Experto en impresión 3D: "estamos al comienzo de esta revolución"
AVANCES. El danés Anders Hvid explicó los alcances de esta tecnología en la jornada de cierre del Singularity U Chile Summit.
La primera impresora 3D fue fabricada hace más de tres décadas, en 1983. Sin embargo, recién ahora esta tecnología ha comenzado a acaparar la atención pública, cuando ya existen aparatos portátiles de bajo costo.
Anders Hvid es un empresario danés, embajador en su país de Singularity University, autor del libro "Sensing the Future" y fundador de DareDisrupt, una compañía que se dedica a comunicar y educar respecto a tecnologías exponenciales, que son aquellas que están cambiando la sociedad como la conocemos.
Ese es el caso de la impresión 3D, una tecnología que una vez que se masifique cambiará la lógica de las economías de escala y abaratará los costos de producción.
Así lo explicó Hvid durante la segunda jornada del SingularityU Chile Summit, cumbre de la innovación que se realizó en Santiago por dos días y que tuvo a 14 expositores que abordaron parte de los problemas y soluciones que implica el desarrollo de tecnologías exponenciales, como la impresión 3D.
El futuro 3d
En su presentación, el experto abordó algunos de los beneficios que traerá la masificación de esta tecnología, que pese a que existe hace más de 30 años, aún no ha explotado. "Estamos al comienzo de esta revolución", sostuvo Hvid ante los asistentes al programa de Singularity University (SU) organizada por primera vez en Chile por BeSTinnovation.
El experto señaló que actualmente las impresoras 3D pueden reproducir objetos en más de 500 materiales distintos, como metales, plásticos e incluso chocolate.
Pero el gran beneficio detrás de esta tecnología es la reducción de los costos de producción, factor que podría, por ejemplo, abaratar las prótesis para personas en situación de discapacidad.
Hvid explicó que mientras actualmente la lógica dice que a más complejidad de un producto, mayor es su costo, en el futuro con la impresión 3D la complejidad es asumida por el software que fabrica el objeto, que reduce su costo significativamente.
Entre los posibles usos de esta tecnología, está el poder imprimir comida en 3D, función que puede ser muy divertida, porque entrega la posibilidad de escoger formas, colores e ingredientes de un alimento, pero que a la vez permite imaginar un futuro en el que podamos fabricar comida acorde al ADN de cada persona.
La impresión 3D también permite imaginar un futuro cercano en que los niños puedan tener acceso a esta tecnología, e imaginar los juguetes según sus preferencias y hacerlos realidad.
Dejar la roca
Pero eso es sólo diversión. El experto también se refirió a la posible función de supervivencia que podría cumplir esta tecnología en caso de que los humanos tengamos que dejar la Tierra. "Si tenemos que dejar esta roca y colonizar el espacio no podemos llevar cosas con nosotros", indicó.
De ahí la importancia del desarrollo de aparatos portátiles que nos permitan construir desde un objeto hasta una casa.
Pero la impresión 3D, según Hvid, también permite fabricar cosas realmente pequeñas, que en un futuro podrían reproducir partes del cuerpo humano.
Por ahora las impresoras 3D no han alcanzado los hogares de las personas como la computación, lo que no significa que no vaya a pasar. Sin embargo, ya existen aparatos que pueden imprimir combinando distintos materiales.
¿Y los tamaños? El límite es el porte de la impresora, si se trata de una enorme, podrían incluso construirse edificios, aseguró el experto.
Potenciales desafíos
Pero junto con poder abaratar los costos del desarrollo de productos manufacturados como prótesis para personas en discapacidad, la impresión 3D trae consigo desafíos advirtió Anders Hvid en su exposición. Uno de ellos es que además entrega la posibilidad de fabricar armas a gran escala y a bajo costo. Por eso, resaltó que mientras la tecnología pone las herramientas a nuestra disposición, somos los seres humanos los que le damos un propósito, que debemos cuidar y estudiar.
1983 fue el año en que se fabricó la primera impresora 3D. Su creador, el estadounidense Charles W. Hull, fundó 3D Systems en 1986.
500 Según explicó Anders Hvid, existen más de 500 materiales que pueden ser utilizados para imprimir en 3D.