La difícil misión de rastrear cadáveres en medio de la tragedia
TAREA. Rescatista loíno relata la experiencia en Ecuador y que se basó en ayudar a las familias a ubicar los restos de sus parientes.
"La gente de donde no tenía, te daba algo", comentó emocionado Javier Monje, loíno y jefe de Operaciones de la Fuerza Tarea Norte de la organización Salvamento, Asistencia y Rescate (SAR) Chile e integrante de la Ong Kreisel, quien volvió esta semana de Ecuador, tras ayudar en la catástrofe que dejó 660 fallecidos y más de 2.000 heridos.
El objetivo principal que cumplió en su viaje, fue la de buscar, localizar y encontrar cadáveres atrapados en los escombros con ayuda de una patrulla canina, dando como resultado dos cuerpos y restos humanos en las localidades de Manta, específicamente en Canoa y en Puerto Viejo.
"La labor que realizamos es igual de importante que los rescatistas que buscan a sobrevivientes, entendemos que las víctimas tienen familias y que son ellas, las que necesitan respuestas y también un poco de tranquilidad con sus seres".
Patrulla Canina
En los trabajos realizados un pilar importante son los canes, en ese sentido, existen perros especializados en la temática, quienes están preparados para localizar y seguir el olor en descomposición de carne humana.
Uno de ellos es Norbu, un pastor alemán de 10 meses, quien acompañó a Monje en la labor.
"Norbu ha estado entrenando desde los 3 meses de edad, y ha sido muy efectivo en su búsqueda. Él, junto a perros de Antofagasta y de España, lograron encontrar restos humanos y cuerpos en ambas localidades que trabajamos", explicó el jefe de Operaciones.
Agregó que, "quise que Norbu sea un can de búsqueda de cadáveres, porque perros que rescatan a personas vivas hay muchos en el país. Nosotros como equipo cumplimos un proceso fundamental en el cierre de un evento", enfatizó.
Experiencia
Pese a los 20 años de experiencia en rescate que tiene Monje, sigue emocionándose con cada lugar al que presta ayuda.
En esta oportunidad, nos relató el vínculo que tuvo con los niños de la zona, los cuales agradecidos le mostraron su cariño por medio de cartas.
"Los niños siempre son los más expresivos, me emociona y reconforta el contacto con la gente que de donde no tenían, te daban algo".
Asimismo, "recibí cartas de agradecimiento de ellos por toda la labor realizada, lo que demuestra que estamos haciendo las cosas bien, y es por eso que sigo en este camino de ayudar", finalizó.