaja", recalcó la loína.
Desencanto
El profesor de Historia y Geografía, Mario González, puntualiza que es muy difícil que esta situación se revierta si los comportamientos de los políticos siguen igual. "Con el conocimiento por parte de la población de la situación de corrupción, donde queda claro que al político le interesan más los interés personales, la gente no confía más en ellos", recalca el docente. Además enfatiza que, por ejemplo, los diputados y senadores de la región se ven muy poco en su zona distrital y eso también hace que la gente los desconozca. "Vemos a los candidatos en las fotos, pero no en la realidad social. Los parlamentarios en su semana distrital casi no vienen a Calama, por lo que para la gente los políticos ya no son el canal de expresión", dice el profesor. A su parecer, las personas se están expresando por medio de otras formas, como por ejemplo, con movimientos sociales: "Lo vimos en Aysén, en Freirina y con los estudiantes a través de estos movimientos en que la población expresa su sentir", asegura el profesional.
Gobiernos locales
El licenciado en ciencias políticas de la Universidad de Chile, Cristopher Aguilar, dice que las soluciones pueden venir directamente desde los gobiernos locales. Para él es importante tener en cuenta que hay que derribar la idea de que las votaciones son la fiesta de la democracia. "La democracia se vive ahora en otras instancias. El sistema ya está agotado y la democracia no se ejerce sólo una vez cada cuatro años cuando hay que votar", dice el profesional.
Para Cristopher Aguilar, "con el surgimiento de las redes sociales y de tecnologías de información y el acceso de la ciudadanía a otra fuente de información la ciudadanía trata de influir a través de estos medios en las decisiones de los gobernantes", recalca el licenciado. No obstante, para ello es necesario dar espacios de participación a las personas y estos deberían ser impulsados desde los gobiernos locales. "Las políticas públicas deberían tener un diseño que implemente a la ciudadanía. Que ellos escojan las mejores ideas y no se trata de algo sólo asambleísta, sino de generar las instancias para que la gente vote en temas de intereses, como la creación de más espacios públicos, culturales, entre otros", dice el licenciado en ciencias políticas. Finalmente, recalca que los políticos deben tener en cuenta que lo que debería primar son las ideas, más allá de las personas. "Hay que terminar con la costumbre de que se vote por la persona, sino que por las ideas. Las campañas y carteles deberían tener las ideas que plantean más allá de sus caras", dice Aguilar.
Para el profesional la crisis no es nueva, ya que se vive desde casi 1998 y es por eso que hay que cambiar la concepción de democracia en la ciudadanía.
"No es correcto hablar de 'fiesta de la democracia'. La democracia se vive ahora en otras instancias. El sistema ya está agotado y la democracia no se ejerce sólo una vez cada cuatro años cuando hay que ir a votar"
Cristopher Aguilar, Licenciado Cs. Políticas
"Prometen cosas y cuando salen electos se olvidan de todo lo que dijeron en sus campañas "
Jessica Jaime, 30 años
"No me siento preparada, porque no conozco las ideas ya que los candidatos no las dan a conocer "
Jenny Arenas, 27 años
"Hago un llamado para que acerquen los servicios y exista más flexibilidad de horario"
Daniela Véliz, 26 años
2012 debutó el voto voluntario después de años de que la inscripción fuera voluntaria y el voto obligatorio. Sin embargo, el porcentaje de votantes no subió como se esperaba siendo los más adultos los que sufragan.
1936 es el año en que se permitió el voto para las mujeres en elecciones municipales. Posteriormente, hacia el 1949 se aprobó que el género femenino pudiera votar para las presidenciales sufragando por primera vez en 1952.
30% aproximado del universo total de votantes son los que están escogiendo a las autoridades políticas en Chile. Un porcentaje que cuestiona la representatividad de los gobernantes que son escogidos en el país.