Nadie ha quedado indiferente a lo ocurrido a la joven madre Nabila Rifo en Coyhaique, quien vivió una de las peores agresiones que ha sufrido una mujer a manos de su expareja.
Y en Calama, los casos de agresiones a mujeres también han causado impacto, como aquella mujer que fue lanzada desnuda de su casa y otra que fue arrastrada por su pareja por las calles. Y en todos los casos, la brutalidad y la violencia han sido el impulso que han llevado a hombres a atacar sin piedad.
Pero para nuestra ciudad, no todo es tan negativo, porque desde hace ocho años que existe un programa dedicado a la resocialización de hombres violentos, logrando importantes avances, ya que gran parte de ellos logran la rehabilitación.
Pero es esencial que los hombres asuman su responsabilidad de su comportamiento y comiencen un proceso de cambio de conductas en la vida íntima y familiar.
El año pasado se registraron 79 usuarios y este año ya van 75 hombres que buscan cambiar su mal comportamiento.
El 65 por ciento de los casos de violencia extrema se da en varones entre 18 y 39 años.
Otro antecedente, es que un gran porcentaje de hombres han sido testigos de violencia contra las parejas en su infancia, como también muchos han sido maltratados en sus distintas formas y abandonados.
Lo que está claro es que esta es una conducta aprendida con la observación o imitación, y en estos programas se busca que reaprendan conductas basadas en el respeto a la pareja.
Los hombres que llegan a estos programas son derivados desde los tribunales de Garantía y Familia, Carabineros o por una necesidad personal de cambiar.
Este es un gran paso que se está dando en Calama, con el fin de poner freno a los violentos ataques que muchas mujeres sufren a diario, y de los cuáles no todos son denunciados.
Habrá que seguir fortaleciendo esta iniciativa, con el fin de lograr que el mayor números de hombres violentos se sometan a este programa y de esta manera reducir estos repudiables hechos.